29 mayo, 2020

¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

Al ver la sesión parlamentaria de este martes, uno se pregunta. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Y la respuesta no es difícil. Así, dicho a lo burro, yo diría que más que nada por dos tontos de capirote: Pablo Iglesias y Albert Rivera, y siendo más correcto se podría asegurar que la inusitada ambición de Ciudadanos y Podemos por hacerse con una parte de la tarta del poder, una parte lo más grande posible, fue lo que nos llevó a este desastre en el que las palabras más que gruesas empiezan a aflorar: Álvarez de Toledo (un cerebro) habla del padre terrorista de Iglesias, al día siguiente, Iglesias (otro cerebro) habla de golpe de estado y señala a VOX y hoy mismo, Montero (comparte cerebro y domicilio con Iglesias) ya habla de llamadas a la insubordinación del ejército. Estupendo, un panorama magnífico.

Pero, todo este lío ya se veía venir desde las elecciones de diciembre de 2015. Con un PP debilitado por la corrupción, aquí se cometió el error político más gordo de los últimos años en España. Este error fue que Podemos no facilitó el gobierno de PSOE y Cs con su abstención y forzó nuevas elecciones. Podemos pudo haber cambiado el destino de España: el PP desalojado de Moncloa, un gobierno de Coalición no demasiado fuerte y el control del parlamento en sus manos. Una oportunidad de oro para crecer en experiencia y en credibilidad. Pero no quiso, prefirió nuevas elecciones en junio de 2016 porque alguien, estúpidamente, le había hablado de sorpasso. Iglesias se equivocó (la culpa, naturalmente fue de los inscritos), no sacó más votos, perdió un millón al no sumar los de IU, no hubo sorpasso y reforzó al PP, que sacó 14 diputados más y pudo gobernar. Chico listo. Eso sí, motivó la dimisión y abandono momentáneo de la política de Pedro Sánchez.

Pero, de repente, Pedro Sánchez reaparece y Podemos, tras un intento de moción de censura para la galería, decide apoyar una del PSOE para liquidar a Rajoy, y se consigue. La corrupción del PP y el poco carisma de Rajoy, un hombre tranquilo y procrastinador, hizo posible aquello de los extraños compañeros de cama. Una mezcla explosiva, que podía reventar cualquiera, y reventó, y hubo que ir a elecciones en abril de 2019. Y en este contexto es donde le toca hacer el ridículo a Albert Rivera, y por la misma razón que Pablo Iglesias. Presiente que el PP está muy debilitado y que, cuando llegue el momento, las derechas preferirán a sus siglas. Pudo abstenerse en la moción de censura al gobierno del PP, pero, defiende su negativa alegando que nos iba a ir mucho peor con un gobierno lleno de radicales e independentistas. Su plan está trazado. Y en el momento en que se convocan nuevas elecciones sale disparado contra su otrora supuesto socio, el PSOE... La banda de Sánchez y todo esto, que le lleva a vetar cualquier posible pacto de gobierno futuro.

El PSOE gana las elecciones con 123 diputados, el PP cae hasta los 67, VOX aparece con 24, Podemos sigue en caída con 42 y Ciudadanos emerge fuerte con 57. Pero como Rivera había dicho que nunca pactaría con "la banda de Sánchez" y Sánchez tomó en serio a los cuatro que le corearon "con Rivera, no", pues, oye, ni se le ocurrió. Y como, con Ciudadanos haciendo funambulismo e instalado en el no beligerante, Sánchez no podía ser investido sin los votos de Podemos, y Podemos pidió gobierno de coalición, y como Iglesias no obtuvo todo lo que pedía, hizo lo que sabe hacer, y forzó nuevas elecciones (la culpa, de nuevo de los inscritos). Pero, en este punto, el gran responsable de haber ido a elecciones fue Rivera en primera persona. Su teórico sentido de estado debiera haberle llevado a facilitar un gobierno en solitario de Sánchez, o haber intentado otra coalición con resultado de mayoría más que absoluta que nos hubiera ahorrado todos los problemas que tenemos ahora.

Y, llegados a este punto y tras nuevas elecciones, se forma una mayoría imposible, la derecha extrema (no hay otra actualmente) tirada al monte, los independentistas, a lo suyo y, hasta Bildu tiene mando en plaza. Sanchez es investido y aquí estamos, con un gobierno desnortado, una derecha extrema echada al monte, una izquierda extrema agitando el guerracivilismo (Podemos es ya casi como VOX, pero en el otro lado)... Una delicia, vamos...Hasta Bildu tiene mando en plaza.

