25 S. La clave política
La respuesta de los partidos a la concentración de protesta del pasado 25 de septiembre fue completamente fuera de lugar. Por un lado estaban los que se manifiestan preocupados por la desafección de los ciudadanos hacia los políticos; por otro los que salieron a pescar (IU) y se integraron en la protesta, como si ellos no tuvieran responsabilidad (claro, fueron insultados); también están los que pescaron desde dentro del congreso (UPyD); y luego el PP, que desde su altura considera irrelevante que se haya producido un hecho semejante. Esta es la talla política de quienes dicen que nos representan. Busquen debajo de su entrepierna.
Está perfectamente claro que, cada vez que hay una manifestación no controlada por las fuerzas tradicionales (sindicatos), es considerada casi como antinatural y se toman muchas precauciones. De estas convocatorias se aprovechan siempre los descerebrados extremistas, o simplemente gamberros, para hacer sus cosas y causar todo el desorden y el revuelo posible. Esto siempre es así. Pero la policía, o quién manda a la policía parece no saberlo, o si lo sabe se lo calla, porque siempre pasa lo mismo. Se producen cargas, se agita el personal y todo estalla. Luego la policía se extralimita y ya tenemos la historia montada, y claro, el sentido de la concentración desmontado. También puede ser que a quién manda a la policía le interese que se monte la bronca...
Los medios de comunicación solo se hacen eco de la parte de la batalla, sin importarles demasiado de que va la guerra, y lo que salta a la opinión pública, al final, es lo que interesa a partidos y medios de comunicación, pero especialmente partidos: la forma, en lugar de el fondo. Las tertulias van de cómo de violenta fue la policía, o de provocadores los manifestantes, pero no de por qué varios miles de personas estaban allí gritando sabiendo que se exponían a llevarse algún que otro palo.
Solo hace falta ir a tomar una cerveza y escuchar las conversaciones de la gente. Cuando se habla de los políticos se les mete a todos en el mismo saco y lo que se oye no puede transcribirse. Esta es la realidad. Y esta realidad es la que movió a la gente a ir frente al congreso a manifestase. Algo tan simple como esto. Aquellas personas estaban allí para decirles a los políticos lo que la sociedad piensa de ellos. Eso es todo. Y lo que piensan es lo que se oye en la calle.
Y Rajoy en USA habla de la mayoría silenciosa. La mayoría silenciosa se quedó en casa, claro, porque no se quieren meter en follones, pero no porque no piensen de los políticos lo mismo que los que estaban delante del congreso. Rajoy lo sabe, no es tan tonto, pero tiene que defender su garbanzo como cualquiera. El problema puede venirle cuando la mayoría silenciosa guarde también silencio en las urnas y se quede también en su casa el día de las elecciones. ¿Qué dirá si en Galicia se encuentra con un 40% de abstención? La mayoría silenciosa está hasta el arco del triunfo de ir a votar para legitimar a incompetentes.
Si esto hará cambiar las cosas, o no, lo desconozco. Si los partidos tuvieran inteligencia, que no la tienen, sabrían que la población demanda simplemente más control en la representatividad. Quiere que los candidatos respondan ante los electores, no ante el partido y quiere que la política se haga para el bien pueblo, no para el del partido. Así de sencillo. Las cosas son siempre sencillas, solo que hay quien vive de enredarlas.
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