El muy supremacista profesor de la UB Jordi Hernández Borrell, en un tweet (cuidado con Twitter que lo carga el diablo), embiste contra Miguel Iceta. Lo llama impostor, ignorante y demagogo y dice que baila al son de Ciudadanos y del PP y que es un ser repugnante. Podría haberse quedado ahí. Pero por el medio, Hernández afirma que, además tiene los «esfínteres dilatados». No especifica qué esfínteres en concreto.
El amigo Hernández (él no utiliza su primer apellido en Twitter..., el pedigrí, ya se sabe) es además el director del Instituto de Nanociencia y Nanotecnología. Y por lo que se ve es portador de un nanocerebro y un nanosentido común. Este disminuido mental no se da cuenta de la importancia de los esfínteres en el cuerpo humano. Los esfínteres controlan los reflujos, el paso de algunas secreciones glandulares, la salida de la orina y del bolo fecal. Bolo es precisamente como en Toledo llamarían a este tipo.
Siempre sostuve, y nunca me canso de decir que los nacionalismos generan odio, que son excluyentes y que solo conducen a la catástrofe (el nacionalismo español, también), y que, además, se escriben con Z: naZionalismo. El comentario de los esfínteres es digno de un nazi. Hernandez no es más que un nazi. Conviene empezar a llamar a las cosas por su nombre.
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