24 octubre, 2016

Huérfanos

Los partidos de izquierdas (me gusta poco incluir a Podemos en la izquierda, pero, sea) nos han dejado huérfanos a todos los que habiendo estado por años en la abstención habíamos decidido salir de ella para votar a cualquier opción desde Ciudadanos hasta IU con el único objetivo de que llegara a dignificarse la vida política en nuestro país. Una vida política hecha jirones por la corrupción del PP y, menos, del PSOE en Andalucía en especial.

Los partidos de izquierdas (mira que me cuesta meter el peronismo en la izquierda, pero vale) se han equivocado de plano, vistas las cosas ahora en perspectiva. Sus decisiones desde el 20 D pasado, en que Rajoy ganó con 120 diputados han sido todas, sino malas, muy malas. Más aún, pésimas. Es fácil de entender si uno deja a un lado sus preferencias por este o por aquel y solo mira los datos y los resultados.

Primer error: no haber dejado gobernar a Rajoy con 120 diputados. El PSOE no necesitaba contar con nadie para tomar esa decisión. Bueno, con nadie que no fuera la federación andaluza, dispuesta siempre a hacerle la vida imposible a Sánchez. No obstante, de haberlo hecho, el PP habría tenido que gobernar con unos presupuestos trampa aprobados con prisa por si gobernaba otro. El PP se habría desgastado, se habrían derogado leyes en el Parlamento y, si se daba la necesidad se organizaba una moción de censura que largase a Rajoy y a su equipo de La Moncloa.

Segundo error: haber vetado a Podemos para intentar un gobierno. Este achacable a Susana Díaz en exclusiva. Un asunto de odio personal hacia su homóloga andaluza en Podemos, que la acusa siempre (y es verdad) de no haber dado un palo al agua que no fuera en al partido, algo que a esta faraona de patio de colegio le sabe a cuerno quemado. Este enconamiento de esta mujer contra Podemos arrastró a todo el partido y se perdió la oportunidad de, al menos intentarlo. Bueno esto y su odio a Pedro Sánchez, a quien no quería ver de presidente de ninguna de las maneras. Susana Díaz es un peligro basa sus decisiones en el rencor.

Tercer error: Pablo Iglesias se erige en vicepresidente plenipotenciario. Un detalle no menor destinado a dejar claro que la parte pablista de los peronistas no quería nada con el PSOE, a pesar de con la boca decir que tendía la mano. No se puede pretender tener más poder del que le daban sus 70 diputados, 20 menos que el PSOE.

Cuarto error: no aceptar un gobierno PSOE - Ciudadanos. Podemos deja claro de este modo que quiere terceras elecciones porque cree que puede superar al PSOE y ratifica así que no quiere nada con el PSOE, que no sea su exterminio completo. Queda claro, no obstante que era difícil de admitir para alguien de izquierdas un gobierno con Ciudadanos, que representa al centro, y eso de centro, en este país se interpreta como derecha. Sin embargo haber aceptado habría significado la salida del PP de Moncloa, algo que dejó perplejo a esa parte del electorado a la que trato de, si se me permite, representar. Siempre habíamos pensado que el gran objetivo era descabalgar a Rajoy.

Quinto error: Unidos Podemos. IU era una izquierda minoritaria, pero más o menos seria. Podemos e IU creían en sobrepasar al PSOE, gran objetivo personal de Iglesias. sin embargo, un millón largo de votos se les quedaron en casa. Es sintomático y dice mucho de la talla política de Iglesias y de Garzón, que todavía no hayan asumido con toda claridad su fracaso completo al fomentar tan peregrina idea.

Sexto error: dar palos de ciego tras las segundas elecciones. El PSOE debía haber reaccionado rápidamente y negociado la abstención a cambio de modificaciones de leyes y presupuestos. Pero hizo un comité federal que decidió unánimemente el NO a Rajoy. Lo raro es que también se decía no a terceras elecciones, lo cual hacía pensar hasta a los más tontos que había un plan para hacer un gobierno alternativo PSOE Podemos Cs, pensábamos algunos o PSOE, Podemos y nacionalistas, pensaban otros. Pero no, nada de eso. El comité solo buscaba una situación absurda de doble NO (elecciones y Rajoy) que permitiera un golpe de mano contra un Sánchez sin capacidad de operación y traicionado por los suyos (en los suyos no se incluyen los militantes).

Omito la vergüenza del Comité Federal del PSOE de este domingo pasado porque no vale la pena. Pero tengo la sensación de que la corrupción terminó por triunfar en este país. España estará gobernada por el partido más corrupto de la historia de Europa con el apoyo de el PSOE de Andalucía, corrupto él también hasta el tuétano, arropado por palmeros también corruptos por complicidad.

Por esto nos sentimos huérfanos. Y la orfandad es un sentimiento difícil de soportar, y que no se olvida. A la primera oportunidad nosotros, desde la inclusa de la abstención, nos tomaremos algún día nuestro desquite, porque no tenemos nadie, desde el centro hasta la izquierda extrema a quien valga la pena votar, según se desprende de un análisis frío de los hechos. Solo un aldabonazo de alguien como Borrell en el PSOE, o la ruptura de este y la aparición de un partido socialdemócrata con Borrell al frente nos haría volver, y aquí estamos esperando. Aunque esto no es más que un sueño casi erótico.

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