25 diciembre, 2012

De políticos y reyes

Los reyes, por definición, reinan y disfrutan de una vida muelle mientras otros mandan y gobiernan. Tienen una agenda muy apretada de actos públicos y su único quehacer consiste en ir adonde les digan y ejercer su trabajo de representación. Es tanto el trabajo, que los reyes están obligados a reproducirse para tener quién los ayude, y así, reinas, príncipes, infantas y consortes les facilitan la tarea ostentando la representación del estado en cualquier parte. El abanico de la familia real española se extiende desde la recepción de embajadores y la representación en foros internacionales hasta la muy loable incursión en el mundo de la delincuencia económica, lo que llevará, si todo va normal, a alguien de la realeza postiza a representar a la casa real ante la población reclusa.

Los reyes no tienen mayor interés para una nación que no sea el puramente ornamental. Sin embargo, a veces, se ven obligados a tomar las riendas en situaciones en las que la falta de liderazgo entre los que mandan y gobiernan, o sea, la clase política, hace que el país sufra una parálisis anquilosante que le impide avanzar. Recuerdo el 23 F; qué alivio sentí cuando oí hablar a aquel rey "pardillo" ordenando al ejército que se estuviera quieto. No es que Juan Carlos tuviera realmente carisma, de hecho carece totalmente de esta cosa; pero se daba perfecta cuenta de que lo único que necesitaban los intrépidos militares era que se les mandara: "pónganse firmes", y se pusieron. A todo esto, en el 23 F se desembocó porque la clase política en pleno no supo reconocer al ejercito como un problema, o si lo hizo, no puso los medios para que no se saliera de madre.

Casi treinta años después un rey avejentado y en horas bajas de popularidad, recompuesto en su osamenta por gracia del titanio y otros materiales de última generación y descompuesto como líder a causa de yernos y algún elefante, tiene que ser quien diga algo inteligente, algo que marque la dirección a seguir, algo que los ciudadanos vemos claro y diáfano desde hace algunos años: que hay que volver a hacer política de estado en lugar de política de partido. Qué tenga que ser un jefe de estado no electo, o sea un jefe de estado ilegítimo, quien marque un rumbo lógico hacia la luz en la oscuridad de la crisis refrenda mis teorías de que, en este pobre país, no hay ningún político ni ningún partido que valga un carajo.

La clase política aprueba sacrificios económicos que estrujan a la población, sin embargo no adelgazan las administraciones ni las sinecuras para los pancistas (senado, diputaciones, consejos, fundaciones, etc...). El problema no va con ellos. Son cientos de miles y no hacen nada por los electores, por quienes, al final, los ponemos en sus sillones. Siguen a lo suyo, a conservar el poder para mantener su barriga y la de sus partidarios bien llena. La clase política se comporta como los reyes en la edad media al matar de hambre al pueblo para obtener dinero, mientras que el rey imparte teoría política simple en un discurso de Navidad. Es el mundo al revés.

Si yo fuera político hoy no saldría a la calle de vergüenza. Si yo fuera Rajoy, ya estaría llamando a Rubalcaba y a todos los demás para pedir perdón en conjunto a la población y en unos nuevos pactos de la Moncloa ponerle solución a esta mierda de crisis, que es económica en todo el mundo, pero que en España se ve quintuplicada a causa de la incompetencia y la ambición partidista de tanto estúpido metido a político.

20 diciembre, 2012

Países estúpidos

Los países, las comunidades sociales en general, son como las personas. Las hay normales y estúpidas. Hay quien sostiene que determinados rasgos, como la estupidez de la que hablamos, son determinados por los genes. Los genes muchas veces no se manifiestan, por raros mecanismos inhibitorios, hasta que se dan unas condiciones ambientales determinadas. Eso le pasa a la estupidez. Este gen social, es decir, residente en muchas personas, desencadena toda su fuerza cuando determinados individuos portadores se hacen políticos y tienen que tomar decisiones que afectan al resto de la comunidad.

La evidencia de que esto es así está en la extraña actitud de los gobernantes de turno para con la ciencia, para con la investigación en general. Desde hace decenios los investigadores españoles de alto nivel tuvieron que hacer la maleta e irse a lugares donde la comunidad ciudadana invirtiera en ciencia y desarrollo del conocimiento. Son raros los que se quedaron en España y tuvieron éxito. el caso de Santiago Ramón y Cajal fue uno entre cientos o miles. Nota para representantes electos y no electos: Santiago Ramón y Cajal era uno, no tres y ganó un premio Nobel (compartido) por sus estudios sobre las células nerviosas, las neuronas, que tan poco abundan en la clase política.

