27 mayo, 2016

Había una vez un circo...

Y tras la música salían los payasos de la tele y decían aquello de: «¿Cómo están ustedes...?» «¡Bieeeen!» respondían los niños y niñas del plató. Lo mismo que hace ya tantos años Fofó, Miliki, Gabi, etc..., lo hacen los políticos circenses de los que disfrutamos en este imposible país: Rivera en Venezuela: «¿Cómo están ustedes...?» Iglesias, Rajoy, Sánchez... Hablan de Venezuela, cómo no, si uno dice bacinilla, los otros siempre dicen, presente; faltaría más. «¿Cómo están ustedes...?». El respeto que me merece el trabajo de los payasos profesionales me impide llamar a este cuarteto por ese nombre. Prefiero no ponerles calificativos. Tomates, deberían tirarles.

Rivera va a Venezuela a no se sabe qué. Dice que lo invitó la Asamblea Nacional. Pero él solo va a hacer campaña electoral. A Rivera le importa una mierda Venezuela, solo busca arrancar votos de manera indigna. Rivera hace solo postureo, incluso cuando llora de dolor por lo mal que lo pasa la gente. En fin...

Iglesias, como no le conviene, no dice gran cosa en principio. Pero, de repente le da un ataque y en una entrevista en RNE dice: ... En cualquier caso, creo que en este caso habrá que respetar la legalidad de todos los países... (sic). La legalidad de todos los países, imagino, que incluirá a España con su ley mordaza, su ley hipotecaria; imagino también, que quiere decir que hay que dejar de apoyar a los okupas... Y que el respeto por la legalidad de todos los países debe incluir también a China, a USA o a Arabia Saudí, que tienen pena de muerte y minucias de esas. Son países, ¿no?

Rajoy, que no quiere quedarse atrás en esto de hacer memeces, considera la situación de Venezuela como un asunto de seguridad nacional. Es terrible. Una verdadera amenaza el chalado ese de Maduro. Yo ya preparé el bunker en un armario viejo medio apolillado que tengo en el trastero.

Y el Pobre Pedro Sánchez de palmero, apoyando a Rivera para que no se le escape como socio. Perdiendo la oportunidad de desmarcarse y afear la conducta en todos los otros para ganar peso electoral. Me pregunto quién coño lo asesorará. Alguno de Podemos o del PP, porque si no no se explica.

Muy bien, niños y niñas, este es el panorama que tenemos, y todavía no entramos en campaña electoral. En quince días el circo tendrá tres pistas y habrá domadores, prestidigitadores y malabaristas, además de payasos. Y al final de todo nos pedirán que salgamos de casa para votar. «¿Cómo están ustedes...?» «¡Bieeeen!» responderán muchos con la papeleta en la boca, mientras otros, mudos, nos preguntaremos si seremos nosotros los locos.

¿No es para meterse en una cueva?


19 mayo, 2016

Bajamar

Cuando era un crío, hace ya mucho, mi padre solía preguntarme cómo iban las cosas por el colegio. Lo hacía siempre, a mitad de trimestre, más o menos. Yo le decía que bien, por supuesto, aunque en realidad estudiaba lo menos posible. Mis intereses se centraban más en jugar que en estudiar, por eso le contestaba así, para quitármelo de encima. Sin embargo, él, muy tranquilo siempre me decía que muy bien, que no había problema, que al final del trimestre había bajamar y con la bajamar todo quedaba al descubierto... Y las notas corroboraban sus temores.

Rajoy, paternalista él en apariencia, es en realidad como un chiquillo. Si se piensa bien hay muchos políticos que son como chiquillos, pero en Rajoy, en el PP en general, este comportamiento es más acentuado. Se inventan sus propias mentiras, que además se creen, y las proclaman a los cuatro vientos para que, a fuerza de repetirlas, los demás, nosotros, El Pueblo, nos las creamos también. Pero, claro, no cuela.

