A veces ma pregunto quién dirige la atención de la prensa, de los medios de comunicación en general, hacia un determinado asunto. Hoy he repasado las portadas de los principales diarios digitales y he visto referencias principalmente a las elecciones europeas, a asuntos económicos, al fútbol y poca cosa más. Es decir a ningún tema de importancia real, como por ejemplo lo que está pasando en Sudan del Sur.
En África se producen constantemente episodios violentos, genocidios, asesinatos, violaciones, ataques a los derechos humanos... África es el mismísimo infierno para los seres humanos que allí habitan: SIDA, hambre, muerte, ablaciones, imposiciones religiosas, más hambre, pobreza extrema: un auténtico averno que ni el mismísimo Dante podría haber descrito. En África multitudes enormes deambulan en busca de un lugar donde refugiarse de asesinos que, desde su completa carencia moral y cultural, no tienen reparos en disparar a quemarropa o degollar a hombre, mujer, anciano o niño que se le ponga por delante.
En África cualquiera puede ser un asesino. Se le da un fusil automático y munición, se le señala al enemigo a eliminar, se le da cualquier razón, étnica o religiosa normalmente, y voilà: un chico que nunca fue a la escuela y que solo se alimentó de papas de harina y hambre de segundo plato se convierte en una máquina de matar a sus semejantes. Eso es lo que está pasando en Sudan del Sur, un país que tiene tres años de vida, y todo un historial de guerras. Pero la prensa internacional se preocupa de otros asuntos que le producen mayores beneficios.
Uno puede comprender que la comunicación sea principalmente un negocio, pero no encuentro argumentos plausibles para que se deje de cubrir esta noticia como se debería. En los próximos meses, si las cosas no cambian, millones de personas pueden morir aquí de hambre. Sin embargo, este asunto no está en las primeras páginas. Sencillamente no interesa. África tiene que seguir así: se necesita un infierno en alguna parte para que unos pocos, en otra, vivan en un perpetuo paraíso de opulencia.
Es posible que sea yo quien esté equivocado cuando pienso en el homo sapiens como la especie a la que pertenecemos todos los machos y las hembras de todos los colores de lo que llamamos humanidad. Ser más o menos oscuro de piel no nos hace especies ni subespecies distintas. A lo mejor es que erróneamente yo pienso que todos somos iguales y la muerte de un niño es siempre una pena en Berlín, El Cairo o Dakar. Pero de lo que no me cabe ninguna duda es que esta situación de desequilibrio tan extremo va a llevar al mundo al colapso y los responsables serán todos los que tienen interés en que África esté en perpetuas tinieblas.
Los medios de comunicación son también responsables de lo que pasa en África. Al final van allí tan solo a por la foto impactante y a cubrir la noticia cuando estalla un conflicto. Pero en África los conflictos son permanentes... Y esto a la prensa también le interesa. Los medios también quieren que África siga siendo el infierno. Sí, es verdad. Acabo de matar al mensajero.
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