Por un lado me sentiría objeto de deseo de tirios y troyanos. Por lo pronto ambos enemigos irreconciliables se pelean por ponerme a su favor. Los unos, los independentistas, me dicen que España nos roba. Claro, yo entiendo que lo que quieren decir es que está gestionada por un montón de políticos quinquis y ladrones que nos sacan los hígados para dárselo a los vagos de otras zonas que no pegan ni golpe. Entonces me digo: joder, tienen razón. Quiero la independencia.
Luego vienen los otros y me dicen que Cataluña está gobernada por un montón de mafiosos que cobran comisiones del 3% por las obras y que se están forrando, esto los de CDC, y los otros, los de ERC son una caterva de radicales que solo ven enemigos al otro lado de la frontera, que lo que quieren es empezar a coger su parte del pastel de lo del 3% ese. Y, ostras, al menos en lo de CDC tienen razón. El Pujol este y su familia, menudos chorizos. Nada no quiero independencia. Estos nos echan a pique en cuatro días.
Carajo. Qué dudas más horribles. Ahora dicen que va a haber un corralito de esos y que lo de las pensiones, en fin..., que no va a ser seguro... Ni la sanidad. Pero Mas insiste en que no, que es todo una mentira. Y el Obama y la Merkel se meten en el asunto. ¿Por qué coño...? Claro que también me pregunto para qué fueron Mas y el otro, el que va de número uno, a hacer el ridículo a la BBC o a la CNN. ¿Por qué les interesa a todos lo que digan fuera, si este es un asunto de dentro?
Y para liarla más están los de la Constitución. Qué hay que cumplirla, que si no, nos castigan. Pero cómo se va a cumplir algo que se quiere saltar. Es de tontos. Y también hablan los empresarios: unos cuantos que estamos mejor solos, otros, la mayoría, al lado de los bancos, que si es una barbaridad... Y para fastidiarla del todo, la Iglesia: una parte va a rezar por la unidad de España, otra no le hace ascos al asunto soberanista. Y el acabose: un iluminado deja caer que no va a haber Barça Madrid. Y Mas venga a fajarse, menos a lo del fútbol, igual porque el prefiere un derbi contra los periquitos. Es decir, que aquí hay un lío de tres pares de cojones.
La gente por ahí, la normal, no los políticos, dice que los catalanes somos raros, que vamos a lo nuestro. No. No somos muy populares en España. Yo no sé si España nos roba, pero si nos tienen bastante rabia. A lo mejor un poco por culpa nuestra, pero no creo. Yo cuando salgo a la calle, veo gente normal por aquí. Gente que trabaja, o que está en el paro, que fuma y que no fuma, rica y pobre, alta y baja... O sea, veo lo que se puede ver en cualquier parte. Por qué ese empeño en hacernos especiales.
Pues ahora que estoy metido en la piel de un catalán, no lo tengo claro. Pero lo que más me apetece es votar a los independentistas, en especial por todos esos vídeos ofensivos que circulan por las redes sobre nosotros y que promueve muy especialmente el PP y la derecha cavernícola. La derecha extrema del PP nos insulta constantemente. Puede que algunos aquí no se sientan insultados, pero muchos sí. Yo sí. Lo que intento decir es que si mi voto fuera visceral caería en los brazos de CDC y ERC. Pero prefiero ser cerebral, algo difícil en esto del voto. Voy a pensarlo. Pero no descarto nada. El Gobierno nos trata como a ganado, o yo tengo esa sensación. Así que, no sé que haré. Veremos.
1 comentario:
Si fuese catalán con actitudes verdaderamente democráticas buscaría información veraz para plantearme si apoyar la independencia o no.
¿Cataluña paga más impuestos de lo que recibe del Estado? Parece ser cierto que así es. La Independencia parece la solución, pero debo plantearme que mi país, Cataluña, en épocas de crisis económicas no se valga por si mismo sin el cobijo de un país más grande, tal como España. De hecho, eso sucedió ya, cuando el Dictador Primo de Rivera protegió con importantes gravámenes arancelarios al textil catalán en detrimento del de Liverpol, que además de más barato era de mejor calidad. Y todos los españoles, los que vivían en Cataluña y los que no, tuvieron que vestirse con las telas de inferior calidad fabricadas en Cataluña.
Además, si es injusto el trato fiscal hacia Cataluña por España, por qué no plantear cambios fiscales en el resto de las Autonomía, tal como modificar los fueros vascos y navarros que tanto les favorecen económicamente respecto al resto de los pueblos de España.
Me preocuparía que mis conciudadanos vivan mejor y no estar del lado de un President de la Generalitat -Sr Mas- que sólo se ha preocupado en sus años de gobierno en reducir a límites insospechados las coberturas educativas, sanitarias y sociales.
Me plantearía qué hacer con aquellos de mis compatriotas catalanes que también se sienten españoles. Si los líderes Idependentistas les privan de libertad de expresión y los relegan a la nada, no podría decantarme por la Independencia por temor a que una actitud tan tendenciosa y excluyente pudiera algún día recaer sobre mí o mi familia.
Y, sobre todo, tendría muy, pero que muy en cuenta que desde hace más de treinta años la historia que se enseña en Cataluña está sesgada a favor de la Independencia y, por tanto, en contra de la convivencia con el resto de los pueblos de España. Como me considero un libre pensador -me hago mis propias opiniones con las respuestas que obtengo a mis preguntas- lo que más me repugna es la manipulación mediática del que posee el poder para “crear opiniones sesgadas”, por lo que detestaría todo lo que tenga que ver con personas como el gran manipulador que es el Sr Mas.
Planteándome todas esas preguntas y respondiéndomelas con serenidad y veracidad, tomaría una decisión sobre si estar o no a favor de la Independencia de mi pueblo (Cataluña), si bien sabiéndome un ser humano que no cree en fronteras, me decantaría por seguir en compañía de los españoles, como lo haría con los europeos y el resto de los países del planeta tierra, porque me siento ante todo ciudadano del mundo. A. Sierra. PS: me considero con un grado de discernimiento muy superior al Sr Mas por lo que no necesito de "salvapatrias" como él que lo único que persiguen es la desunión, el rencor, y el enfrentamiento. Es un ser humano patético y un "zombi" político que podremos comprobar tras las elecciones.
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