24 abril, 2015

La dignidad y la política

Hace ya tiempo que política y dignidad son términos divergentes. Es difícil es encontrar un político al que se pueda calificar como una persona digna. Alguno hay, desde luego, pero los pocos ejemplares con esta cualidad suelen estar callados, escondidos en su escaño, en lo más interno de los partidos o apartados en algún despacho oscuro. Por alguna razón lo que se expone al respetable es, o lo mediocre, o lo peor, además de lo garrulo, lo zafio, lo impresentable..., lo inútil.

Examínese al Gobierno casi en pleno, o al partido que lo sostiene, el PP. En el gobierno se salvan como mucho uno, o dos, ministros, que sí llevan su cargo con cierta dignidad (pienso sobre todo en Ana Pastor). En el PP no encuentro a nadie, por mucho que escarbe; en todos los nombres familiares en el partido y en el parlamento no veo más que garrulismo: Cospedal al frente, con Floriano (Dios nos ampare); en la tele el imberbe que mandan ahora a las tertulias, Casado; en el Congreso, el portavoz nuevo este, Hernando, de maneras chulescas y hablar macarril, una delicia de personaje.



Pero las joyas del PP son hoy, mañana ya veremos, Trillo y Pujalte... Menuda pareja. El uno embajador en Londres (vaya representante ante su Graciosa Majestad), como premio a su chapuza en la gestión del Yak 42; el otro, amigo de todos los procesados del partido y paladín de la elocuencia, incapaz siquiera de expresarse en un castellano medio correcto. Pues estos dos, un genio de las trampas del Derecho y un simple economista listillo, asesoraban verbalmente, que escribir da mucho trabajo, a un constructor (qué otra cosa podía ser, hablamos del PP) y se sacaban un sobresueldo. Ambos son el paradigma de la dignidad política, un ejemplo a seguir, en el PP, claro.

En el PSOE las cosas no son mucho mejor. Hombre, no llegan a ser tan escandalosas las cosas como en el PP, pero tampoco son mancos. Los socialistas tienen en el partido y en el Congreso a gente un poco más capaces y sobre todo un poco más educada, pero sin mayores estridencias. La falta de nivel es más que notoria. A Sanches y a su equipo les queda por recorrer; y a Susana, por mucho que digan, me van a perdonar pero parece vender tan solo humo. Lo peor es la manera de tapar las cosas, todo queda en casa. Es verdad que no tienen nada comparable con el PP, pero macarras tienen también alguno... Se me ocurre Fernández Villa (expulsado), en Asturias, un cacique sin oficio ni beneficio que mandaba, quitaba y ponía y que pasó de ir a responder al Parlamento autonómico (con un par). Asturias y Andalucía son fuente inagotable de socialistas enganchados al tren del pancismo. Feudos socialistas, sí, repletos de redes clientelares y componendas.


 Los paradigmas socialistas son Chaves y Griñan. Ambos metidos en líos, de índole diferente a los peperos, pero líos gordos. La presión les hace pensar en dejar la política. En dimitir no, dimitir, por qué, si lo de los ERE no era responsabilidad de ellos, que solo eran presidentes o consejeros. Además Chaves, ante el anuncio de retirada de Griñán, dice que el no tiene por qué irse, que el es diputado por mandato del pueblo. El muy caradura no se da cuenta de que el pueblo no tuvo nada que ver con que se le pusiera en una lista. Otra cosa hubiera sido que se hubiera ganado la jurisdicción en una pelea democrática limpia. Vamos, una cosa de esas que en España no hay y que sería estupendo que la hubiera, siendo, además gratis como es.

En fin, que si alguien me quiere instruir sobre la dignidad en política, por favor que lo haga porque puede que sea yo que me deprimo innecesariamente.

2 comentarios:

Bond dijo...

No te olvides de nuestra inefable Esperanza

Bond dijo...

Y qué decir de "Arfonzo" e i suoi fratelli...