España jamás hizo un esfuerzo para que los genios se quedaran en casa investigando y dando frutos. La mayor parte de nuestros cerebros más valiosos estuvieron y están fuera de aquí; y no porque quieran, sino porque les empujan a marcharse. La frustración y la incomprensión de los estúpidos es algo con lo que los científicos no pueden. La estupidez y la ciencia siempre estuvieron reñidas, y en España, salvo excepciones difíciles de encontrar, los políticos son estúpidos, luego, los científicos huyen.

Qué nadie me pregunte por qué el gen de la estupidez se manifiesta al entrar en política porque no sabría explicarlo, pero la cosa parece evidente. Es así desde hace siglos respecto a la ciencia. Cortar recursos en investigación científica en un país en crisis es como si una familia, para recortar gastos, deja de enviar a los niños al colegio y, sin embargo, mantiene el de las vacaciones en la playa. La estupidez en los políticos es algo parecido.

16 diciembre, 2012

Los que no olvidamos

Desde hace mucho tiempo critico ácidamente al PSOE. Critico porque no olvido que puso un horizonte de ilusión en un electorado tras las luces y las sombras de los gobiernos del PP. Zapatero subió al poder por una desgraciada carambola: un atentado horrible, un intento de engañar a toda una sociedad ("fue ETA") y pasar por allí en aquel momento. Pero, Zapatero, en quien se confiaba al grito de "no nos falles", no cortó las alas al neoliberalismo desbocado, es más, le dio continuidad. Eso sí, lo maquilló con unos cuantos afeites sociales en forma de ley de dependencia y premios a la natalidad. Zapatero lo hizo mal, y para ganar en sus segundas elecciones dijo que España era una economía sólida, que no había crisis... Pobre iluso... A él, seguro que también le engañaron los suyos.

Sin embargo, Zapatero ya es agua pasada. El tiempo dará su veredicto en forma de análisis histórico. Ahora tenemos aquí a Rajoy. Tenemos aquí al PP. Nos gobierna el partido político más amoral de la historia de España; el partido para el que la labor de oposición consiste no en proponer alternativas sino en hacer el máximo daño posible al oponente sin importar las consecuencias para la sociedad. El modelo que inauguró Aznar con el "Váyase Sr. González", lo continuó, fiel a la FAES, Rajoy con una oposición chusca y bronca que jamás ayudó al gobierno, a pesar de que las dificultades por las que atravesaba España eran también responsabilidad de su partido.

Lo malo de seguir un modelo negativo, es que todo se hace maniqueo: el problema es el PSOE, la solución el PP. Y eso es un error garrafal, porque, es cuestión de tiempo que todo lo dicho se vuelva contra la persona, contra el partido que alentó aquella política. La mala praxis nunca se olvida. Si un médico se equivoca, el paciente no olvida, está claro. El feo estilo de Rajoy le llevó a afirmar cosas que ahora no puede sostener. Ilusionó a un cierto electorado que le creía y eso es mala praxis en política. Crear expectativas y no cumplir es un seguro de expulsión del poder.

El electorado no va a olvidar lo que le dijo a Zapatero cuando subió el IVA, lo que prometió sobre no tocar los impuestos, sobre la garantía del poder adquisitivo de los pensionistas, sobre no recortar en sanidad ni educación,..., en fin, sobre miles de cosas. Rajoy, el PP, siguió una estrategia para derribar al gobierno anterior y para ganarse el favor de los ciudadanos. Lo consiguió, desde luego, pero ahora tendrá que explicar por qué lo dijo. Y echar la culpa a la herencia no vale. En la oposición conocía perfectamente las cuentas del estado, de las autonomías, la balanza de pagos, los indicadores económicos, todo. No hay excusas para engañar a un electorado crédulo de esa manera. El PP ganó las elecciones legítimamente pero de manera sucia.

