No pretendo impartir lecciones a nadie, y menos a vos que disponéis de un nutrido grupo de asesores. Pero vais a escuchar mi crítica. Veréis. Un ciudadano con corona, un rey, un jefe de estado, no puede ser tan vacío ni superficial en una entrevista; ni aunque esta esté preparada y tenga como único objetivo la recomposición de su imagen ante el pueblo. Definitivamente no. Los ciudadanos no nos merecemos esto. Actuáis como un vulgar político más. Tratáis tan solo de salvar vuestro real trasero de las patadas que, sin duda, merecéis por vuestras últimas meteduras de pata.
Majestad. Una gran parte del pueblo os aprecia, seguro, y os está agradecido por vuestros desvelos y actuaciones en favor de España y de su democracia. De verdad, gracias. Pero ahora toca otra cosa. Ahora que el pueblo sufre, en gran parte por las desafortunadas decisiones de sus mandatarios, en el último decenio especialmente, se espera de vos que deis un golpe de efecto y que os pongáis de su parte. Al fin y al cabo, es el pueblo quién con os sostiene y sustenta, a vos y a vuestra muy noble familia.
Vuestras respuestas fueron vacuas. A mi, que no soy rey, también me preocupa el paro y sufro por la juventud. A mi, que no soy rey, me preocupa la vertebración del estado, y sé que juntos podemos salir de esta. También mi padre, como el vuestro, fue un hombre importante y, como vos, tengo un hijo muy preparado. La única diferencia con el vuestro es que no nació con un trabajo bien pagado esperándolo, sino que tuvo que luchar para conseguirlo. Él podría hacer el trabajo de vuestro príncipe, y, sin duda, yo el vuestro. Con toda seguridad, si es por preparación o madurez.
No quiero extenderme más, Majestad. Pero, lo que merece el sufrido pueblo español es que el Rey se ponga de su parte, que le diga que hará lo que pueda para que los gobiernos gobiernen para el bien común; que luchará y presionará a quien haga falta para que en España haya actividad y trabajo. Que diga alto y claro que los políticos tienen poco nivel y que la corrupción tiene que acabarse. En fin, Majestad, que un rey, a veces tiene que mojarse, y vos no lo habéis hecho.
Puede que haya a quien le preocupe vuestra vida familiar, lo de vuestro yerno y vuestras cacerías; vuestra relación con la reina, etcétera. A mi no, eso es secundario, aunque haya que guardar las formas. A mi lo que me preocupa es que, siendo, como sois, Jefe del Estado, concedáis una entrevista para no decir nada en un momento en que precisamente el pueblo necesita que El Rey diga algo. Esto no es el 23 F, Majestad, pero la ocasión lo merece, ¿no creéis?
3 comentarios:
No puedo estar más de acuerdo, el Rey debería estar a la altura de esta situación de emergencia. Comento que a mí también me preocupan los elefantes y el yerno y creo que en una entrevista hay que preguntarle sobre ello, porque para eso es una entrevista.
Total, que yo no sé las verdaderas intenciones del monarca, si quiere hablarnos o no de lo que le afecta a él y al país. Pero este fragmento que nos brindaron es una farsa.
(Por cierto, te dejo para que reflexiones y si quieres desarrolles en otra entrada: Cuando Felipe González salió elegido presidente por primera vez, a los dos días de las elecciones Adolfo Suárez se reunió con él para comentarle cosas sobre el cargo. Y le dijo algo curioso: "Ten cuidado con los que cuidan del Rey")
El rey reina pero no gobierna. Eso implica que aunque tuviese unas ideas geniales -que lo dudo- para crear empleo, no podría aplicarlas excepto que se las expusiese al Sr Rajoy y este considerase conveniente aplicarlas. La figura del rey tiene un cometido constitucional simbólico y de representación. Hasta lo del elefante, Juan Carlos I podría decirse que se ganaba merecidamente el sueldo, pero después de hacer dejación de funciones -España quedó sin Jefe de Estado por irse de cacería- quizá haya que replantearse si debe seguir en el cargo y abdicar en su hijo, o que sopesemos si es mejor que España sea una república y no una monarquía. A. Sierra.
Totalmente de acuerdo con todo lo que antecede.
Creo que no está en condiciones, tanto éticas como físicas,para ponerse al timón de este "mascarón a la deriva" que es España.
Y cuán necesitados estamos.
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