Nos decía el PP, aparte de que Zapatero era el culpable de todo, que se estaba creando empleo. También nos decía que se estaba ganando credibilidad como país, la prima de riesgo bajaba. Del mismo modo pregonaba que crecíamos fuertemente, vamos, que éramos la locomotora de Europa. Y que éramos respetados por toda la Unión porque España, el Gobierno de España, era serio y cumplía sus compromisos.

Era tan evidente que nuestra deuda pública era insostenible; que no se creaba empleo, sino que se destruía (se trabajaban menos horas que hace cuatro años); que la economía no iba bien, que los compromisos con la UE no se cumplían, que no se entiende que no se tomasen medidas que no fuesen que todo el esfuerzo debían hacerlo los más desfavorecidos. Medidas que no fuesen adelgazar  fuertemente a la llamada clase media, tanto en número como en volumen, hasta casi su supresión. La clase media baja, pasó a ser directamente baja y la media media, a media rasa merced a los esfuerzos demandados. Era tan evidente que se estaba beneficiando interesadamente las clases altas, que resulta difícil de explicar que no hubiese serios altercados en ñas calles. Pero el país está dormido, quizá de tanto fútbol y telebasura, que sé yo.

La consecuencia de todo lo anterior es la tremenda desigualdad creada en la sociedad española y el tremendo agujero de las administraciones públicas. El gobierno que salga después de las elecciones del 26 de Junio próximo tendrá que hacer encaje de bolillos, sea o no del PP, para cuadrar las cuentas con el objetivo de déficit y para poder hacer frente a la ciclópea deuda pública. Poco margen quedará para aquietar los sufrimientos de las capas sociales menos favorecidas que tanto despreocupan al PP y a los poderes económicos. Poco margen, o ninguno. El PP hizo un buen trabajo. Lo que quede, debe ser usado antes para pagar la deuda que para comprar el jarabe del niño que tose. Y en esto el PSOE es tan culpable como el PP.

Quiero pensar que, gobierne quien gobierne, siempre hay un espacio para la esperanza. Para muchos, y me adhiero a este movimiento, los ricos tienen que poner su parte y ver fuertemente incrementada su aportación a las arcas públicas. Los ricos, las empresas y todos aquellos que gocen de privilegios fiscales. Y esa parece la única salida a corto plazo. Pero Rajoy dice que bajará impuestos si gobierna. El PP no puede gobernar, sería un suicidio para el Estado. Rajoy carece de principios morales. Hizo un presupuesto para 2016 que era una trampa para quien le tocara gobernar que no fuera él. Bajó impuestos con el único objetivo de conseguir votos con un coste de 10.000 millones sin pestañear. Rajoy es como Maduro: si se hunde él, se hunde el País. ¿Qué asesores tendrá?

Qué pena, qué oportunidad perdida de echar al PP de la Moncloa. Probablemente muchos a los que el pacto PSOE Ciudadanos les sabía a poco, lo echen de menos algún día. Pero de nada sirve llorar sobre la leche derramada. Esto es lo que hay. Y la marea bajó, Mariano. Mira a tu alrededor: suciedad, restos, basura, corrupción, engaños, deudas, desolación, pobreza, desigualdad... Aunque siete millones de invidentes te voten, eso no te da derecho a llevarnos a todos contigo al puto infierno.

13 mayo, 2016

Desconfianza

Después del sarao de los cuatro últimos meses en los que la política, el parlamento, los partidos, todo parecía una jaula de grillos de las grandes, ahora resulta que, sin ponerse ni colorados, los mismos que antes nos pidieron el voto para cambiar el país, para echar al PP, para seguir creando empleo, o para darnos a todos una renta mínima garantizada, o para qué sé yo qué cosas más; ahora, insisto, sin ponerse ni colorados, nos lo piden otra vez. Coño, pero si se lo dimos hace cuatro meses y no hicieron nada con él. Por que nos tenemos que fiar de ninguno.