Ahora estamos viendo el resultado de un año con Rajoy. Estoy completamente seguro de que si el PSOE estuviera en el poder las cosas serían exactamente igual en cuanto a recortes, igualito. Pero el PSOE ya nos había dicho en qué dificultades estábamos y se le descabalgó. Rajoy engañó al electorado y tiene lo que quería. Rajoy tendrá ahora el privilegio de ser el comandante al mando en el hundimiento, o el embarrancamiento, de este paquebote llamado España.

15 diciembre, 2012

In God we trust

Este es el lema de los EE. UU. Confiamos en Dios. Este lema fue adoptado en los años 50 bajo la presidencia de Eisenhower. La mención a Dios es constante en este país. El lema anterior era algo más civil, era E pluribus unum. De muchos uno era un poco más coherente con lo que una sociedad es o quiere ser. Es en verdad un lema, algo que une, algo tangible. Pero en ninguno de los dos hay una referencia a un objetivo común como pueblo.

Los lemas son importantes porque dan carácter a un país. Francia es Libertad, Igualdad, Fraternidad y la sociedad francesa va adelante con su lema, con su carácter. El de Alemania, Unidad, Justicia, Libertad, también imprime un sello al país. Incluso el lema del Reino Unido, Dios y mi derecho, pone claro que, a la par que el poder divino, está el derecho de las personas. el pueblo británico es altivo y orgulloso, a la altura de cualquier dios.

Loe EE.UU. tienen una historia particular y una visión de las cosas chocante para los europeos. El individualismo y la desprotección estatal, fuera de la pura beneficencia, esculpió una sociedad carente de valores comunes, preñada de tipos raros, solitarios, sin conciencia verdadera de qué es bueno o malo. Individuos que no son más que el fruto de la desatención. Los padres se preocupan de buscarse la vida y solo se preocupan de la protección de sus hijos, pero no de su educación en valores. Los cachorros repiten el comportamiento de los padres y en este caso el comportamiento del estadounidense medio es el individualismo, el yo. Los niños son lo que ven en casa.

Esta ausencia de atención hacia la población infantil genera tres tipos de personas. Por un lado, gracias a la propia naturaleza humana, la gente normal, mayoría; por otro los insensibles capaces de hacer cualquier cosa en su provecho, sin importar las consecuencias para el resto de los humanos, la sociedad americana es fuente constante de desalmados de alto nivel; y en tercer lugar los inadaptados sociales extremos, que suelen ser quienes preparan este tipo de masacres.

En Europa esto puede ocurrir alguna vez, especialmente en aquellos países más ricos y con una sociedad llena de gente solitaria. Pero no es moneda común como en Norteamérica. En Europa, aún en crisis, hay una política social. En Estados Unidos no quieren ni la sanidad pública. Lo que les pase a quienes no pueden pagar les trae absolutamente sin cuidado. Ellos confían en Dios, y es todo. Es su carácter. In God we trust y E pluribus unum. Pero nada más.

Me pregunto qué puede pasar por la mente de un individuo que va a cometer una atrocidad de este tipo. que resortes de pensamiento tendrá cuando coge un rifle y se dirige a una escuela a pegarles tiros a niños. ¿Pensaba en su madre que había asesinado antes? También me pregunto qué pasa por la cabeza de la gente sensible en este extraño país. Imagino que se preguntaran cómo se generan tales monstruos en esta tierra de oportunidades. Lo malo es que no quieren dar solución a las cosas, y la hay.


14 diciembre, 2012

Santa Rita, Rita...

Siempre es fácil todo cuando las cosas van a mejor. Se pasa perfectamente de un camastro a una cama; de ir a pie, a ir en bicicleta; de una choza a una casa, aunque no sea muy grande; y de lo garbanzos a los chuletones. Sin embargo el sentido opuesto es mas trabajoso. Los personas nos adaptamos perfectamente a mayores comodidades, pero nos rebelamos cuando estas nos son negadas, después de habérnoslas regalado: Santa Rita Rita...

Los problemas siempre vienen del mismo sitio: de la aplicación de políticas. Si tengo dinero y lo utilizo para contentar con mejoras sociales a una masa electoral para que me otorgue sus favores, me expongo a que, cuando no lo tenga y se las elimine, se me suban a las barbas por lo expuesto en el párrafo anterior: Santa Rita Rita... No se puede jugar nunca a electoralismo con una mejora social. Antes hay que estar seguro de que esta es consolidable "ad eternum", porque, si no, cuando la cosa patine, va a haber lío.

