La prensa en general trata de arrancarle a Rajoy un adelanto de lo que va a hacer, un adelanto de qué equipo va a formar, un adelanto de como va a hacer lo que todavía no dijo que iba a hacer..., en fin, no sé como decirlo. Es como si los medios tuvieran ansiedad sobre la falta de noticias que difundir.
Vivimos en un mundo adelantado: las bolsas son el ejemplo más claro. Se adelantan a la realidad por no sé que indicador que dice lo que va a pasar dentro de varios meses, o por el índice de producción de cualquier área y responden al alza o a la baja sin que en realidad haya pasado nada en concreto. Luego cuando los datos reales se consolidan, no sucedió nada, pero todo se movió, y el movimiento de dinero genera dinero y la gente gana y pierde.
Se necesitan sensaciones fuertes. Cada día nos despertamos con noticias impactantes. La necesidad de impactos para mantener vivo el mundo de la opinión es cada día más notoria. Por qué. Por qué no nos dejan respirar un poco. No creo que sean malos para la sociedad periodos de clama informativa. Las personas necesitamos, a veces, relajarnos y no pensar. Pero los medios no lo ven así.
Por eso los periodos de inactividad política son tan estériles para quienes se dedican a la comunicación y les generan ansiedad de noticias. Menos mal que, en todo este tiempo, hasta que se constituya el nuevo gobierno, hemos tenido la crisis del Euro y a Merkel y Sarkozy para mantener el flujo de noticias contundentes con las que nos tenemos que desayunar cada día.
Hemos dejado de analizar lo que sucedió para pasar a analizar lo que todavía no llegó. Y claro, tenemos un problema gravísimo, porque no hay nada más inseguro que el análisis basado en supuestos. Vamos a necesitar ansiolíticos sociales.
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