Dice Inés Arrimadas que haber negociado con el PP y haberles dado la presidencia de cuatro comunidades fue un error. También dice que el Gobierno Sánchez es el peor de la democracia. Está, asimismo, convencida de que lo que pasó en Castilla León (adelanto electoral y expulsión de consejeros de Ciudadanos) fue cosa de Casado y de que a un partido del "bipartidismo", refiriéndose al PP, no se le puede regalar nada porque lo utiliza en su provecho. Se siente traicionada por Casado, que ni la llamó para explicarle lo de Mañueco. Pero, no, ella no va a ser mala y no va a retirar el apoyoal PP, por ejemplo en el Ayuntamiento de Madrid, o de Zaragoza.
Bien. Definitivamente esta mujer no da la talla. Habla y habla, pero de política no dice nada. Justifica su animadversión hacia el PSOE con un argumento tan peregrino como que le ofreció a Sánchez la posibilidad de votar unos presupuestos, los del año pasado, si dejaba fuera de la ecuación a ERC y Bildu. Me perdonará Arrimadas pero, hace falta ser poco despierta para proponer algo imposible, es decir, que un gobierno abandonara a quien facilitó la investidura, y menos despierta aún para no ver que los escaños de Ciudadanos (10) son muchos menos que los de ERC y Bildu (18).
La idea de fundar un partido como Ciudadanos no era en realidad mala: una derecha corrupta, un PSOE descompuesto. Había una ventana de oportunidad y los fundadores apuntaron al elector de centro izquierda, mayoritario en España. Además se declaraban antinacionalistas y estaban dispuestos a dar la batalla, y la dieron, es verdad. Empezaron por Cataluña, como azote del independentismo y empezó a hablarse de Ciudadanos. El éxito, más tarde de Arrimadas, que gana unas autonómicas catalanas cuando Rivera salta a Madrid hace prever un buen futuro. Y con una estrategia acertada: buscar el voto de la gente de derechas hastiada de la mafia del PP y los moderados enfadados con el PSOE, lo consigue. en 2015 logra 40 diputados e intenta un Gobierno son Sánchez que impide Podemos, que, con una clara falta de visión fuerza elecciones le regala al PP, que solo tenía 124 diputados, una segunda oportunidad en junio de 2016. Sube Rajoy hasta 137 y gobierna cómodamente hasta la moción de censura que acaba con él.
Y aquí es donde Ciudadanos pierde el norte. Vota no a la moción después de haber dicho que el PP era un partido completamente corrompido. Su argumento era que Sánchez era una opción peor que un PP corrupto. Rivera apuesta así para las elecciones que vendrían en no mucho tiempo y parece salirle bien, porque en abril de 2019 el PP de Casado logra solo 67 escaños (venía de 137) y Ciudadanos ¡¡¡57!!! (venía de 32). La jugada de Rivera tumbó al PP y a Podemos que también se desangraba, pero reforzó, y mucho, al PSOE y, ojo, aparece Vox. En este punto, Rivera comete el error de su vida: en lugar de regalar el gobierno al PSOE absteniéndose en la investidura y controlar desde una posición cómoda, intenta erigirse en "líder" de la oposición y obliga al PSOE a pactar con Podemos. Pero Podemos, de nuevo creyéndose más de lo que en realidad es, fuerza la repetición electoral y se produce la debacle: los votantes no entienden lo que hace Rivera y los votos vuelven hacia Vox y PP, quedando Ciudadanos con 10 escaños de los 57 de que disfrutaba. La estrategia de Podemos de repetir elecciones, una especie de manía ya, nuevamente refuerza al PP, y lo que es peor a Vox.
Y es que en Política hay que saber leer las consecuencias a largo plazo y Ciudadanos nunca supo hacerlo. Su empecinamiento le hizo quedarse solo con los cuadros menos capaces. El electorado de izquierdas que les votaba se sintió despreciado y los cataloga ahora como muy de derechas, por lo que, con toda seguridad, nunca volverá a votarlos. Es verdad que Arrimadas tiene un arma potente que podría utilizar: hacer saltar por los aires el gobierno de Andalucía y el Ayuntamiento de Madrid. Pero Arrimadas carece, no ya del coraje necesario, que tampoco, sino del convencimiento ideológico propio para hacerlo; Arrimadas es muy de derechas y los dirigentes del partido, parecido. La parte de centroizquierda de Ciudadanos fue expulsada, o salió pitando ya hace mucho. Y los pocos votos que le quedan acabarán en Vox o en el PP, acabándose de esta manera un sueño que pudo ser realidad si hubiera habido un poco de inteligencia, no demasiada, con una poca bastaba. Y en Ciudadanos, está claro, la inteligencia no abunda. Por eso desaparecerá. Buen viaje.
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