Que la ley de dependencia es una ley justa, todo el mundo lo sabe, hasta los votantes del PP. Nadie niega, salvo que sea un malnacido, que las personas que tienen hipotecada su vida por cuidar a un familiar tienen que ser protegidas de alguna manera. Como nadie niega que la sanidad integral debe incluir los transportes hospitalarios y la gratuidad de los medicamentos para aquellos que menos tienen, o más necesitan. Lo malo es que el dinero no florece, que las cosas cuestan mucho y que el estado no recauda ni dispone de crédito suficiente para afrontar los costes en que incurrió por jugar al electoralismo con el bienestar.

La aplicación de la ideología del PP lleva a la injusticia social manifiesta, que es eliminar derechos. Para el PP los desfavorecidos no existen. Como tampoco existe una sanidad universal y pública. Para el PP todo debería ser privado. Y eso en un modelo europeo es inaceptable. El PP tiene ahora el encargo de gobernar y gestionar la situación del estado, ciertamente difícil. Pero esto no consiste en eliminar de un plumazo los beneficios que la sociedad fue adquiriendo con los años y a través de sucesivos gobiernos de todos los colores. No, sin intentar mantenerlos por todos los medios.

El PP, como el PSOE, jugaron con fuego y regalaron favores sociales de los que los ciudadanos no quieren ahora desprenderse. Los ciudadanos quieren un sistema de salud más gratuito, si cabe, que el actual. Los ciudadanos quieren que la sociedad sea justa con los dependientes y con sus cuidadores. La sociedad quiere que los derechos adquiridos se conserven y se amplíen. Y exige de los políticos que hagan lo necesario para que esto sea así.

Y, desde luego, es posible. Todo se puede gestionar mejor y nada como una situación de crisis para hacerlo. Se pueden abaratar costes en miles de sitios para evitar recortes en otros. Se pueden elevar fuertemente los impuestos de los favorecidos para mantener los derechos de todos. Los partidos no pueden olvidar que el voto de un pobre vale exactamente lo mismo que el de un rico y que se deben a sus electores, y hay más pobres.

Es una lástima que se nos acostumbrase mal, pero la culpa no es nuestra, así que los políticos tendrán que mover el culo y mantener el estado de las cosas sacando el dinero de donde lo hay: de los bolsillos de quienes lo acumularon el la época de bonanza y de reducir los enormes costos del aparato político del estado central, autonomías, administraciones locales, diputaciones, cabildos y demás engendros. Es fácil, solo hay que hacerlo... Eso y gestionar con la máxima eficiencia.

11 diciembre, 2012

Desconfianza

Un hombre que se había resbalado y caído por un precipicio, agarrado a una rama, pedía socorro: "¿Hay alguien ahí? ¡Socorro! ¿Hay alguien ahí?". Llevaba tiempo gritando y empezaba a perder toda esperanza, cuando, de repente una voz potente resonó en el entorno: "Sí. Hay alguien. Soy yo, Dios. No te preocupes. Suelta tus manos de la rama y déjate caer. Cuando estés cerca del suelo, dos de mis ángeles te recogerán y te posarán suavemente". El hombre, dudó un momento..., miró arriba y abajo... y, asiéndose mas fuerte a la rama, volvió a gritar: "¿No hay nadie más?"

¿No hay nadie más? me pregunto cada día que me enfrento a la realidad política de España y de su entorno. En este caso me refiero a Italia: Berlusconi va a pedir el voto a los italianos para salvarlos, y apuesto a que consigue la confianza del pueblo ciego. Berlusconi asume el papel de Dios, como Rajoy, que hace "lo que es mejor para el interés de todos los españoles"... Lo único en que el nuestro es mejor que el italiano es en lo de la discreción: no hace payasadas en público ni actuaciones vergonzantes ni comentarios obscenos y de mal gusto. Pero, por lo demás, como el otro, es un auténtico peligro.

Berlusconi no es un líder, es un listo que se aprovecha de la inoperancia de los partidos políticos, ocupados de sus problemas internos, para medrar y hacerse con el poder, y en su caso para evitar ir a la cárcel. Pero nada más. El éxito empresarial de este hombre le proporciona la autoestima necesaria para atreverse con todo. Solo que un estado, por mucho que se empeñen algunos, no es una empresa. Un estado se lleva más bien como un hogar, o así debe ser, porque es la casa común de todos los ciudadanos.

