¿Lo haremos bien ahora?
Las frases estúpidas son una constante en nuestros políticos principales, sobre todo esas que denotan cierta chulería tan española y por la que tan mal caemos a nuestros vecinos: "España va bien"; "Es una desaceleración" o "He sido yo quien ha presionado" dejan a nuestro país a la altura de un bordillo. Lo malo es que no es culpa de la gente, sino de la poca sensibilidad de los presidentes de turno.
Creo que una de las mayores virtudes que una persona puede tener es la sencillez en la expresión y en la explicación. Sin embargo, aunque algunos políticos son personas, esta cualidad no suele darse en este rebaño, con perdón. Decir algo de manera técnica y con circunloquios no conduce nada más que a malas interpretaciones y a errores. Pero , qué le vamos a hacer... berrean así.
La noticia de que la UE va a prestar dinero a los bancos tranquiliza un poco nuestra economía y nos da una oportunidad de oro para eliminar del sistema a toda rémora viviente. Bankia y el resto de entidades intoxicadas por sus malas decisiones y su mala gestión, debida en gran medida a que las zarpas de los partidos y sindicatos estaban ahí metidas, deben desaparecer. Se devuelve lo invertido a los depositantes y se crea una entidad para gestionar los créditos emitidos por ellas e ir devolviendo el dinero al estado.
Naturalmente la cuadrilla de ladrones al cargo que, sabiendo cómo estaban las cosas, en lugar de dimitir se pusieron pensiones millonarias, no deben ir a otro sitio que a la cárcel. Así de simple. Los ciudadanos entenderían perfectamente que esta gentuza fuera a la cárcel. Y si dentro de unos años reaparecen en programas de televisión, como Mario Conde, y alguien los quiere escuchar, pues vale. Pero, de momento, a la trena, sin más. O es que no hay motivos sobrados.
Si por fin la clase política despierta de su sueño pegajoso y hace lo correcto, probablemente debería empezar por tomar decisiones de este tipo, dejar de hacer demagogia y de emplear un lenguaje simple y directo para que los ciudadanos y nuestros vecinos lo entiendan sin tener que interpretar nada. La política es algo serio y quien se dedica a ello tiene la obligación de ser igual de serio.
Ahora gobierna el PP y el Presidente tiene la obligación de exigir seriedad, o silencio. La sarta de imbecilidades oídas alrededor del asunto de Eurovegas o de nuestro papel en Europa (Ana Mato, increíble) debería hacer reflexionar a Rajoy sobre la conveniencia de seguir rodeado por este tipo de personajes o personajas.
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