El farol que se marcaron PNV, ERC y Bildu, socios de investidura del gobierno, estuvo a punto de salir muy caro para millones de trabajadores. De no haber sido por la equivocación de un diputado del PP, los antedichos grupos tendrían que dar muchas explicaciones a esos millones de personas a quienes la contrarreforma laboral ya había beneficiado.
El chalaneo de estos grupos para sacar partido de algo que ellos sabían perfectamente que era infinitamente mejor que lo que había fue escandaloso, más teniendo en cuenta que el acuerdo entre las partes, Sindicatos y Patronal, era la primera vez que se alcanzaba y que la nueva ley tenía, por ello, una fuerza racional incuestionable.
La ceguera de quienes votaron no fue total. Los Sindicatos y la Patronal ya habían pactado y el Gobierno se había comprometido a respetar el pacto, por tanto ni una como podía moverse. Los socios de investidura buscaron sacar algo, no se sabe qué, pero algo. Así, cuando supieron que los síes estaban atados con Cs y los grupos minoritarios, se mentuvieron en el no. Tenían sus ojos políticos cubiertos de escamas y no contaron con ese carácter mafioso del PP y con el soborno a los de UPN. Actuaron como auténticos novicios.
Las caras de los diputados del PNV y de ERC cuando, en un principio la ley fue rechazada, era todo un poema, según algunos medios. Era cara de "¡qué hemos hecho, la que se nos viene encima!" y no era para menos. Se habían marcado un farol y no contaron con que al otro lado de la mesa había un jugador ventajista y dispuesto a cualquier trampa con tal de hacer perder a su oponente. Mientras, algunos diputados del PP y de Vox, aplaudían satisfechos mirando hacia los de UPN... No contaban con que un inepto de los suyos había votado al revés.
De momento ERC y PNV respiran aliviados, a Bildu le da igual. Pero un voto de diferencia es muy poco y puede haberse dado alguna irregularidad de procedimiento que los tribunales puedan admitir a trámite. Porque, de lo que no cabe duda es de que el PP y Vox van a recurrir al Constitucional, que es suyo, y al que la justicia en realidad le resbala. Así que es muy posible que todavía quede mucho por jugar.
De un modo u otro, prosperen o no las demandas de los "perjudicados", los amigos de ERC y PNV la liaron parda. Esto no es extraño en ERC, un partido "mobile qual piuma al vento", pero sí que lo es en el PNV, que suele ser cartesiano y medir sus decisiones.
De todos modos, oyendo a unos y a otros, no pude hacer otra cosa que sonrojarme. Y es que, a mi corto entender, si algo fue pactado por las partes interesadas, lo único a hacer es votar sí por puro trámite. Incluso el PP.
En fin, veremos qué pasa ahora en Castilla León, después de lo de Lorca, de las fotos con las vacas y de las elecciones en Portugal. Yo desearía algo, pero no lo digo para no ser acusado de iluso.