Ni recuperación económica ni reducción de la tasa de paro ni crecimiento sostenido del PIB. Nada de eso va a ocurrir, y si aparentemente ocurre, será falso, como lo fue durante la fiebre del ladrillo. No hay posibilidad de un crecimiento sólido ni de un PIB bien soportado si no hay un crecimiento del sector industrial. Es sencillamente imposible. Y si volvemos a las andadas y nos inventamos algo parecido a la construcción, volveremos a darnos otro batacazo. La producción industrial española lleva casi dos años de caída sostenida.
No hace falta ser un economista avezado, yo no soy ni lo uno ni lo otro, para inferir el sentido de los parámetros económicos si no se potencia la industria. Serán negativos, seguro. Por eso, no entiendo cómo no hay nadie poniendo el grito en el cielo y exigiendo en el parlamento, en los medios de comunicación, en las comparecencias estas de fin de semana que se tomen medidas contundentes para invertir la tendencia de reducción. Los políticos están para eso, o no.
El ministro de Guindos, financiero de reconocido prestigio por su gran trabajo en Lehman Brothers, no parece enterarse de nada. Bueno, y del amigo Soria para qué hablar. Para este parroquiano lo más parecido a una industria es Aldeasa (los que venden chuches y recuerdos en los aeropuertos). Bueno, fue consejero en Initec (pobres) hace unos años. Rajoy es registrador de la propiedad, como él mismo se ocupa de decir demasiado a menudo. Todo lo cual quiere decir que de la industria en España no se ocupa nadie a nivel político. Mal vamos.
El PIB de los países potentes está basado sobre todo en su potencia industrial. Sin embargo en España estamos empeñados en los servicios y en otras bagatelas, que siendo importantes para la creación de empleo, sufren los vaivenes del mayor o menor consumo según vaya la economía general, o lo que es lo mismo, son dependientes de sectores generadores de riqueza, a la vez que de empleo: sector industrial. A que está claro.
Siendo la base de un PIB bien armado, por qué no se potenció siempre. Pues no lo sé. Tal vez porque las áreas industriales: Cataluña, País Vasco y algo Asturias, no fueron nunca bien tratadas desde los centros de poder en Madrid; lo que derivó en el problema político territorial que tenemos ahora. Parece simplista, pero es real. El caso es que la falta de desarrollo industrial hizo de España el país pobre que fue, y que es.
Aznar primero y Zapatero después inventaron y perseveraron en la construcción como relleno, a falta de actividad de la industria. Lógicamente metieron la pata hasta el corvejón. Bien, pues estamos a tiempo de hacer algo. Lo único que nos puede ocurrir es que mejoremos. ¿Por qué entonces, desde la política, no se impulsa a la industria? Esa es una respuesta que no puedo dar, pero tiene algo que ver con la falta de nivel de quienes estuvieron al frente del país desde tiempos inmemoriales.
3 comentarios:
¿Y si el precio a pagar para pertenecer a la eurozona es habernos quedado solo para el sector servicios y nunca tener un sector industrial que nos saque del apuro en que nos encontramos? A veces pienso que pueda ser verdad y que, si es así, hicimos una elección equivocada por el temor a quedarnos rezagados. A. Sierra.
Sí, Sr. Sierra:
Estoy convencido, lo dije en alguna entrada, de que hay un diseño "secreto" de Europa, con un Norte y un Sur bien diferenciados: católicos y luteranos, vamos. Los unos con su moral de parecer humildes y sin una sociedad civil poco influyente y los otros, todo lo contrario con una sociedad civil potente y un sentirse socialmente orgulloso por llegar a metas... Fíjese usted qué diferencia tan sutil de criterio y de dónde parece venir todo. Tengo que dejar de pensar, va a darme mal.
Un saludo
Quise decir "parecer humildes CON una sociedad civil poco influyente"
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