Los partidos, sus aparatos, se inventan cualquier cosa para justificar sus actuaciones. Sus gigantescas masturbaciones mecanicistas acerca de la estructura del estado y la suya propia nos alcanzan a todos. Piden nuestro voto y nos involucran en asuntos abstractos y subjetivos para que nos decantemos por unos o por otros, pero no nos explican nunca la realidad. Conseguir el poder mediante nuestro sufragio es el objetivo, aunque este sufragio haya sido conseguido mediante cualquier argucia.

Berlusconi vuelve; Rajoy gobierna en España,; Gallardón revienta el mundo judicial, los jueces se manifiestan; Wert incendia la educación, los rectores en bloque se echan las manos a la cabeza; y Ana Mato es ministra (increíble). En el otro lado Rubalcaba está mudo en el seno de un PSOE avergonzado; mudo, porque sino le espetan aquello de que "por qué no lo hicisteis cuando pudisteis". IU y UPy D intentan pescar en el río revuelto de los votantes defraudados. Vamos, un auténtico edén.

Y este enjambre es el que nos pide que soltemos las manos y nos dejemos caer al vacío... ¿NO HAY NADIE MAS?

09 diciembre, 2012

Habrá que radicalizarse

No parece quedar mucho espacio político en el que alguien pueda asentarse en estos tiempos. el PSOE y el PP están prácticamente a lo mismo: conquistar parcelas de poder en las instituciones para manejar el sistema y dotar de sinecuras a sus militantes destacados que no tienen escaño en algún agujero. Ambos han hecho perder valor a la política, ambos han violentado, y hasta violado, a la Democracia.

El resto de los partidos con representación tienen el objetivo de hacerse con mayor número de votos para obtener más dinero, más representatividad y mas ventajas, que sin duda utilizarán para crecer como hidras. Es decir, si no son como el PSOE o como el PP, es porque sencillamente no pueden o no les dejan.

En esta atmósfera de desánimo para cualquier ciudadano que piense las cosas, surgen individuos como Wert, que no deja de ser un mero provocador cuya falta de humildad le impide reconocer sus propias limitaciones intelectuales. Este especimen se puso en manos de la Iglesia para cambiar el sistema educativo en lo que se refiere a la enseñanza de valores. Y se abrió de piernas para obtener a cambio no sé que cosa. ¿Por qué salto este tipo a Wert en mi argumentación...? Pues porque es todo un síntoma de la enfermedad real de nuestro país. No actúa el PP, ni mucho menos su marioneta. Actúa el poder oculto.

La Iglesia, empresa oportunista donde las haya, deja entrever cual es la mano que gobierna en realidad el timón del estado: el duo iglesia - poder económico. El PSOE y el PP no solo están plegados a él sino que forman parte de su materia. Son el brazo ejecutor de sus deseos. Parece increíble, pero es así. el PP hace lo que le dice este poder oculto, porque está en su genoma; y el PSOE porque fue bien pagado, como una prostituta política para dejarse hacer.

Si el PSOE tuvo no sé ya cuantos años para poder convertir de este país en otra cosa y no se atrevió o no supo, en quién vamos a confiar para que elimine prebendas a los poderes económicos y haga pagar impuestos de verdad a quien más tiene, o nos libre del Concordato y haga que la Iglesia Católica sea lo que tiene que ser: un grupo de curas ocupados de sus feligreses. ¿Lo haría IU, o UPyD, o...? Ni el sursuncorda que se acercara por aquí lo cambiaría. El parlamento, el gobiernos y las instituciones del estado están preñadas de acólitos que lo impedirían.

Este panorama desolador para el ciudadano lo forzará a buscar opciones radicales fuera de los circuitos.  Los partidos ideológicos están terminados. Las ideologías fueron compradas con dinero y cuotas de poder. La única opción de futuro son las uniones ciudadanas con intereses comunes. Los ciudadanos, de izquierdas y de derechas, se irán concentrando en grupos a la búsqueda de objetivos. Y lo harán en la calle, porque el espacio político común está a reventar y porque tomando la calle se anexiona a más gente harta de tanta incapacidad. Esto tendrá que ocurrir si un giro copernicano no se produce en el centro izquierda. El peligro que tiene es que, si las opciones radicales toman impulso, el sistema saltará por los aires con consecuencias imprevisibles, cosa, deseable a la vista de los resultados.