Y este es el desastre absoluto de nuestra España, además en medio de una crisis sanitaria sin precedentes en la que, de haber tenido un gobierno fuerte, seguramente habríamos enfocado mejor las cosas. En este ambiente los ciudadanos pasamos vergüenza ajena al ver el parlamento en tal estado. Por eso yo desde aquí, con la pequeña difusión de este sitio les agradezco a Iglesias y a Rivera su inteligencia, sentido de estado y sensibilidad para entender qué sería lo mejor para esta pobre sociedad.

GRACIAS, CHIQUILLOS, NIÑATOS ESTÚPIDOS, NOS HABÉIS JODIDO BIEN.




26 mayo, 2020

Covid 19. Banderas silenciosas de decepción


Hay banderas que ofenden
. A mi, personalmente, mi propia bandera cuando es utilizada por un tipo o una tipa de extrema derecha para marcar tendencia. Me molesta todo tipo de exhibición, pero en especial la de aquello de lo que uno se apropia sin ser realmente suyo, como la bandera.

Solo hay una explicación a este hurto de un símbolo de todos, y es el abandono por parte del otro lado del espectro político de un símbolo que, no entiendo por qué, se negó a aceptar como propio desde la transición. Todo había quedado pactado y todos estuvieron de acuerdo en avanzar hacia la democracia en un sistema de monarquía parlamentaria, autonómico y con una bandera común. Pero no hubo nada que hacer. La izquierda prefirió envolverse en las enseñas autonómicas o en la nacional tricolor de la república a pesar de lo acordado.

La consecuencia es que ahora que vienen mal dadas y se pide unidad, la derecha, incluso la más moderada, a las órdenes de la más extrema, se coloca la bandera y apela a que los únicos que garantizan la unidad de España son ellos. Y de esta manera, aprovechan también para decir que el cachondeo de un gobierno de coalición socialcomunista y la falta de autoridad y de gónadas hizo que murieran víctimas de la covid 19 decenas de miles de españoles. Con ellos esto no habría pasado... Bien, nunca lo sabremos.
Es verdad que el gobierno actuó de manera caótica en muchos casos, en demasiados. Pero es verdad también que la derecha utilizó sin rubor todo lo que estaba a su alcance para hacerlo caer sin importarle las consecuencias en vidas que eso pudiera traer. La Comunidad de Madrid ocultó muertes, falseó datos y, ahora sabemos que no disponía de PCR para cumplir las condiciones de pasar a fase 1, y a pesar del riesgo no le importó a una presidenta que, aparte de simple, debe tener a tipos como Bolsonaro en su modelo de imitación político. Claro que, Madrid tiene a quien se merece, pero, incluso así, nadie tiene derecho a poner en peligro más vidas de las que ya se pusieron por la desastrosa gestión de la información previa por parte de los servicios de la Comunidad y de Sanidad, que ahí la cosa se reparte.

Sin embargo, Madrid está repleta de mascarillas, eso sí, de diseño, con la banderita. Y es algo imparable, porque la extrema derecha tomó la calle y convenció a mucha gente de que el gobierno actuaba en contra de la Comunidad. Y el Gobierno no contrarrestó esto desde el principio, por ejemplo, saliendo todos desde el primer día con mascarilla con la bandera. ¿Qué pasa, que le iban a salir granos a Iglesias? Yo creo que no, pero lo peor es que ni se les ocurrió, y, de este modo dejaron que el fervor patriótico, que tanto necesitábamos para obedecer sin pestañear, pasara a manos de quienes primero querían confinamiento total pero ahora quieren desconfinamiento absoluto. Absurdo, sí, pero con el objetivo cumplido: confianza socavada y pérdida de miedo a la desobediencia.

Lo malo de esto, e insisto en responsabilizar sobre todo al Gobierno, empezando por un Pablo Iglesias que se salta la cuarentena para hacer nada en una rueda de prensa y dar gasolina al adversario y siguiendo por un Ministro de Sanidad pusilánime que, ni teniendo todo el poder supo imponer una manera de contar y dar datos a todas las autonomías por igual; lo malo de esto es que si hay un rebrote, entonces sí que vamos a estar desprotegidos.

