En esta especie de cabaré de país pueden admirarse muy diferentes números, como sería de esperar. Números cómicos y grotescos, como es menester arriba de un escenario de varietés... Al final todo es pura burla. Los candidatos y allegados se pasean haciendo el gilipollas por los distintos platós de las televisiones: saltan y brincan, cantan y tocan, confiesan sus cositas como «personas humanas»... A ver quien cae mejor y es más majo. Porque hay quien vota por esto, les dicen. Los hacen imitar a los americanos (los asesores..., supongo) en todo salvo en una cosa: estos, los yankees, practican la seriedad luego, a la hora de hacer política, algo inusual en nuestra amada madrastra patria (seguiré con este asunto de hacer el pijo en la tele).
No nos bastaba ya con el sonrojo por verlos a todos hacer el canelo, cuando, el lunes se presentan a un debate en El País. Un buen debate, la verdad, independientemente de vencedores o vencidos. Se echaba de menos. Estaban todos los normales, faltó, el inadaptado: Rajoy. Hay quien dice que es que es listo Rajoy. No, no es verdad, puede que haga bien eso de ir a su ritmo y marcar los tiempos. Pero es porque no tiene otro ritmo, vamos que va lentito, que se le oyen ruidos si se le arrima el oído a la cabeza cuando piensa. Rajoy es lo suficientemente despierto para darse cuenta de que un debate libre al estilo del visto, es como jugar fuera de casa en campo embarrado y sin bota de tacos. Vamos, que no iba a dar bola. Intentó mandar a Soraya y le dieron calabazas. Al final hubo un atril vacío
Rajoy va a tener un debate, dice, con líder del principal partido de la oposición. Me pregunto si Pedro Sánchez tendrá los reflejos suficientes para anunciar que no va, que es mucho mejor que Rajoy hable solo... Total, va a decir nada más que chorradas. A qué va a ir Sánchez, ¿a escuchar que el paro bajó y la economía mejoró y no poder mandarlo a la mierda? Porque, a ver. Uno no sabe como cuentan lo del paro, pero le resulta raro, por llamarlo de algún modo que haya, según el INEM casi 1.000.000 de personas más trabajando que cuando empezó Mariano, y, sin embargo haya 25.000 cotizantes menos a la Seguridad Social. La bajada del paro se explica facilito: la gente que deja de tener prestación pasa de fichar y desaparece de las listas de desempleados. Pero, puedo equivocarme, desde luego.
Sánchez no debería ir a un debate con un tipo capaz de creerse sus propias mentiras; a una discusión con preguntas pactadas, con tiempo pactado... No se si habrá acuerdo hasta para el tipo de ropa interior de cada uno. Es mejor no ir. Rajoy va a decir que la economía mejoró. Algo que se desmonta con una simple alusión al aumento hasta el 100% del PIB de nuestra deuda pública. Rajoy va a decir que subió las pensiones, cosa que se tira abajo solo con mencionar que se gastó la mitad de la hucha del fondo de reserva y que si no nos andamos con ojo va a haber dificultades para pagarlas, puesto que cada mes entran varios miles de millones menos a la Seguridad Social al haber no solo 25.000 adscritos menos, sino a que los que hay cotizan menos porque los salarios son bajos o el empleo que tienen es a tiempo parcial. A qué va a ir Sánchez al debate. Hazme caso Pedrín queda en casa.
Y vuelvo al desfile por los platós para dejar solo una pregunta en el aire. ¿De verdad es necesario ser entrevistado por Bertín Osborne para ganar votos? ¿Es que no hay ni un ápice de dignidad en quién va allí para cuando le invitan decir sencillamente que no va? ¿De verdad el amigo Bertín puede ofrecernos algo que pueda interesar a los electores sobre el candidato. A mi me da que ir a esos sitios hace dudar a los votantes de la seriedad de esta gente. Pero, claro, uno solo es un pobre blogero de provincias cuya opinión no cuenta.
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