Eurocopa 2012. Adiós a la crisis
Dentro de unos días va a dar comienzo la Copa de Europa de selecciones nacionales. Y mientras dure, o mientras la Selección Española esté en competición, todo el mundo estará en nuestro país como anestesiado. Los informativos abrirán con fútbol, los periódicos hablarán de fútbol y en la calle solo el fútbol será objeto de comentario.
Durante esos días se olvidará todo, como cuando el Emperador romano decretaba juegos para entretener al pueblo: pan y circo. Pan y circo es lo que vamos a tener durante unas semanas. Pan que nos hará olvidar el hambre que pasamos y circo que nos ayudará a no pensar en nada. Aunque la prima de riesgo, los mercados, los bancos y cajas vacíos y las bolsas convulsas sigan estando ahí.
No sé si España ganará, o no. La verdad es que me importa un bledo. Si España es de por sí, y gracias a sus gobernantes, un asco, que voy a decir del fútbol español. Un mundo manejado por macarras que tiene una deuda enorme con al estado, pero que le es permitido pasársela por el arco del triunfo. Por qué tengo que desear que gane la Selección. ¿Es antipatriótico no tener ese tipo de anhelos?
Si la Selección gana, el fútbol sale reforzado y se meterá más dinero, o se perdonarán deudas, qué se yo. Pero si cae eliminada a las primeras de cambio, al menos nos vamos a ahorrar una pasta y posiblemente se deje de mostrar interés por un deporte bellísimo de por sí, pero capitalizado por desalmados e ignorantes que, a su vez, traslada la ignorancia a todas las capas de la sociedad.
Madrid o Barcelona, Sevilla o Betis, España o cualquier otra... Qué importa quien gane o pierda. ¿Es que el imbécil que se baña en La Cibeles o en cualquier otra parte va a tener cambios en su vida? ¿Va a encontrar trabajo si está en paro? ¿Le van a pagar más si le pagan poco? Nada de eso: el pobre imbécil solo consume una dosis de anestesia que le haga olvidar lo putas que las pasa... Así andamos.
1 comentario:
Calme sus ánimos Sr. Arribas, porque de seguir Vd. exultantemente indignado, mucho me temo que habremos de quedar sin sus apetitosos artículos. Su corazón puede fallar y eso no es bueno ni para Vd. ni para sus seguidores, que como bien puede comprobar me encuentro. Es cierto. Se decía cuando la Dictura de Franco que este anestesiaba al pueblo con fútbol. Mire Vd. por donde ahora lo hacen las democracias más arraigadas del mundo occidental. Porque no es en España solo el delirio caprichoso acaecido si el balón traspasa o no la portería. Recuerde la reciente final en Munich entre el Bayern y el Chelsea. No me diga Vd. que alemanes e ingleses no son lo más granado de las sociedades democráticas occidentales. Pues ni con esas pudieron reprimir el estallido de alegría en Londres ni la estupefacta desilusión cercana al llanto, en Munich. Si Sr. Arribas, le pese a quien le pese, incluido a Vd., el fútbol mueve unas pasiones irracionales que a mí se me antojan propias de los pueblos más primitivos. Pero ser campeón del mundo, y España lo fue en Sur Afríca, parece que es motivo de máximo orgullo nacional, aunque nuestros jugadores hayan pagado sus impuestos de lo ganado en aquellas tierras africanas en Austria. ¡Y nadie los critica! Así nos va, apreciado articulista. A. SI
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