Homo estupidus
Este cuerpo sólido por fuera, líquido por dentro, y cubierto de agua en dos terceras partes de su superficie, llamado planeta Tierra tiene un problema de dimensiones "planetarias": los humanos.
En "El origen de las especies..." Darwin habló de la selección natural como motor del cambio de los seres vivos, hasta el punto de que una población dividida en partes y sometidas estas a diferentes condiciones, se puede derivar en el transcurso de un tiempo suficiente su conversión en especies diferentes.
Lo que nos está ocurriendo a los humanos debe ser algo parecido a esto. No se explica si no que se ignore por completo un problema general y enorme: el cambio climático y todo lo derivado de las emisiones desproporcionadas de CO2. USA, China e India, tres de los países más poblados del mundo, se niegan a limitar sus emisiones. Es como si el problema no fuera con ellos.
Está claro que algo debe pasar en USA, China e India. El ambiente debe ser diferente y el Darwinismo actúa. La especie Homo estupidus entra a formar parte de la evolución humana lo mismo que el Homo neanthertaliensis y el Homo sapiens.
Los humanos han ido estableciéndose en La Tierra hasta formar una especie de comunidad de vecinos de un gran edificio. En ella hay miembros pobres, ricos, guapos, feos, listos y tontos. Esto es, diversos. Lo que ocurre ahora es que hay unos cuantos miembros ricos y tontos (combinación letal), que están empeñados en no ver que el tejado del edificio tiene goteras y que corre el riesgo de deteriorarse gravemente. Claro ellos viven en niveles menos expuestos. Lo que no parecen querer saber estos inconscientes es que un edificio sin un tejado bien mantenido acaba por derrumbarse.
Estamos hablando constantemente del problema financiero y de crecimiento que tiene la sociedad occidental: la crisis del Euro, la falta de crédito, los indicadores en USA, los Bancos centrales, la Reserva Federal... Casi vamos a terminar por ser todos expertos en economía. Y, sin embargo, la evolución nos está llevando hacia el Homo estupidus. Y mientras nos concentramos en nuestras pantallas y nuestras cuentas no queremos mirar hacia arriba para ver como nuestro edificio se queda sin cubierta.
Lo dicho: Homo estupidus
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