El presidente Obama tiene planeada una revolución. En su discurso sobre el estado de la Unión, el próximo día 20, pedirá al Congreso que se suban los impuestos a los ricos y que se bajen a las clases medias. Obama no es tonto y se da cuenta de que, a pesar de que su país salió de la crisis, estará seriamente herido si no se entra en un periodo de redistribución de la riqueza que devuelva la autoestima a los que pagaron el pato de esta depresión económica.
Antes de este largo periodo de vacas flacas los ricos ya lo eran, y ahora que parece haber terminado, resulta que lo son más aún. Los números de Obama le dicen que la enorme acumulación de riqueza en manos de los poderosos se hizo a costa de la pérdida de poder adquisitivo de las clases medias y bajas, es decir, aumentando las desigualdades. Por ello se propone organizar una recaudación entre los que más tienen, vía subida de impuestos. Sin embargo, va a encontrarse con un serio problema, el de las fuerzas oscuras.
Las fuerzas oscuras en USA están principalmente en las filas republicanas, lo mismo que en Europa están sobre todo en la derecha. Los republicanos, con toda probabilidad, van a impedir que el Presidente ejecute estos planes. Los senadores, bien mandados ellos, servirán fielmente a sus amos sin duda ninguna, y votarán contra la propuesta. Las fuerzas oscuras piensan que siempre se puede apretar más la soga en el pescuezo de las capas más bajas, que como son muchos y pobres, no pasa nada por que todavía lo sean un poco más. La propuesta de Obama no saldrá, o lo hará suavizada. Su intención es recaudar 320.000 millones de dólares en 10 años, a la vez que bajaría las tasas a las rentas menores en 175.000 millones en este tiempo. Casi seguro que no lo consigue.
En Europa la cosa es igual, aunque sin discursos ni votaciones. Aquí se hace por «bundesdecreto». Los impuestos de los ricos no se tocan y la crisis la pagan las clases medias y bajas. Al banquete de las fuerzas oscuras invitan los pobres, que son muchos y tocan a poco. Obama parece haberse dado cuenta y pretende actuar, pero Europa no, Europa va a seguir con la estrangulación progresiva de países enteros, los del sur, en los que media Alemania rica tiene puesto el dinero en forma de títulos de deuda. En Europa no hay ni un solo plan de redistribución, ni vía impuestos ni por ninguna otra.
El caso de España es aún peor, aquí no solo se aumentaron los impuestos a las rentas más bajas sino que los salarios bajaron. La tasa de desigualdad es de las más altas del mundo y una nueva clase social, el «precariado», formada por personas que trabajan solo a veces, que están temporadas en el paro y que sobreviven con salarios muy bajos, surge y crece de manera exponencial. Este «precariado» cada día más numeroso, vive al día y su contribución a la seguridad social, debido a su situación laboral, casi en un limbo, es mínima, lo cual redundará en futuras pensiones exiguas.
Si la riqueza no se redistribuye de manera urgente. Si la socialdemocracia europea no resurge para venir al rescate, el futuro de toda una generación estará en manos casi de la beneficencia. Lo cual va a ser un problema también para las fuerzas oscuras, pues si el «precariado» crece y crece, nadie podrá consumir, con lo cual tendrán que ir canibalizando capas sociales cada vez más cercanas a la suya, hasta terminar, en el límite, comiéndose sus propias entrañas.
1 comentario:
Si tas esperandoa que la socialdemocracia reviva, llévaslo claro
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