06 diciembre, 2012

Oscar Niemeyer

Me había comprometido a no hablar de mi ciudad en el blog. Sólo lo hice una vez para entrar en el debate sobre la industria siderúrgica y el Centro Niemeyer. Sin embargo, hoy estoy obligado a hacerlo. Oscar Niemeyer ha muerto y creo que todos le debemos algo, como todos debemos algo a los grandes hombres. Pero es que, en Asturias, en Avilés, le debemos mucho más.

Avilés es hoy, y ya será siempre, conocida en todo el mundo gracias a este genial arquitecto. Antes, Avilés, a pesar de sus más de mil años de historia, no era nada más que un nombre geográfico ligado a la pesca, a la industria pesada y, sobre todo, a la elevada contaminación ambiental. Ahora no, ahora es un punto de referencia de la cultura a nivel mundial.

El pueblo de Avilés está orgulloso de Oscar Niemeyer y avergonzado de quienes confundieron el espíritu de su obra y de la fundación que lleva su nombre. Avergonzado de quienes intentaron e intentan sacar tajada política de una fundación únicamente orientada y con el objetivo de que la sociedad fuera cada día un poco mejor y más justa a través de la manifestación cultural.

La cultura, como la educación, no tiene signo político. En cuanto alguien partidista mete las manos en cualquiera de ellas destruye su esencia. La cultura no tiene ideología. Wagner y Borges tenían ideas que pueden considerarse ultraderechistas, y el propio Oscar Niemeyer se confesaba comunista. Y todos hicieron grandes aportaciones a las artes, porque la cultura, el arte o la ciencia, cuando son lo que en esencia son, carecen de ideología.

El nombre de Niemeyer y su lugar en el Olimpo de las artes no merece ser manchado por los intereses espurios de un puñado de bárbaros que desconocen completamente el significado del término cultura. Los muy ignorantes no saben que cultura es una idea, una idea que designa la proeza intelectual de un pueblo o civilización. Nada que ver con la política.

Descanse en paz Oscar Niemeyer. Mi agradecimiento personal por su regalo a Avilés... Por cierto, don Oscar. Si me escucha, desconfíe de los homenajes que sin duda le van a caer desde la parte política. Van también a por la tajada partidista.


04 diciembre, 2012

Mariano... Mira que eres crédulo

Qué tal, Mariano: Sí, soy yo otra vez, tu asesor de menor coste. Y te tengo que entrar nuevamente a saco, porque no haces ni pito caso a las cosas que te digo. Y mira que te lo pongo fácil. Pero, nada. No sé si es que eres algo borrico, o solo lo aparentas. Pero, machote, enfócate, porque entre tú que no te enteras y tus ministros que no saben por dónde andan, vais a acabar por llevarnos a todos a la ruina.

Mira, Mariano, lo de la crisis pertinaz es como lo de la sequía idem de Felipe. Ya lo sabemos. Así que ya vale de monsergas. Para resolver todo este embrollo, no tienes más que crear actividad y eso es más fácil que hacer llover. ¿Cómo se crea actividad? Macho, por eso ya sí que cobro. Así que pon a trabajar a esos cerebros que metiste en el gobierno y si no te resuelven el tema, habla conmigo en privado, pero prepara pasta, que uno no es Teresa de Calcuta.

Por lo tanto, no te voy a hablar de cómo resolver el problema, te voy a hablar de por qué lo creaste. Te voy a hablar de lo estúpidamente infantil que fuiste. Porque no se puede calificar de otra manera vuestra peregrina idea de que con la reforma laboral se iba a crear empleo. A ver, Mariano, tú sacaste una oposición, no puedes ser tan tonto. En qué cabeza cabe que si facilitas el despido se va a crear más empleo. Yo no veo qué tiene que ver una cosa con la otra. Pero es de cajón de pino que si echar a alguien a la calle cuesta la mitad, es como un dos por uno en las rebajas. Confiésalo, la idea se le ocurrió a Fátima mientras tenía una visión de la Virgen esa del Rocío.

