30 noviembre, 2011

Autonomías y gasto

Por razones ya conocidas, España atraviesa una crisis por partida doble. Por un lado el problema financiero internacional causado por la basura esparcida por los usureros estadounidenses y adquirida en grandes cantidades por los codiciosos europeos. Por otro lado la particularidad española de no disponer de un tejido productivo adaptado a su población.

La crisis financiera se arreglará, es cuestión de tiempo que las cosas se reequilibren. La crisis del empleo en España tiene ya una solución a más largo plazo, pues para ello han de crearse puestos de trabajo en sectores productivos, y la construcción no es un sector productivo, y además está agotada.

Los subsiguientes gobiernos tienen que resolver este problema, pero también tienen que contener y reducir el gasto para poder tener unas cuentas saneadas. Uno de los gastos principales del estado es el mantenimiento del estado autonómico. Las autonomías son 17, y eso hace que exista un coste adicional para mantener todo el aparato necesario que conllevan 17 sanidades, 17 haciendas, 17 qué sé yo que cosas más.

Los españoles hemos decidido hace muchos años en referendum que nuestro estado sería un estado autonómico. Nada que decir. Debe mantenerse, a no ser que en otro referendum se decida otra cosa. Pero lo que tal vez haya que definir con precisión es qué significa autonomía, porque lo que es estúpido es duplicar administraciones en un tiempo en que los servicios, gracias a la informática, pueden estar centralizados y ser así mucho más eficaces y simples.

Claro que, si se le mete mano a esto, nos vamos a encontrar con que, en realidad, tenemos un exceso de personal funcionario de difícil gestión, pues estos no pueden ir al paro, ni la administración puede hacer regulación de empleo.

Bonito problema para Rajoy: hacer un estado más barato y a la vez más eficaz. Fácil de decir, pero a ver quien le pone el cascabel al gato y se lo explica a los virreyes autonómicos.

28 noviembre, 2011

Políticos y moral. ¿Acuerdo imposible?

Una de las causas de que los políticos estén tan mal vistos por los ciudadanos es su falta de moralidad. A menudo el comportamiento de quienes están en política está desajustado con lo que cabría esperarse, especialmente en momentos en que mucha gente lo está pasando muy mal por el azote de la crisis.

La noticia saltó hoy a la prensa. Unos 90 representantes municipales electos en Barcelona y su área metropolitana se reparten unos 800.000 € al año en dietas por asistencia a reuniones relacionadas con servicios municipales dentro del entorno común de unos cuantos ayuntamientos alrededor de la capital barcelonesa.

Las cifras son bastante serias. El alcalde Trías (CiU) con un salario anual de 110.000 € cobra unos 30.000 € adicionales por asistencia a 2 ó 3 reuniones al mes; el concejal Portabella (ERC) con un sueldo de 98.000,  obtiene también unos 30.000 por el mismo número de asistencias; el alcalde de Cornellá (PSC), que gana 70.000, se reúne 40 veces y obtiene unos 40.000; y el alcalde de Catelldefels (PP), que gana 66.000 se embolsa 23.000 por 18 reuniones. Vamos, que redondeando salen a unos 1000 € por reunión.

La cifra no es que sea escandalosa. Pero lo que si resulta reprobable es que sean los cargos políticos quienes demanden sacrificios a la población y sin embargo sean incapaces de aplicarse un cierto código moral para que nadie pueda sacarles los colores.

No quiero ni pensar en lo que habrá en muchos más sitios. Esto, seguro, no es más que la punta del iceberg. Y esta es la gente que va a bajar el sueldo a los funcionarios, a los médicos. Estos van a subirnos las tasas universitarias y los impuestos, y le van a decir a la viuda que su pensión está congelada.

Cuándo se darán cuenta los que se dedican a la política que esta es un juego de gestos. Todos sabemos que es un trabajo duro y nadie les va a discutir un salario alto. Pero, por favor, asignarse 1000 € por asistir a una reunión es un insulto para quienes viven un mes con una cantidad menor.

¿Hay, o no hay una seria discrepancia entre política y moral?

27 noviembre, 2011

Sentimiento y nivel político

Las últimas elecciones fueron ganadas "brillantemente" por el PP. Entrecomillo "brillantemente" porque el relucir de la victoria se corresponde más bien con un error de la ley electoral española, que permite que una formación no votada por el 70 % del censo electoral obtenga la mayoría absoluta en el Congreso.

