Desde hace años rehuyo el debate sobre este asunto porque aquí, en Asturias, en las cuencas mineras, es casi tabú. Es decir, que me acuso de haber guardado silencio, durante todos estos años en los que se producía esta tremenda estafa. Un engaño en el que los principales perjudicados eran paradójicamente los propios beneficiarios, es decir, las zonas mineras en toda España, que deberían haberse desarrollado con la enorme cantidad de dinero puesto a disposición de los «agentes» que debían gestionarlo.
Nadie sabe exactamente cuánto dinero fue enterrado en las áreas mineras. En Asturias, cada vez que intento averiguar la cantidad asignada, obtengo un estruendoso silencio, o bien me dicen que no se sabe, porque las partidas... bla, bla, bla... El caso es que nadie aventura una cifra. Uno tiene que acudir a la información en prensa para escandalizarse con que, desde 1990, entraron en este país (claro, no podía ser en otro) la friolera de 25.000 millones de Euros. ¿Cuánto de esto vino a Asturias? No se sabe, o sí, pero no se dice. Hombre, se puede hacer un supuesto, digamos que 20.000 millones. Asturias es el principal foco minero en España, así que la cifra no es muy aventurada.
Visito con frecuencia las cuencas mineras centrales y me llama la atención que, en los años 80 del siglo XX ya estaban en crisis, como lo están hoy. Las cuencas siempre están en crisis, qué curioso.¿Qué pasó entonces con los 20.000 millones de euros...? Nada. Se volatilizaron, se gastaron no se sabe en qué exactamente. Pero prejubilaciones, subvenciones a empresas, obras inútiles y otras estupideces los hicieron desaparecer como si cayeran al interior de la chistera de un mago. Pero pasar, no pasó nada, no hay ningún problema. Nadie pide cuentas. Las cuencas están anestesiadas y viven el presente, y sus dirigentes políticos y sindicales continúan insistiendo en que se necesita más dinero, además de mantener la actividad minera, que es lo suyo. Manda huevos.
Claro, uno, como es algo estúpido se pregunta: ¿Pero bueno, toda esa pasta no era para que estas comarcas dejaran de ser mineras y fueran otra cosa? ¿No deberían estar preñadas de actividad industrial al alto nivel para que las generaciones siguientes ya no se dedicasen a la minería? Pues parece que no, porque en las cuencas no hay actividad, la principal de todas sigue siendo la minería. ¿No es una paradoja? ¿No sería que quien manejaba los fondos sencillamente no tenía ni «puta» idea de cómo hacer las cosas? Los fondos mineros fueron utilizados sencillamente para mantener cautivos unos cuantos miles de votos. Mientras tanto, la población era incapaz de rebelarse contra aquellos que les estaban robando el futuro. No solo esto, sino que entraban al trapo cuando les animaban con soflamas a seguir en la lucha, a ir a la huelga, a tirarse a la carretera en marchas hasta Madrid... Así les mantenían entretenidos mientras ellos llenaban su gorda barriga en buenos y caros restaurantes.
Eso, sí. Tienen un maravilloso spa en Felechosa y unas cuantas empresas, creadas a golpe de subvención, arruinadas y sin dar trabajo a nadie... ¡Ah! y una autovía para ir rápido a Gijón a la playa. Eso es justo reconocerlo. Y en todo este periodo al pobre Villa le dio tiempo para hacerse con un poco de dinero y a entretenerse comportándose como un vulgar dictador bananero en un sindicato y en un partido en Asturias, mientras propios y extraños se lo consentían. Qué cerebro este Villa, cómo lo habrá conseguido. Cómo habrá tenido tanto tiempo a tanta gente agarrada por los testículos. No lo puedo comprender, a no ser que estuvieran todos revolcados en el mismo merengue. Eso sí. Ahora le expulsan de manera fulminante del SOMA y del PSOE. Cría cuervos, José Ángel.
Y de todo esto, qué piensa la gente. Pues no lo sé. Yo solo puedo hablar de mi. Villa fue el causante de que yo dejara de votar. Su presencia en las listas me hizo pensar que el sistema había nacido ya podrido. Sus prácticas ademocráticas me ponían los pelos como escarpias y no digo nada cuando le oía algún discurso en plan arenga... No puedo expresar la vergüenza que sentía. Pues Villa no es más que la punta del iceberg, una simple muestra de quién estuvo al cargo de la gestión de 20.000 millones de euros. Hay muchos más Villas al mando del paquebote, así que las cosas no van a cambiar mucho. Todos tranquilos.
3 comentarios:
Aplausos entusiastas
Es duro su artículo, soy de la cuenca del Caudal, estoy totalmente de acuerdo. Todo una farsa, como todo.
Salud (mental)
Sí que es duro el artículo. Pero creo sinceramente que el modo en que se acometió el problema de la minería fue tremendamente perjudicial para las cuencas. La avalancha de prejubilaciones generó un grave problema: el freno total al emprendimiento por parte de un montón de personas demasiado jóvenes para estar en su casa sin hacer nada. Luego está el empleo desastroso de cantidades ingentes de dinero que no trajeron ni una pizca de mejora de las condiciones críticas de crisis de las comarcas mineras. La gente de la mina merecía mucho más, no solo subsidios.
Lo malo es que se sigue insistiendo en la misma fórmula... Una pena.
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