Dos besos parece ser la única forma de saludar a una mujer. Ayer me llamó la atención en los prolegómenos del debate en La Sexta sobre Cataluña. Cuando llegó la candidata Arrimadas y salió del coche, los dos hombres que aguardaban a la puerta fueron hacia ella y la saludaron con dos besos, uno primero y otro después. Cuatro en total recibió la señora Arrinadas.
No vi la llegada de los otros candidatos, todos hombres, pero me juego algo algo a que los dos apuestos caballeros que hacían los honores, a ninguno le hicieron ni el ademán de besarlo. ¿Por qué esto? ¿Es que a la mujer no se le puede tender la mano y saludarla con un simple apretón, como a cualquier persona? ¿Por qué, cuando le presentan a un hombre una mujer, tanto ella como él, ejecutan la danza del beso? Pues no lo sé, pero se fue instaurando la costumbre y ahora es lo usual.
Pues a mi, que me gusta ir a contrapelo si la ocasión lo merece, desde siempre, cuando me presentan por primera vez a una mujer, a una señora, simplemente le tiendo mi mano y le sonrío mientras le digo algo educado. Lo lamento pero saludar con besos a una mujer, más si se trata de un cargo público u ostenta representatividad en ese momento, me parece una mala idea y un gesto deferente, machista e irrespetuoso. Seguro que si en lugar de la candidata Arrimadas fuera Angela Merkel la cosa habría sido diferente.
Y es que los hombres caemos constantemente en cositas de este tipo. No aprendemos. Y a las mujeres, un toque de atención... Tiendan la mano en lugar de ofrecer el carrillo.
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