De todos modos no quiero quitar mérito al buen trabajo realizado por el PP en los últimos años. Estrategia política aparte, que creo que es mala, como la de todos, pues se orienta a ganar las elecciones en lugar de hacia el bienestar del ciudadano, el PP ha tejido una red de afiliados de la que emana su fuerza electoral: la fidelidad de su base de votantes.

El PP tiene alrededor de 800.000 afiliados, y duplica al PSOE en esta materia. Algo que no puedo entender si pienso en lo que debería ser el PSOE, un partido más pegado al terreno, con más predicamento en la calle y con más bases activas. Pero no, no es así, y no lo es sencillamente porque el PSOE no fomenta la militancia. En el PP es fácil encajarse, en el PSOE hay que tener cierto pedigrí. Es como si el mundo se hubiera vuelto del revés.

Si tengo que decir la verdad poco me preocupa la cantidad de afiliados de los partidos, lo que me preocupa es la calidad, muy baja a juzgar por lo que se deja ver en ambos casos. Incluso es muy baja en los terceros partidos, IU y UP y D. En cuanto nos salimos de los líderes y oímos un poco  los de más abajo en el escalafón, la cosa mete miedo. ¿De verdad no se analizó la falta total de elocuencia, de oratoria, la chapucería en la comunicación y las faltas idiomáticas de quienes estuvieron en los medios en campaña electoral?

Todos los partidos deberían mejorar en estos aspectos y para ello me voy a permitir ofrecerles gratis un consejo: busquen a ciudadanos valiosos que compartan su ideario e invítenles a militar para que les vayan ayudando a salir de la mediocridad. Háganlo por el bien de su país. España se merece mejores políticos y ustedes saben que tienen ese problema. Aplíquense en resolverlo, por favor

21 noviembre, 2011

Menor participación II

Bien. Ya se ha votado y por lo que parece la abstención fue del 28,3% solo un 2,2% mayor que en 2008. Nada que decir: el pueblo ha hablado.

He creído conveniente argumentar por medio de este blog el porqué de abstenerse. Probablemente alguno de los que me sigue lo haya hecho habiendo tomado como buenos mis argumentos y con eso me basta. El objetivo que persigo tiene que ver más con hacer que la gente se rebele y piense por si misma que con la obtención de resultados políticos.

Insisto en que la abstención habría sido un revulsivo para avanzar en la democratización del sistema. Pero los votantes acudieron en número suficiente para legitimar al gobierno futuro, así que no hay nada que decir. Estoy convencido que una abstención en torno al 40% habría sido buena. El PP habría ganado igual por mayoría absoluta, luego tendríamos un gobierno fuerte; el PSOE habría obtenido resultados peores, por lo tanto se vería obligado a una renovación profunda; y en las agendas de los dos partidos estaría el análisis del descontento con el sistema y el probable aporte de soluciones.

El objetivo de mi llamada a la abstención era, entre otras cosas, conseguir que se afrontara una reforma de la ley electoral. Pero, insisto, no pudo ser.

No obstante seguiré insistiendo en esto una y otra vez. La ley es injusta y la vamos a sufrir todos a partir de esta legislatura con más crudeza de lo que creíamos. Fuera de la crisis, cuya solución debe ser cosa del futuro gobierno, nos vamos a enfrentar a un problema parlamentario de primera magnitud. El engendro de ley Electoral se transformó en monstruo y otorgó a los independentistas vascos, por ejemplo, 7 escaños y grupo parlamentario, con lo que eso conlleva, por el módico precio de 333. 628 votos, eso sí bien concentrados en su reducto. Y sus señorías van a tener que escuchar su música monocorde.

En el otro lado UP y D con el triple de votos, 1.140.212, llega por los pelos a 5 diputados. ¿Tiene esto sentido? No me extraña que IU y UP y D clamen por el cambio de una ley tan absolutamente absurda. El problema es que, por mucho que se desgañiten los dos grandes partidos nunca van a estar interesados en acometer un cambio en profundidad, porque no les importa el avance, su objetivo es la pervivencia. Una mayor abstención les habría obligado a actuar.

