Qué pena de país. Qué asco genera a veces el proceder de las instituciones y de los poderes del estado. Qué horrible sensación de impotencia, de indignación: qué nausea. Ya estábamos enterados de que la política en general está aquejada de una enfermedad degenerativa sin remedio conocido o de que los partidos mafia entregados al poder económico quieren que todo continúe igual para seguir viviendo la vida muelle a costa de desangrar a la sociedad. Pero no sabíamos, o no queríamos saber, que la Justicia estuviera también al servicio de los mismos señores. Yo al menos no lo quería creer, pero parece que sí, que hay estamentos judiciales tan podridos o más que la política.
Está en la calle, y lo dice hoy el Fiscal General del Estado, muy preocupado él, que la justicia no es percibida como igual para todos. La calle, la maldita calle, la gente cree que la justicia es injusta. Que se aplican penas enormes a hechos livianos y penas livianas a hechos terribles; que unos hacen paseíllo y otros llegan en coche oficial, que a unos les juzgan con inusitada rapidez y a otros les prescriben los delitos a fuerza de recursos y más recursos... En fin, que la gente tiene razón: la Justicia es una mierda pinchada en un palo, y encima maloliente.
Eso es lo que piensa la gente al ver que Garzón fue juzgado y expulsado por meterse donde no debía con la Gürtel, lo mismo que Silva por hacer lo propio con Blesa. Es lo que la gente pensará todavía con más razón cuando empiece a digerir la noticia recién salida de la cocina de los juzgados madrileños: el hombre disfrazado de cura que entró en casa de Bárcenas condenado a 22 años. Sí, sí, 22 años por darles un susto a la mujer de Bárcenas, a su hijo y a una empleada... Bueno,pensándolo bien, había el agravante de ir disfrazado de cura. Además, con que cumpla 18 saldrá sin problemas.
Cuando uno mira hacia atrás y ve a etarras con decenas de asesinatos que salieron en 20 años, o a ladrones y corruptos que no cumplen pena alguna, o a indultados por el gobierno que solo estuvieron de paso un corto tiempo en el trullo, uno piensa que quieren reírse de nosotros, de toda la sociedad que les mantiene, que les legitima en cierto modo, a políticos y a jueces y que, sobre todo, les soporta. Porque, que a un chiflado que da un susto se le juzgue y condene en 6 meses se hace bastante insoportable para quienes pensamos, demasiados ya, que todo esto es una farsa, un mal sueño que tenemos la maldita suerte de vivir. Lo dicho: qué asco.
1 comentario:
Lo has dicho, y lo has dicho muy bien : Insoportable
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