 ¿Por qué nos tenemos que fiar del PP si sigue cada día apareciendo caso tras caso de corrupción, y cada día más vergonzante?. Por qué nos tenemos que fiar de un partido que tiene bajo control incluso a jueces para que hablen con imputados para que digan determinada cosa de determinada manera al comparecer ante ellos, solo para tratar de arruinar la carrera política de otro juez, en este caso una juez de Podemos. Esto lo hizo el juez Alba, sustituto de la juez Rosell, a la sazón diputada saliente de Podemos. Este siniestro personaje habló con un imputado para que dijera «cosas» para que él pudiese emitir un informe que perjudicara a Rosell. De hecho, a partir de este informe, el Supremo admitió a trámite una querella del exministro canario-panameño Soria. ¿Se puede ser más corrupto ya? ¿Más mafioso? ¿Más displicente con el electorado? ¿Cómo es posible que siete millones de personas voten a esta organización criminal? Solo se me ocurre una respuesta a esta última pregunta. Porque al otro lado solo ven un vacío cósmico.

Por qué nos tenemos que fiar del PSOE. Sí. Es verdad. Lo intentó durante estos cuatro meses. Intentó pactar con Ciudadanos para hacer algo, para quitar al PP del medio. Pero se veía claro que, a pesar de ser un objetivo bueno para el país, por detrás estaba el hecho de que se forzaba la máquina porque, de no conseguirlo, la cuenta atrás empezaba para Sánchez. Por qué nos tenemos que fiar de un partido que cerró en falso toda su corrupción en Andalucía por el viejo método de echar tierra encima. Por qué nos tenemos que fiar de un partido que salpica a sus electores con la sangre de las puñaladas internas en la lucha por el poder de las distintas familias, como en la cosa nostra.


Por qué nos tenemos que fiar de Podemos. Podemos es el principal responsable de que Rajoy no esté fuera de la Moncloa. A podemos le preocupa nada más que su posición y eliminar al PSOE. Es mentira lo que dice su líder. Podemos solo tiende la mano al PSOE para traerlo hacia sí y morderle la yugular. Podemos solo piensa en sus sillones. Pero, además, por qué nos vamos a fiar de un partido que dice en un sitio, por ejemplo,  que hay que eliminar a los cargos de confianza y en Madrid coloca a más de cuarenta, y como justificación argumenta que está dentro de las normas. Habíamos pensado que ellos iban a cambiar esas normas. Pobre Carmena, rodeada de verdaderos mediocres, como los del PP de Botella, pero de camiseta en lugar de corbata. Donde gobierna Podemos no se da ejemplo. Todo parece igual, solo cambia la estética.

¿Y ciudadanos? Lo único que hizo bien este partido fue proponer un cambio radical en la ley electoral. Un cambio de calado que la democratizaría y la haría más justa. Fuera de eso, la altivez de su líder, distante y endiosado, casi a semejanza del de Podemos, pero un pelín más educado, no mucho más, dice a las claras cual es su talante. Talante que quedó ahora patente cuando sacó a relucir a los «comunistas» (qué antiguo este Rivera) como si estos tuvieran rabo. Ciudadanos no es nada solo, o va con el PSOE, o va con el PP. Podría llegar a la gente, pero muestra ansiedad, demasiada ansiedad. Y nadie se fía de quien se manifiesta ansioso. No, Ciudadanos tampoco vale.

De IU, casi mejor no hablar. Los cadáveres son eso. IU se vendió a podemos por unos cuantos escaños. IU nunca sabrá qué hubiera podido conseguir en estas elecciones repetidas, más después de que a Pablo Iglesias se le viera su verdadera cara fachorra, pero de camisa: expulsiones sumarísimas condenas al ostracismo, etc... Probablemente IU fuera pobre en escaños, pero al menos conservaba la dignidad de partido limpio y serio. Ahora desapareció. Es una pena, pero es así.

Y para rematar del todo la jugada. Toda esta pandilla de inútiles, no solo no fue capaz de llegar a un acuerdo de gobierno sino que tampoco lo fue de acordar una reducción de gastos de campaña electoral para esta nueva y vergonzante convocatoria. Me imagino lo que diría Labordeta, tal vez el diputado más digno en los cuarenta años de pseudodemocracia, si estuviera vivo.