Rosa Díez lo intentará, seguro, tiene capacidad argumentativa para presionar en este sentido, mi voto hubiese sido para UP y D de haber acudido a la llamada. Cayo Lara me ofrece más dudas; IU tiene un corsé en sus ideas y mucho me temo que no vaya a estar a la altura en sus intervenciones... Tiempo al tiempo.

20 noviembre, 2011

Menor participación I

A mitad de la jornada electoral la participación es un 5% menor que en las anteriores elecciones generales. Es todo un síntoma. A pesar de lo difícil que resulta, porque votar es consustancial a la democracia, un 65 % de los electores no se acercaron a las urnas a mitad de jornada. Todo un síntoma.

Los mensajes de los macrolíderes de los macropartidos al salir del colegio electoral llaman a la participación. Lo peor que les puede pasar es que muchos nos quedemos en casa para deslegitimarlos. Saben perfectamente que si la abstención llega al 35% ninguna mayoría por absoluta que sea habrá sido avalada por más votos que los que no se emitieron. Si la abstención llega al 35 % esta será la primera fuerza electoral, o no electoral.

Si esto es así tendrán que entender el mensaje. No les queda otra:

Queremos que se avance en derechos democráticos

Queremos que la ley electoral cambie

Queremos un estado fuerte y no dependiente de nacionalismos

Queremos que suba el nivel de nuestros representantes

18 noviembre, 2011

Y después de las elecciones qué...

¿Cambiará algo en nuestro país? No, no cambiará nada. Los que llegan son los mismos, o parte de los mismos que ya estuvieron. Hablarán y hablarán, pero como los que les precedieron, no harán nada que ayude a invertir la situación de España. Seguirán sin poner los pilares para que dejemos de ser un país mayoritariamente de labradores y obreros de la construcción. Eso sí, ajustarán los presupuestos, y mediante algunos trucos de ingeniería financiera y contable parecerá que nuestra economía mejorará.

Con casi total seguridad se reducirán nuestros derechos y nuestro bienestar. Evidentemente no queda otra que recortar y reordenar. Bien, sea así. Yo apoyaré todo aquello que sirva para que saquemos la cabeza de esta crisis. Creo firmemente que todos los españoles apoyaremos al gobierno que salga, le animaremos a trabajar y nos tragaremos los sapos que nos tengamos que tragar. Y el que no lo haga allá él, pero que sepa que esta es la única forma de avanzar algo.

Voy a olvidar que los presuntos ganadores han hecho poca cosa para ayudar a quienes todavía nos gobiernan. Los que van a tomar el relevo, no hicieron otra cosa en estos tres años que ver como se hundía cada día un poco más este pobre país sin ofrecer ayuda para reflotarlo. Lo dicho, voy a olvidarlo.

Aguantaré todo lo que el nuevo ejecutivo determine, y como yo la mayor parte de la ciudadanía. Trabajaré una hora gratis si me lo piden, renunciaré a una paga o compraré deuda a bajo interés para ayudar. Pero que lo tengan claro los unos, que entran, y los otros, que salen, hay unas cuantas cosas que no haré:

1) No iré a votar porque nadie me habló de como iba a transformar este país para que deje de ser mano de obra barata y se convierta en mano de obra cualificada de la buena. Ni un solo plan he oído para cambiar nuestro actual modelo productivo que nos trajo hasta donde estamos ahora.

2) No pararé de pedir mayores derechos de participación para hacer crecer la democracia y salir de la partitocracia.

3) No dejaré de analizar la realidad y poner mi opinión libre en negro sobre blanco.

4) No dejaré que nadie desde su estrado político se adjudique el mérito de mejorarnos la vida, si es que lo consigue. Lo único que les debemos a los políticos es nuestra situación actual. Si se consigue mejorar en un futuro, habremos sido nosotros, los ciudadanos, con nuestro esfuerzo, con nuestro sacrificio y con nuestro aguante quienes lo hayamos conseguido.

Así que gobernadnos lo mejor que sepáis. Pero no se os debe nada, al contrario, os pagamos nosotros. Por lo tanto, poneos a trabajar por y para nosotros de una maldita vez, en lugar de hacerlo tan solo en vuestro provecho.

