El presidente autonómico de Extremadura parece que iba frecuentemente a Canarias cuando era senador. Los viajes de los parlamentarios son reservados. Pero, Monago, según dicen, desempeñaba tareas políticas en Canarias. Hasta aquí, nada que decir. Únicamente la extrañeza que causa que un senador por Extremadura tenga tanto que hacer en Canarias. Esta anomalía debería haber bastado para que se investigasen los porqués de este especial celo por las islas y se hubiera puesto al amigo Monago en un brete. Pero no, la prensa no se conforma con eso. La prensa, la de baja estofa, lo que quiere es escándalo, follón, relaciones personales destruidas, intimidades violadas... Porque al personal le va el morbillo tipo telecinco.
Y, por supuesto, apareció la chica (cherchez la femme). Una atractiva militante, o simpatizante, trepa ella, encantada de estar en el candelabro y que desvela que el incauto Monago viajaba tanto a Canarias porque iba a «visitarla». La prensa hortera publica todo esto así, de manera descarnada y le jode (con perdón) la vida familiar al pobre presidente extremeño. Y luego, para rematar, resulta que el «visitador» no era solo Monago, sino también un diputado por Teruel (sí, Teruel existe) y mandamás del PP en la provincia. O sea que esta atractiva señorita era «visitada» por dos parlamentarios del PP en ejercicio. Y ella habla de ello con toda naturalidad. ¿No suena todo esto a película barata?
Que nuestra legislación electoral lleva casi cuatro décadas haciendo selección positiva de inútiles e incompetentes, que no ven más allá de sus narices, cada día es más evidente. Claro, a estos tiparracos, sean del partido que sean, les dices que los viajes de los parlamentarios son gratis en todos los casos, y piensan que se incluyen los que se hacen para visitar señoras y otras tonterías. En fin, que esto es así... Y no quiero pensar que, de repente, y sin avisar, se hiciera una auditoría completa de los motivos de los viajes de todas sus señorías. No se libra ni uno. Los desplazamientos por motivos personales camuflados en las gigantescas cuentas de gastos de viaje de Congreso y Senado son, con toda seguridad, incontables... Y van casi cuarenta años de práctica. Fuerte, ¿no?
La última encuesta del CIS confirma la irrupción de Podemos. Y los partidos potentes, en especial el PP se lanzaron a señalar el peligro de este tipo de opciones populistas. Sin embargo, en ningún caso señalaron qué tipo de razones pudieron generar este vuelco en las previsiones electorales. Así que, lo que decía al principio, la legislación electoral selecciona inútiles, o tontos, incapaces de analizar la realidad, cuando a cuestión es verdaderamente sencilla: el electorado ve peligro en los populismos, claro que sí; pero si estas opciones suben como la espuma, ¿no será que ve más peligro en seguir gobernados por ineptos en todos los niveles?
Lo malo es que para cambiar las cosas: leyes e instituciones fundamentalmente no contamos más que con esta selección de alelados (casta) y otra de populistas. Pues jodidos estamos (con perdón).
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