El excesivo poder que los partidos políticos tienen en nuestro modelo de estado viene sobre todo del tremendo error del sistema electoral que contempla elecciones a partir de listas cerradas y bloqueadas. Este modo de elección amputa al electorado la libertad de escoger a quien realmente quiere para que le represente. Puede que el sistema británico, directo y uninomial, sea duro con los candidatos, pues en cada jurisdicción solo sale el más votado, pero es sin duda el que produce mejores resultados en cuanto a la calidad de los representantes.
Todo el mundo conoce a la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, esposa del expresidente Aznar por todo mérito político o personal. Botella es el paradigma de persona dedicada a la política por no se sabe qué, pues carece de la más mínima empatía, su capacidad de comunicación es ninguna, su capacidad de liderazgo es inexistente y su competencia para ostentar cargo alguno, dudosa. Entonces, me pregunto. ¿Por qué está en política? Y sobre todo. Cómo llegó a un cargo de tal relevancia.
La gran equivocación de los padres de la democracia al diseñar el sistema electoral fue pensar que los partidos iban a tener siempre el equilibrio, la mesura y el juicio suficiente para poner en las listas a personas cualificadas. Y claro, no fue así. Los partidos ponen en las listas a los más fieles y leales al líder, a algunos representantes de otras sensibilidades dentro de la organización (para que no se diga) y luego a algún verso suelto independiente, pero afín. Pero, además, siempre queda alguno de los primeros puestos para algún hombre o mujer que quieran colocar los peces gordos.
Así se llenan las listas de Botellas y Botellos. Personas que aterrizan sin más en medio de la maraña de nombres y que, mediante alguna calculada carambola, o por simple azar, se encuentran con un cargo que, naturalmente, les viene grande. El ejemplo más palmario es la alcaldía de Madrid. El alcalde o la alcaldesa de Madrid tiene que ser alguien de gran talla política y personal. No voy a ir a Tierno porque personajes como él se dan uno cada mil años, pero es que, entre Tierno y Ana Botella hay un término medio. Esta pobre mujer no sirve para lo que hace, y no hay nada peor que no reconocer las propias limitaciones.
Bien, pues este es el fruto del bonito sistema de listas cerradas y bloqueadas. si nos ponemos a reflexionar sobre ello, con total seguridad que todos conocemos a decenas de Botellas y Botellos en nuestros ayuntamientos, comunidades, en el Congreso de los Diputados, en el Senado... En fin en todas partes. Y esto es lo que hace que la política en España sea lo que es. Las listas cerradas son un sistema selectivo de incompetentes politicos. Lo fueron desde el primer momento en que el primer incompetente llegó a lo alto y empezó a rodearse de otros más incapaces que él mismo. Una Botella gobierna en Madrid, y mucho me temo que un Botello gobierna en España. Ojalá me equivoque en lo segundo, o mejor rezamos.
1 comentario:
No lo van a cambiar los propios partidos-mafia, con lo bien que les va, sobre todo a los grandes y los nacionalistas
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