13 noviembre, 2011

Un problema de credibilidad

El Partido Socialista perderá estrepitosamente las elecciones del 20 de noviembre. Pierde gran parte de su base electoral porque millones de ciudadanos dejaron de creer en su capacidad para gobernar el país.

La inminente llegada del PP al poder ilusiona a muchos electores, que lo ven como una salida a la situación de crisis que estamos viviendo.

Cuando se escucha a la gente, se ve que España, como siempre, está dividida en dos: derecha e izquierda. Sin embargo parece que algo empieza a cambiar. La dualidad visceral de antaño parece transformarse en puro maquillaje. El desencanto hace que votantes del PSOE no solo pasen a la abstención, sino que sean capaces de votar al PP, como se verá pronto en Andalucía. Lo mismo puede empezar a suceder en sentido contrario en subsiguientes comicios.

Esto significa que los votantes empiezan a valorar su papeleta como un elemento capaz, no ya de otorgar el poder, sino de desalojar del mismo a quien lo hace mal. O sea, que el PP debe tener cuidado y no revolcarse en el éxito. Es el fracaso del contrario lo que el ciudadano va castigar. Es el fracaso del PSOE lo que le va a dar el poder. El PP no barre al PSOE, es el electorado quien lo expulsa.

Si Rajoy es inteligente, que lo es, y mucho, se dará cuenta de esto y hará una política seria y de profundidad, sin alharacas populistas y se guardará mucho de demostrar gran euforia tras el triunfo. Aunque lo va a tener difícil viendo el tipo de político que lo rodea en el PP. Para frenar esto, puede que dejar la estrategia de comunicación en manos de Gallardón sea una buena idea.

El PP desde el púlpito de su mayoría absoluta, lo mismo que el PSOE desde el charco de la oposición, no deben dejar de mirar al 30 % o más de la población que va a abstenerse. Este porcentaje constituye un número de electores igual al que da la mayoría absoluta al PP y lo forman personas que, con toda seguridad, no son unos vagos que no quieren moverse de casa para ir a emitir su voto. Harían mal PSOE y PP en no hablar de la pérdida de credibilidad de la política, de la bien ganada mala fama de la profesión de político entre los ciudadanos y de los porqués de la alta tasa de abstención.

España necesita recuperarse económicamente y eso pasa por sacrificios de la población, y precisamente por eso, porque el esfuerzo va a ser de los ciudadanos, estos se merecen un reconocimiento en forma de una participación más directa en la elección de candidatos y en la política en general. La ley electoral está obsoleta. Los líderes deben ser valientes y atreverse a liderar. Los puestos en la política se ganan en las urnas, no en una lista abrigada.

12 noviembre, 2011

Italia es una nación, no una empresa

Un buen amigo italiano, de ideas políticas particulares, me decía siempre que Silvio Berlusconi era el mandatario ideal para Italia porque era un gran empresario y sabía manejar perfectamente las herramientas para hacer funcionar una empresa. Y, al fin y al cabo, decía, un país es como una gran empresa, que si no se gestiona bien se va a pique, y tener como primer ministro a un gran empresario, y además muy rico, es una garantía.

Me pregunto que pensará mi buen amigo Massimo viendo ahora a su querida Italia y a su admirado Berlusconi, pero seguramente estará triste y decepcionado por lo que ve.

En nuestras discusiones yo siempre le rebatía sus argumentos poniendo a Berlousconi, no como un gran empresario, sino como un gran egoista. Efectivamente sus empresas le hicieron muy rico, pero un gran empresario es algo más que un hombre muy rico, es alguien con altura moral y que tiene claro que sus empresas tienen como misión no solo ganar dinero, sino también contribuir significativamente al desarrollo social de su entorno.

La única misión de las empresas de Berlusconi era ganar dinero de cualquier manera sin importar los medios. Si había que meterse en líos, difamar o estafar, ya lo arreglarían los bien pagados gabinetes jurídicos a su servicio.

Al final la entrada en la política de este pobre hombre no fue más que una huída hacia adelante para no acabar en la cárcel. El pueblo vio en él a un salvador, pero el amigo Silvio solo trabajaba para sí mismo. Su obsesión era reformar las leyes para blindarse contra la acción de la justicia. Mientras se concentraba en su objetivo no le importaba la evolución de la situación, ni cuánto debía el estado, ni la imagen grotesca que daba al mundo con sus estupideces y sus declaraciones machistas. Ni tan siquiera le preocupaba lo que pudieran decir de él por sus bacanales.

