Bueno, pues tras múltiples reuniones al más alto nivel, (me pregunto cómo serán en realidad estas reuniones) la cuerda se rompió. Era lógico. aunque en un primer momento, cuando hablaron los jefes de gobierno, el primer ministro griego firmó que haría reformas, incluso más profundas que las requeridas, la cosa se estropeó cuando en el Eurogrupo se empezó a profundizar en las cosas, la letra pequeña del asunto, vamos. Aquí fue donde se vio la realidad, y esta no es otra que la que se desprendía de la entrada anterior: Grecia no puede pagar porque necesita créditos para pagar los intereses de su deuda.
¿Por que fuerza la situación el gobierno griego? Sencillo, tremendamente sencillo. Grecia debe la mayor parte de lo que debe al BCE, al FMI y a los Estados Miembros de la UE. Tsipras se da cuenta de que su país entró en una espiral de endeudamiento sin sentido hace ya muchos años; también se da cuenta de que sin préstamos puede llegar la suspensión de pagos, algo no deseable; y es igualmente consciente de que ni él ni su partido son responsables de la situación, eso está claro, lo son los gobiernos anteriores, todos tendentes al neoliberalismo más absurdo y a falsificar la contabilidad. Así pues, aunque solo sea por pura coherencia política, el primer ministro tiene que parar en seco y preguntar al pueblo que le votó hace nada. Y también por coherencia, tiene que pedir el no, porque su programa era contrario a más austeridad y más sacrificios.
La jugada es en realidad de alta política y de alto riesgo. En principio descoloca a los socios europeos, que no quieren ni oír hablar de referéndum. No solo los descoloca, sino que los indigna hasta el punto de expulsar al ministro de finanzas de la reunión, lo cual es normal porque lo que les habrá dicho allí, en román paladino, es que si no se da tiempo a los griegos para hacer reformas profundas y se les ayuda a la vez a incrementar el PIB para generar algo de riqueza interna, y así ir pagando la deuda y saliendo del agujero negro en el que están metidos, sencillamente no iban a cobrar. Punto. Un indigente puede tener todas las deudas que quiera, pero lo que no va a hacer es pagarlas, a no ser que se le de cobijo y se le permita trabajar para tener ingresos y, así, atender a los acreedores, que cobrarían poco a poco. Lo que está claro es que de nada sirve prestarle dinero para que lo devuelva. Eso es estúpido, eso es un círculo infernal. Y lo que intenta Tsipras es salir de él.
Los riesgos de una consulta al pueblo son dos. Si sale un no y Grecia abandona el euro nadie va a financiarla para poder mantenerse como estado, simplemente porque no puede pagar. Los sufrimientos para la población serían enormes. Un país en bancarrota es un país en el que los ricos dejan de serlo o escapan como ratas, los pobres lo son tanto que no tienen ni para comer, el trabajo es escaso o nulo y todo el mundo vive torturado. Una especie de país en posguerra. Pero tiene una cosa buena. Empiezan de cero y conservan intacta su dignidad como pueblo. Si sale un sí, entonces Tsipras estará legitimado para hacer las reformas que sean necesarias y para pedir a la nación sufrimientos extra. Los griegos vivirán una temporada larga humillados, pero conservarán intacta su dignidad como pueblo.
Sí. definitivamente Tsipras es inteligente. Se da cuenta que la dignidad es lo más importante que tiene un país. Grecia llegó a la situación actual por sus propios errores, pero Europa no tiene ningún derecho a mantenerla esclava de la devolución en tiempo y forma de préstamos imposibles de devolver. Si Europa y el FMI quieren cobrar tienen que ayudar y, por supuesto, exigir reformas legales. Fuera del euro hace frío, pero un pueblo con dignidad puede salir arriba. Tsipras puede estar en el buen camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario