26 noviembre, 2005

Volver al armario

Hace días que leer los periódicos, oír los informativos de la radio o ver los telediarios, me provoca nauseas. Siento verdadera vergüenza ajena por la bajísima talla política y personal de quienes tienen la labor de representarnos. Me sonroja lo que se dice, y cómo se dice, en el parlamento. Especialmente desde la parte del PP, donde el discurso político se convirtió en un galimatías barriobajero.
Aquí todo el personal electo o asociado a la política tiene claro que lo primero son los intereses de su grupo, o los propios, no sé. El objetivo es alcanzar el poder, no importa el modo, o mantenerse en el a cualquier precio. Claro, para estos viajes hay que estar dispuesto a llevar la navaja abierta, a mentir, a insultar, a repetir hasta la saciedad cualquier estupidez, a traicionar, en definitiva, a cualquier indignidad.
Tras el 11M me movilicé desde una posición de abstención militante para quitar del medio a quienes me mintieron. Pero percibo malos vientos. Creo que unos cuantos que salimos del armario en las últimas elecciones, o esto da un giro, o nos volveremos a encerrar, y puede que a tirar la llave.

21 septiembre, 2005

¿Verjas más altas contra la inmigración?

Las pateras cruzan todos los días el estrecho. Niños de pecho, hombres, mujeres embarazadas y jóvenes arriesgan la vida en el mar encima de cuatro tablas. Negros africanos (subsahariano es un eufemismo) asaltan la verja de Melilla repetidas veces. Madrid es la cuarta ciudad con más ecuatorianos en el mundo. Gentes del este de Europa se pasean por nuestros pueblos.

No llamamos inmigrantes a los alemanes, franceses, ingleses, o norteamericanos que viven aquí. No, esos son… como “invitados”, diría yo, pero no inmigrantes. Llamamos inmigrantes, de manera peyorativa, a los extranjeros llegados de países pobres. Países tan pobres que, una mala vida aquí, es mejor que una buena allí.

Para la mayor parte de los españoles con pedigrí la inmigración es un problema. Sin embargo, los necesitamos, y mucho. A ver si no quién iba a realizar los trabajos que la mano de obra nacional no cualificada, incluso desempleada, desprecia: barrer, servir, limpiar la caca a los abuelos y a los niños, recoger la aceituna o la uva... También nos interesan para cotizar a una seguridad social necesitada. Incluso para que nos vendan cosas por los bares, o la última novedad discográfica en el “top manta”. Por supuesto que los necesitamos. Y estamos dispuestos a acogerlos, pero en una cantidad razonable, oiga. Justo eso nos gustaría: una cantidad razonable.

Pero no va a ser posible. Ya no va a ser posible porque vienen en tropel y porque, al final, nosotros, occidente, nuestra política, nuestro modelo económico, somos los responsables de tal situación. La inmigración no es más que la consecuencia de no haber dejado desarrollarse a los países más pobres.

Nadie deja su hogar si vive con un mínimo de dignidad. Nadie emprende un viaje tan peligroso y largo si no le empujan. No nos engañemos. Los españoles no fuimos a Alemania en los cincuenta y los sesenta a aprender el idioma. Nos empujó la inmundicia en la que estábamos hundidos. Nos envió al extranjero la necesidad, el hambre.

Los movimientos de personas siempre se producen de los lugares donde no hay qué comer, a los que hay abundancia. Occidente, el norte, lleva siglos parasitando al sur. Siglos sin permitirle el desarrollo. La gente aguanta hasta donde puede porque se resiste a desarraigarse. Pero ya no puede más. El sur está cada vez mas esquilmado y sus habitantes se dirigen en goteo continuo y progresivo hacia nuestras tierras. Vendrán millones. Y nos guste, o no, van a quedarse y a hacerse un hueco en nuestra sociedad. Y no se van a parar porque les pongamos alambradas cada vez más anchas o verjas cada vez más altas.

20 septiembre, 2005

Matrimonios monosexo

En este disparate de país que es España, unos mentecatos se proponen ahora echar atrás una ley recién aprobada, que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, por la vía del recurso ante el Tribunal Constitucional.

Sinceramente creo que se trata de una broma. No puede ser que el Partido Popular esté manejado por indocumentados que pierdan su tiempo en cosas como esta. Con independencia de que guste, o no, ver a hombres casados con hombres, o a mujeres con mujeres, yo no veo donde está el daño irreparable que, ellos sostienen, está teniendo lugar en la sociedad española. La libertad de las personas para asociarse libremente por un contrato matrimonial es, desde todos los ángulos que se mire, un beneficio social, aunque sea sólo para regularizar situaciones de convivencia que se estaban produciendo de hecho. Tal regulación va a tener que acometerse en todos los países occidentales más tarde, o más temprano; les guste o no a los cavernícolas pertenecientes a la facción pro nazi Opus del PP.

Con la actual estrategia, el PP corre riesgo de desintegración. Las sociedades democráticas maduras necesitan de un partido fuerte en el centro derecha que pueda ser alternativa seria de gobierno en toda circunstancia; y la nuestra ya presenta ese grado de madurez. Seguramente nunca les daré mi voto, o sí, nunca se sabe. Pero desde luego esta segunda posibilidad pasa por la desinfestación completa: las garrapatas son siempre chupadoras de sangre, en especial las que portan cilicio.

Opino que el PSOE es el partido que en este momento necesita España para ejercer la labor de gobierno, pero me desagrada pensar en la desintegración del PP y en la desaparición de un elemento compensador en la otra parte de la escala. Sí los liberales y centristas del PP no toman las riendas y hacen cirugía, los españoles les pasarán factura y se entregarán en masa a los brazos del aparato socialista… Y, con toda seguridad, volverán de nuevo tiempos de desilusión y desencanto.

19 septiembre, 2005

"Katrina"

No fue un castigo divino. Eso son estupideces. La inundación de Nueva Orleans estaba prevista. Varios artículos científicos mostraron esa posibilidad. Las causas: la situación de riesgo de una ciudad protegida por diques, y en gran parte por debajo del nivel de las aguas, y la anunciada, desde hace años, mayor fuerza de los huracanes en el Golfo de Méjico debida al calentamiento del planeta por un exceso de emisiones de CO2.
Los Gobiernos son libres de elegir para su país la estrategia de futuro que consideren mejor; por supuesto, eso nadie lo discute. Sólo que, como vamos montados en el vehículo espacial "Tierra", y vamos todos, las políticas de unos influyen en la vida presente y futura de los otros. Por eso, la decisión de no secundar Kioto por parte de la Administración USA, presionada seguramente por las macroempresas, que sólo se preocupan por sus intereses, trae y traerá consecuencias de tipo "Katrina". Lo peculiar de este caso es que los propios ciudadanos de USA van a sufrirlas con especial virulencia.