La conclusión a todo esto es: por qué coño tenemos que votar si no nos podemos fiar de nadie.

05 mayo, 2016

IU digerida

El objetivo central, la misión, de Podemos es ser alternativa de poder sin importar cómo. Y su estrategia es particularmente negativa para la izquierda porque lo que pretende es desactivarla, y suplantarla para quedarse solo, o en ventaja, en el escenario electoral para enfrentarse al PP. Así, liquidar a IU es el primer paso para el objetivo mayor: acabar con el PSOE. La jugada es perfecta; con un solo disparo se mata a un pájaro y se deja al otro alicortado. Y la lucha en las urnas ya no va a ser entre izquierda y derecha, sino entre derecha y una especie de alien ideológico que se tragó a una parte de la izquierda.

Podemos absorbe a IU, auspiciado por Anguita, y después de que Garzón convocase una consulta interna que se saldó con más de un 80% de apoyos. Sin embargo, los organizadores restan importancia al hecho de que la participación haya sido alarmantemente baja, apenas un 28%. Esta baja participación será utilizada de puertas adentro en su contra. Al final ese más de un 80% solo representa a un 30% de las bases, Garzón tendrá que intentar convencer a sus correligionarios de que los que no acudieron a la llamada también respaldan la decisión de dejarse fagocitar por Podemos. Un asunto difícil de pasar por el filtro de sus mayores, más cuando aún no se sabe en qué términos se firmará la subordinación.

Algunas voces autorizadas en IU, como Llamazares, son contrarias a dejarse devorar. Por eso, si, a pesar de todo, el proceso sigue adelante, Garzón será el único responsable de la muerte de un proyecto político cuyo único problema fue ser víctima del voto útil, en la izquierda centrado en el PSOE, y de una injusta ley electoral, que niega a IU el número de escaños que por sufragios obtenidos deberían corresponderle. Y es este hecho el que desencadena el proceso de captura de Podemos: la ambición. Los votos de IU sumados a los suyos pondrían al PSOE en una inaceptable tercera plaza, lo que desencadenaría un proceso de implosión en las filas socialistas, plagadas de familias e intereses particulares, federales, grupales y personales. El PSOE es la pieza que Podemos quiere cobrar.

Sin embargo la aversión de Podemos hacia el PSOE le puede salir cara electoralmente. Primero porque no se sabe como van a reaccionar los votantes socialistas actualmente instalados en la abstención; segundo porque, viendo el resultado, de la consulta en IU, parece plausible pensar que una parte del voto tenido por seguro no lo sea tanto y se vaya al PSOE, o a otra parte; y tercero, y más importante, porque, adivinando que Podemos, un partido radical y soportado parcialmente por simpatizantes con el independentismo (derecho a decidir), pueda ser el enemigo a batir, los electores del PP, muchos en la abstención por lo de la corrupción, salgan en tromba a salvar a los suyos. Aunque esto es solo un análisis. No tiene por qué darse aí

Qué pasará, nadie lo sabe. A la vista de la situación, no parece que los votantes ocultos del PSOE vayan a sacar la cabeza, avergonzados con su partido por todos los asuntos turbios en los que estuvo y está metido y por las guerras internas en clave de intereses de cada familia. Tampoco es seguro que los resultados de Podemos más IU sean igual a la suma de los potenciales votos de estos partidos. Lo que sí es más que plausible es que, entre el aumento de la abstención y la llamada a rebato ante la posibilidad de que Podemos sea el enemigo a batir, el PP, un partido que habría podido estar en la oposición su los acuerdos se hubieran logrado en estos últimos meses, muy fácilmente se encontrará con unos resultados mucho mejores de los que esperaba. Y todo gracias a esa ojeriza incomprensible de Podemos hacia el PSOE. En fin... Veremos.