La verdad es que yo no sé qué haría si tuviera dinero. Bueno, si tuviera dinero sí: lo tendría en el banco sin más, en depósitos al interés que me dieran, como casi todo el mundo que tiene algo. Pero cuando digo dinero, digo dinero de verdad, o sea, mucho dinero, muchísimo dinero... Qué haría... ¿Llevar una parte a Suiza? Pues igual sí, qué se yo. Sin embargo, una cosa tengo clara de mano: pagaría mis impuestos. Cualquiera tiene derecho a abrir una cuenta en Suiza, o donde sea, siempre que esta sea legal y se paguen los impuestos correspondientes por tal patrimonio en el país de origen, en el de destino, o en ambos.
Claro que yo soy un ciudadano estúpido que entiende que el país se nutre de los impuestos para poder tirar para adelante, no un ciudadano listo que cree que los impuestos son una maldición divina que nos envía el Estado para robarnos y que lo que hay que hacer es pagar lo menos posible... ¡Por qué iba a ser tan lelo! Tendría que mirarme en el espejo de los que entienden, ¿no? Al fin y al cabo el dinero es de uno: mío. Qué coño pinta el Estado en todo esto. Por qué iba a ser yo, me pregunto, tan gilipollas. Si tuviera dinero tendría que hacer como los de la lista Falciani: los ricos ricos, vamos. Debería seguir los pasos de los que de verdad controlan. Por algo son adinerados de verdad, además de unos miserables defraudadores. Me abriría una cuenta opaca de esas, como los nobles, los políticos, los deportistas... Por qué iba a pagar yo si no pagan ellos. A la mierda.
La semana pasada la inefable Soraya Saenz, la vicepresidente del Gobierno, decía de un tipo de Podemos, un tal Monedero, que había hecho una declaración complementaria por un resbalón fiscal, que si todo el mundo hiciera como él no tendríamos servicios públicos. Espero que tras el siguiente consejo de ministros esta chica se exprese parecido; quiero decir que, por justicia, debería explicar que con lo defraudado por estos evasores se habría hecho tal o cual cosa, o se habría podido evitar la subida de tal o cual impuesto a la gente de a pie. Soraya es justa e inteligente, se ve en ella. Estoy seguro de que dirá algo parecido esta semana. Completamente seguro.
La profusión de gente de «categoría» en esta lista le lleva a uno a tener ciertas dudas. ¿Estos fueron así siempre, o los hizo así la pasta? No sé a qué carta quedarme. Hacerse rico le cambia a uno. Hay verdaderos malnacidos que hasta hacen caridad cuando se les llena el bolsillo; otros incluso montan fundaciones, seguramente para tranquilizar su conciencia; o donan buenas cantidades a Cáritas. Pero por qué esa alergia a los impuestos. Si aún pagando lo estipulado y dando propina seguirían siendo riquísimos. Y a ver qué va a hacer Hacienda ahora. Imagino que los crugirá... ¿Qué no? Cómo que no... Cómo que la mayoría regularizaron la situación por la amnistía fiscal de Montoro. Pero bueno, qué es esto. Tiene que tratarse de un error. Hacienda es igual para todos... ¡Ah! que no... Vaya...
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