La Virgen del Rocío, Mariano, sabe de rejas y de romerías, pero de temas laborales, ni puta idea. Te lo digo yo. La Virgen en su vida dio un palo al agua. Y su devota sierva, parecido. Quién te recomendó a esta buena mujer. Despide al de Recursos Humanos. Ve menos que un topo con antifaz. Tu amiga Fátima les está haciendo el caldo gordo a algunos empresarios que les gusta más la política que la empresa. Con toda seguridad se estarán todavía partiendo de la risa por haberle hecho creer la milonga de que la solución era abaratar el despido. Menuda pardilla.

Los Sindicatos tienen razón en esto, cuanto más barato es despedir más se despide. En otras cosas no, en esta sí. Pero, tranquilo. Todo tiene solución. Olvídate de lo que te dice la devotísima y hazme caso a mi. Facilita la contratación temporal al máximo, deja que se concatenen contratos temporales, no obligues a las empresas a hacer indefinido a nadie hasta un máximo de tres años. Esto da tiempo a los trabajadores a currarse el puesto y a formarse seriamente en sus tareas. La rescisión de contratos al final es baja. Consulta las estadísticas de finales de los 80... Había un contrato temporal de duración mínimo 6 meses, máximo 3 años. Eso no lo hay ahora. Ponlo y tírale de las orejas a Santa Fátima, que no vale ni para tacos de escopeta.

De volver a encarecer el despido, ya hablaremos, pero yo la haría. Verás cómo se frena en seco eso que llamáis destrucción de empleo.

Hala, hasta otro día... De nada. Ah. Acuérdate, olvidadizo, que los trabajadores pagan más impuestos que las empresas. Ponlas a cotizar y que se dejen de trampas.

01 diciembre, 2012

La tristeza

La tristeza es la peor de las sensaciones. La imagen que mejor la define es la cara de las madres con sus críos, casi desmayados por el hambre, entre sus brazos. La mirada, el gesto, es la manifestación externa de lo que siente nuestro interior, nuestra alma. Cualquiera puede verla porque los humanos tenemos en el rostro un medio de expresión. Manifestamos al exterior nuestras sensaciones para que quién nos ve sepa que algo nos está pasando. La tristeza te invade cuando ya no te queda rabia ni capacidad de lucha para poder dar a tus hijos, a tu familia, lo más esencial y cuando miras alrededor y nadie te protege ni te ampara.

Pero, no solo las personas se entristecen y lo manifiestan. La tristeza social es la que siente un grupo cuando está invadido por sensaciones negativas, cuando no hay nada a su alrededor que le haga atisbar una esperanza de que las cosas van a ir a mejor, cuando la vida de los otros, allí arriba, en el castillo del bienestar, parece inalcanzable. La tristeza invade a una sociedad en la que desaparecieron las oportunidades para la gente común; en la que no existe esperanza alguna de avance, tan solo se te ofrece la oportunidad de enroscarse como un caracol: gastar menos, reducir, privarte de cosas de las que antes disfrutabas, mientras el entorno te incita al consumo: "oferta", "llévese dos y pague uno", "llega la navidad, compre lotería"...

Las comunidades manifiestan la tristeza con la apatía. La apatía de millones de pensionistas que se tragaron con resignación la pérdida de poder adquisitivo; la de 6 millones de desocupados que no tienen posibilidad ni presente ni futura de encontrar una actividad de la que vivir; la de millones de familias que se esforzaron hasta el infinito en educar a sus hijos, en formarlos para hacer más competitivo a un país, y ahora les ven tomar un avión para escapar de esta especie de purgatorio que es España y dirigirse hacia otras partes donde haya menos nubarrones para no regresar, en muchos casos, ni de visita.

La tristeza se torna llanto cuando alguien, desesperado, sin ingresos, sin posibilidad de obtenerlos, salta al vacío y acaba con su vida porque se va a quedar sin un techo bajo el que guarecerse, cuando alguien roba en un supermercado para llevar comida a casa y se expone a la vergüenza pública, cuando uno se levanta por la mañana y mira a su alrededor y no ve nada más que soledad y una atmósfera gris anodina, y decide sentarse en una esquina concurrida y extender su mano... No siente nada, no tiene nada, la dignidad hace tiempo que se le esfumó, se le robó el sistema. Y los ladrones tienen nombre y apellidos.

Termino aquí porque me invade una profunda sensación de llanto inminente. No sé por qué escribí esto, pero sí sé que me impulsó a hacerlo un pequeño recorrido por las noticias de la mañana buscando un rayo de luz entre tanta penumbra. No lo vi, y entonces vomité... Lo siento.