Estado de depresión
Según dicen los médicos especialistas, la única manera de curar la depresión es hacer desaparecer la causa que la provoca. Los antidepresivos solo sirven para aliviar los síntomas de la enfermedad, y no siempre van bien. Hay depresiones tan severas que ni aún con los tratamientos más potentes se aminoran sus efectos. Entonces, no queda otra que ir a por las causas y eliminarlas. La labor médica pasa entonces a ser, más que prescriptora, investigadora. El especialista analiza al paciente hasta encontrar el botón que remueve su mente y, localizado este, ajustarlo poco a poco hasta conseguir la inversión de la espiral hacia el abismo.
Vivimos en un país aquejado de una depresión severa. Sin embargo, a diferencia de muchos casos médicos en los que la causa es desconocida, la causa de nuestra depresión país sí se conoce. Es más está tan a la vista que hasta el más tonto puede distinguirla: España está deprimida porque no es capaz de generar bienes y servicios para dar ocupación a su excedente de mano de obra. En el momento en que se elimine este inconveniente, no menor, el país volverá a la alegría sana, no a la basada en la administración de fármacos en forma de fútbol, ferias y fiestas, o circo político, judicial y mediático.
Que los políticos de los últimos casi 20 años se dedicaron a vivir y a hacer cosas que no nos llevaban a ninguna parte es un hecho tan evidente que, el que no lo quiera ver es porque no quiere abrir los ojos. Para crear la actividad necesaria para crecer lo único que supieron hacer es arrancar el motor de la construcción. Pero su estupidez les impidió ver que en esto había tarea para poco tiempo y que después estaba el gran agujero negro de la recesión y el paro. Y prefiero hablar de estupidez porque, si veían adónde nos llevaban aquellas políticas y, aún así, no las cortaron, estaríamos hablando de algo mucho peor, que es la traición a todo un pueblo.
Durante los años de bonanza, no se apuntaló el tejido industrial, salvo el de lo relacionado con el ladrillo. Se invirtieron cantidades enormes de dinero en obras gigantescas y en comunicaciones, pero nada prácticamente en I + D ni en fomento de la industria de bienes de equipo y servicios de alto nivel para que fueran, poco a poco, reabsorbiendo el excedente que debería generarse al hacer descender de manera controlada el nivel de dependencia de la construcción y la obra civil. España se quedó coja de las dos piernas en lo que se refiere a tejido industrial competitivo. Y eso es responsabilidad única y completa de quienes gestionaron el país durante los últimos 20 años.
Ahora el alto indice de paro nos atenaza, el aumento de la pobreza es imparable. Y que España llegue a formar parte de un tercer mundo, civilizado, pero tercer mundo, es una cuestión de tiempo. La pobreza será tanta que nos faltará energía para salir de ella. Los médicos, en este caso los políticos, están perdidos en discusiones estériles y no se aplican en la eliminación de las causas, es más, todavía ahondan más: reducen la inversión en ciencia e I + D y en todo lo que se refiere a apuntalamiento de nuevas tecnologías. siguen sin hacer lo que deben, o lo que se espera de ellos.
A veces tengo la sospecha de que hay un confabulación de la política para impedir que España se desarrolle. De otro modo, solo me queda seguir pensando en la estupidez como única dolencia de la clase dirigente. Porque prefiero no pensar en un plan de saqueo controlado para no caer en depresión yo mismo.
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