Imagino que habría gente en Italia avergonzada por tener un tipo así al frente del gobierno, pero lo que no puedo imaginar el lo que sentirán todos sus partidarios, su sostén entre la población. ¿Estarán pesarosos por  haberlo votado? Me temo que no.

Muchas veces digo en este blog que falta talla en los políticos. ¿De verdad piensa alguien que estoy equivocado y que Berlusconi es solo una excepción? Si es así que lo diga alto y claro. A ver si me hace salir de este estado semidepresivo respecto al futuro de la sociedad.

06 noviembre, 2011

La vergüenza de la Europa adinerada

En este vídeo en la red http://www.youtube.com/watch?v=nqno8H-mjeY  un parlamentario europeo se desgañita llamando hipócritas a los países ricos por hacer lo que se está haciendo con Grecia.

Se les pide que reorganicen gran parte del estado en unos meses y nadie se pregunta si realmente puede hacerse. Y todo para que "los mercados" no castiguen a la Eurozona. Se pregunta este hombre cuánto se tardaría en Francia, o en Alemania en modificar el sistema de pensiones, por ejemplo, y se escandaliza de que a Grecia se le den 3 meses.

Los países ricos hacen negocio con Grecia. Piden dinero prestado al 3% y luego se lo prestan al 6%, dice. Claro, Grecia acabará pagando con el esfuerzo inhumano de varias generaciones. Entre Francia y Alemania le vendieron a Grecia material militar por 3.000 millones de euros, dice también. Alucinante... Les prestan dinero para que les compren armamento.

Si la UE obligase mediante presión económica y diplomática a que el conflicto grecoturco por Chipre se solucionase, Grecia no tendría que emplear grandes cantidades de dinero en gasto militar, lo que ayudaría a pagar la deuda y aligeraría el esfuerzo del pueblo, DE PERSONAS. Grecia, con 11 millones de habitantes, mantiene un ejercito de 100.000 soldados (Alemania tiene 200.000 y son 80 millones); uno de cada 100 griegos es militar... Increible.

Me pregunto si alguien, seriamente, está dispuesto a iniciar un cambio para que la política con mayúsculas impere de nuevo a nivel internacional y se controle y se legisle para que la sociedad avance en lugar de favorecer únicamente a las grandes corporaciones industriales y financieras.

Flaco favor hicieron al mundo Reagan, Thatcher, Bush y algunos otros al fomentar el "todo vale, que el mercado designe". Aquí nos ha llevado su legado... A ver como quién devuelve ahora el equilibrio a las cosas y cómo lo logra.

05 noviembre, 2011

UP y D... Una tenue luz, pero insuficiente.

Algunas de las personas que leen este blog me dicen que lo que explico se parece mucho a lo que propone Rosa Díez desde UP y D, y añaden, "¿por qué llamas entonces a la abstención?"

Es muy simple. Voy a abstenerme, y creo que mucha gente también va a hacerlo, porque creo que es un modo de decir que no me gustan las cosas tal y como están montadas; que quiero (queremos) más participación, más nivel en los candidatos, un sistema más proporcional, un estado central más fuerte que garantice lo primordial (sanidad, educación, bienestar social,...) al mismo nivel para todos los ciudadanos.

 Y sí, de acuerdo, algo de eso dice UP y D, y qué. Rosa Díez no forma UP y D porque repentinamente le hayan venido esas ideas. Forma UP y D porque se enfada con el PSOE y para seguir en política, como persona inteligente que es, orienta las antenas hacia la sociedad y escucha el clamor general para que las cosas cambien en este sentido.

Rosa Díez intentó dirigir el PSOE. Para ello presentó candidatura en el congreso que ganó Zapatero, y yo no la oí decir nunca nada de lo que ahora considera fundamental en su proyecto de partido en aquel momento, ni luego en su etapa como parlamentaria europea, ni antes como consejera del Gobierno vasco.

De cualquier manera lo dice ahora, y está bien. La gente evoluciona. Vamos a olvidar el pasado. Un aplauso por Rosa Díez... Pero no un voto. Me explico.

