Qué salgan los líderes
Qué el problema económico general que hay en Europa y USA va a hacernos sudar tinta a todos es un hecho incontrovertible. Como también lo es el que nada se está haciendo para recomponer la situación.
Uno, desde su ignorancia, pero no estupidez, percibe que los responsables políticos y económicos bla, bla, bla, pero nada más. Acciones concretas, leyes nuevas y claras que marquen las reglas del juego, decisiones objetivas... Nada, solo bla, bla, bla. ¿Se hizo algo real en Grecia, o en Italia, Portugal o España que no fuera decir "vamos a hacer..."?
Mientras tanto los malditos mercados, que tienen nombres y apellidos, se ponen las botas comprando deuda a precios de usura porque saben que entre todas las hormiguitas vamos a trabajar más y a pagar más impuestos para devolverles lo que nos prestaron. Y nadie hace nada. ¿Donde están los líderes?
¿Habrían consentido esto Roosevelt, Churchill, De Gaulle o Kennedy? Con toda seguridad no. Estos tenían claro que la política tenía que ser de una manera concreta y que en ningún caso se debía hacer para satisfacer a mercado alguno.
¿Hay alguien ahí, alguien que no esté comprado por el poder económico, alguien que enderece esto?
No, claro que no... Pobre Occidente. Tanto trabajar desde la última gran guerra para que unos cuantos imbéciles nos lo estropearan todo. Y todavía sentimos emoción al ir a las urnas... Seremos gilipollas.
1 comentario:
Usted escribe: Seremos gilipollas. Curioso uso del verbo en el tiempo futuro; aunque de uso común en este contexto, sin embargo curioso. Pero no importa, ya que casi cualquier tiempo verbal estaría correcto: hubiésemos sido, seriamos, habíamos sido, hemos, fuésemos, seamos, y el mas adecuado, somos - gilipollas.
Cambiando de tema, se refiere usted a esa sensación hermosa, la que se siente al realizar el voto. Después de la verdad en que se encuentra el pueblo, ¿ese acto inculcado como la realidad mas valiosa de la sociedad civilizada, no viene a significar el triunfo de la esperanza sobre los hechos? ¿No sera muy diferente a darles a los caciques las llaves de su propia casa en cambio de que deslizan unos cuantos billetes al bolsillo de uno? Así es como se juega el juego, y cada uno sigue participando en él engaño. Sólo termina cuando el dueño de la pelota decide llevar a su hogar la pelota. Hasta entonces, todos siguen pateando el balón por el campo, ya que atravez de las urnas vendrá la solución a los problemas. Ademas, esto esta todo justo, tenemos árbitros imparciales.
Luis de Agustin
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