Puede que lo que voy a decir no guste a la mayoría, o sí, no lo sé. Pero es que ya estoy un poco harto de esta película. Que me perdonen los futboleros, pero lo que se está produciendo en estos tiempos con el fútbol es un caso digno de estudio. Un caso de estupidez colectiva.
Supongo que hubo alguna gente, como yo, que no ha visto los partidos de esta última semana. Y supongo también que habrán observado las ciudades vacías, los gritos de angustia de los vecinos al otro lado de la pared, los bares llenos de gente mirando el televisor,...¡uuuyyyyyyyy! Nervios, sufrimiento, ... ¡uuuyyyyyy! Más nervios, más sufrimiento.
Esto fue el martes pasado. El miércoles lo mismo. No ganaron "los nuestros", menos mal, si no hubiéramos aguantado además bocinas, gritos por las calles, borracheras, patadas al mobiliario urbano...El jueves más fútbol, este de segunda fila, pero fútbol igualmente. Esta vez sí ganaron. Bilbao y parte de Madrid a la calle. Qué importa que al día siguiente hubiera que ir al trabajo. Las radios emitieron programas de fútbol el sábado, el domingo, el lunes, el martes, el miércoles y el jueves porque esos días hubo partidos, seis de siete, increible. Que me diga alguien que esto no es estupidez colectiva.
Y luego está lo de la vergüenza. Ha podido suceder (la fortuna se alío con nosotros esta vez) que en las dos finales continentales estuvieran cuatro equipos españoles. Por fortuna solo dos lo consiguieron. No quiero imaginar lo que se diría de España en Europa. Un país casi en quiebra pero que tiene un fútbol capaz de aglutinar a las más rutilantes estrellas y pagarles lo que no está escrito. Un país que tiene que recortar derechos de sus ciudadanos y permite a los clubes una deuda de miles de millones.
Las caras embobadas que miraban los televisores estos días eran las de esos ciudadanos a los que se les recortaron derechos. Y por quienes sufrían son una parte significativa del problema. Los clubes deben millones y millones a Hacienda y a la Seguridad social. Nos deben millones y millones a todos nosotros... Y la gente continúa boquiabierta mirándolos, sufre por ellos, discute y hasta llora. Por favor, qué alguien me diga que me equivoco, que el imbécil soy yo, y que esto no es un caso de estupidez colectiva elevado a la máxima potencia.
3 comentarios:
La estupidez colectiva sobre el fútbol a la que Vd. se refiere en su artículo, llega, en ocasiones, a situaciones rayanas a la histeria colectiva. Hace años la empresa Citroen España ubicada en Vigo iba a llevar a cabo un ERE que suponía la pérdida del empleo de muchas personas. Hubo movilizaciones, pero no muchas. Por las mismas fechas, se conminó al Celta de Vigo -el de Karpin- a pagar lo que se debía a jugadores y, creo, que a Hacienda con la amenaza de, persistír el impago, hacerlo descender -militaba en primera división- a segunda. Hubo tantas movilizaciones acompañadas de tales desórdenes públicos que finalmente la Federación Española de Fútbol medió para que el Celta pudiese diferir la deuda e irla devolviendo a plazos. Cuando ese club se supo que no iba a descender, los ánimos de los vigueses se calmaron. Sin embargo, lo de Citroen creó poco revuelo en la población y eso que la genta podía irse a la calle. El compartamiento de la gente de este pais frente al fútbol es todo menos racional. La visceralidad es tal, que hay gente que puede llegar a agredir a otra persona por el hecho de no compartir la aficción por el mismo club o porque su equipo perdió frente al del otro. Desquiciante. Alberto Sierra.
Yo estoy mas qe harto de los programas de futbol qe se emiten todos los dias de la semana...y encima tres o mas horas diarias..en vez de poner otra programacion con otros deportes etc.
Alucino con lo que leo, como se puede opinar tan rarroooo... es que estoy totalmente de ACUEERRRDDOOO no sobía que alguien mas pensara IGUUUAAALLL que YOOOOO...
Todos tenemos algo de tontos.. supongo. Pero da igual lo que se le argumente al futbolero, nunca le pasara por su ¿cabeza? que el pudiera ser estúpiodo, ¡¡ ve a tantos (o mejor... tOntos)alrededor compartiendo lo mismo.. algo bueno tendrá la mierda... ¡¡¡ millones de moscas no pueden estar equivocadas ¡¡¡¡
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