Un voto para UP y D hará que, a lo sumo gane 4 ó 5 escaños, o alguno más si mucha gente le da su sufragio. La cuestión es si esto sirve para algo más que para que se desgañiten en el parlamento hablando a una cámara vacía, como suele ocurrir cuando hablan los grupos minoritarios en sesiones ordinarias. Yo no veo más allá.

Creo que en estas elecciones, el no voto es la opción más plausible. Si la abstención alcanza o supera el 40% dentro del PP y del PSOE empezaría la preocupación y se pondrían a trabajar seriamente en lo que los ciudadanos requieren y no solo en conservar el poder. Solo una iniciativa conjunta de los grandes partidos permitiría cambiar la ley electoral, la concepción del Estado (Constitución) y reequilibrar la cuota de autonomía de los territorios. No es cuestión de votar a alguien sino no votar contra alguien.

Si se crea una preocupación seria por una baja participación, los partidos mayoritarios estarán obligados a intervenir para que la situación no se deteriore hasta el punto de perder su base electoral y su base social. Ambos partidos saben que la abstención es ya la primera opción electoral: la gente que no vota es más que el electorado del más votado de los partidos en la actualidad. Con una abstención del 40 % quedarían, PSOE y PP deslegitimados.

Insisto, está muy bien lo que dice Rosa Díez. Coincido totalmente con ella. Yo llevo reclamándolo hace muchos años. Pero me temo que sus propuestas solo buscan el voto que la mantenga en su trabajo. Ella sabe perfectamente que desde UP y D no puede liderar un cambio de tal calado en la política española.

01 noviembre, 2011

La estúpida gestión de incompetentes

Quienes viven el la costa saben que a la pleamar sucede la bajamar. También saben que hay mareas vivas y mareas muertas. En las mareas muertas la oscilación del nivel del agua es pequeño y no llega a verse la basura que se pudo haber arrojado en algún momento. Sin embargo cuando llegan las mareas vivas el nivel del agua baja tanto que todas las miserias ocultas bajo el agua quedan al descubierto. Estamos en periodo de mareas vivas y al retirarse, el agua deja al descubierto la basura.

 La mala gestión de los sectores de actividad (construcción) nos han generado una tasa de paro muy superior a nuestros vecinos; la mala gestión de los recursos monetarios cuando nos sobraban (bajada de impuestos, cheque bebé, etc...) nos ha producido una menor disponibilidad de dinero fresco para hacer frente a las dificultades.

Teníamos dinero y lo gastamos en aeropuertos, en estadios, en palacios de congresos y en megaconstrucciones para mayor gloria de megalómanos. Hemos estado gestionados por imbéciles colocados en sus sillones por otros, más imbéciles aún, situados en la cúpula de los partidos políticos.

Me pregunto qué vamos a hacer con el aeropuerto de Ciudad Real. ¿Una base militar para alquilársela a los Estados Unidos? Porque esa puede ser su única utilidad: tiene una de las mayores pistas de Europa. También me pregunto que vamos a hacer con otros aeropuertos, en algunos de los cuales ni aterrizó ni aterrizará avión alguno. ¿Podrán Fabra, o Barreda, o Blanco, o Camps, o Zapatero, o..., mirarse al espejo sin decirse a si mismos: "qué he hecho, qué idiota soy"?

Todos los días salen noticias relacionadas con gastos estúpidos y completamente inútiles hechos por lerdos metidos a políticos que proliferan como setas en un campo abonado con el estiércol de sus mentores y, desgraciadamente, con nuestros votos, que un día, con ilusión, pusimos en una urna esperando una representación digna de nuestros intereses.

No merecéis ni el aire que respiráis. Caraduras.
Sobre la Unión Europea... Mi comentario más corto

No sé cuantas reuniones del máximo nivel hubo en el marco de la Unión Europea para tomar decisiones sobre planes anticrisis, pero han sido muchas. Sin embargo una duda me inquieta: de todo lo que se lleva tanto tiempo diciendo que se va a hacer. ¿Se ha hecho realmente algo?

Tengo la impresión de que no; y de que de que no interesa que nada se mueva.

Mientras tanto los mercados se alteran, la bolsa sube y baja, las primas de riesgo oscilan... y alguien, me gustaría saber quién, se está llevando a su bolsillo enormes cantidades de dinero.