Así que, a los ciudadanos decentes solo nos queda, como siempre, fastidiarnos y aguantar. aunque, también podemos rebelarnos y organizar alguna protesta pacífica con nuestras humildes mascarillas quirúrgicas, mandar un mensaje a tanto farsante. Yo propongo pintar con rotulador una banderita de España a la altura de la boca para que se vea que estamos en silencio, estupefactos, asombrados ante tanta incompetencia, ignorancia y abandono. Y que detrás de cada bandera pintada de manera infantil hay una voz, y lo más importante, un voto. Es la bandera silenciosa de la decepción nacional. Y aunque sea el único en hacerlo, lo haré, y, al lado de la bandera pondré también DECEPCIÓN, en negro, de luto.

22 mayo, 2020

No. Podemos no tiene razón

Por mucho que se quieran retorcer las cosas y por mucho que Pablo Iglesias diga, un documento es un documento, y en el pacto de legislatura de Podemos con el PSOE se dice que se derogará la reforma laboral y se concretan los puntos que serán reformados con urgencia. No se puede tergiversar lo escrito. Si se dice que un edificio en mal estado será rehabilitado, en concreto las plantas 4, 5, 6, el tejado y la fachada, la cosa se entiende perfectamente y nadie dudaría de qué es lo que se va a rehabilitar. Pues en el punto 1.3 del pacto de legislatura se dice algo así. Se puede leer aquí.

Pero lo más llamativo es que Iglesias, dispuesto siempre a las medias verdades dichas con contundencia, aparenta tal seguridad cuando dice que en el pacto con el PSOE se habla de derogar al completo y no partes concretas, que sus defensores, cuando les muestras el texto, se niegan a leer más abajo de la palabra derogar. "Dice derogar, lo demás no cuenta", he llegado a escuchar.

Lo que no termino de entender es la necesidad de introducir este debate en una situación de alarma por pandemia como la que estamos. El gobierno debía haber medido mejor sus apoyos para no tener que dar a Bildu esta baza y la portavoz Adriana Lastra debería haber andado más lista para que no le colaran la palabra íntegra en el acuerdo. Además la premura. ¿En qué cabeza cabe que una ley que tiene ibricaciones en varias leyes nacionales y directivas europeas se pueda derogar en el tiempo que dure el estado de alarma?

Otra cosa es que haga falta una reforma completa, o derogación, llámesela como quiera de esta infausta ley que tanto daño hizo a los trabajadores haciéndoles pagar la factura de una crisis, la de 2008, que ellos no habían causado de ninguna manera. Eso no se discute. Aquí lo que se discute y se evidencia es que Iglesias juega sucio y el Gobierno, con Sánchez a la cabeza cometió un error al dar a Bildu esta baza. Y el error puede traer como consecuencia dificultades mayores para obtener la siguiente extensión del estado de alarma.

En el momento actual todo lo que no sea pensar en la continuidad del estado de alarma por el tiempo necesario es malo. El PP y VOX engañan a los ciudadanos que les creen. No se pueden hacer de otra manera las cosas en un país fuertemente tocado por la pandemia. Ellos lo saben perfectamente, pero juegan al no en la votación para desgastar al gobierno. Ahora bien, son perfectamente conscientes de la falsedad. Si los electores se lo harán pagar, o no, el tiempo lo dirá.

Lo que se vislumbra es bastante preocupante. Porque, aún haciendo falta prorrogar la alarma, no es evidente que PNV y Ciudadanos vayan a dar el sí, y el gobierno no tendrá modo de conseguir los apoyos suficientes sin ceder cosas imposibles al bloque catalán.

Esta es la consecuencia penosa de el pacto con Bildu y de la desleal actuación de Pablo Iglesias, preocupado tan solo porque Ciudadanos y PNV no fueran a ser más influyentes de lo que a él le interesa. Iglesias, siendo socio de gobierno parece como si le interesara lo de cuanto peor, mejor. Rajoy fue buen maestro.

Hola de nuevo

Un poco harto de Facebook por tanta gente que opina, a veces, con tan poco y dirigido criterio, vuelvo a este mi espacio, del que nunca debía haber salido.

Hoy voy a descansar. Esta entrada es así de corta.