30 diciembre, 2021

Ciudadanos. Elogio de la ceguera

Dice Inés Arrimadas que haber negociado con el PP y haberles dado la presidencia de cuatro comunidades fue un error. También dice que el Gobierno Sánchez es el peor de la democracia. Está, asimismo, convencida de que lo que pasó en Castilla León (adelanto electoral y expulsión de consejeros de Ciudadanos) fue cosa de Casado y de que a un partido del "bipartidismo", refiriéndose al PP, no se le puede regalar nada porque lo utiliza en su provecho. Se siente traicionada por Casado, que ni la llamó para explicarle lo de Mañueco. Pero, no, ella no va a ser mala y no va a retirar el apoyoal PP, por ejemplo en el Ayuntamiento de Madrid, o de Zaragoza.

Bien. Definitivamente esta mujer no da la talla. Habla y habla, pero de política no dice nada. Justifica su animadversión hacia el PSOE con un argumento tan peregrino como que le ofreció a Sánchez la posibilidad de votar unos presupuestos, los del año pasado, si dejaba fuera de la ecuación a ERC y Bildu. Me perdonará Arrimadas pero, hace falta ser poco despierta para proponer algo imposible, es decir, que un gobierno abandonara a quien facilitó la investidura, y menos despierta aún para no ver que los escaños de Ciudadanos (10) son muchos menos que los de ERC y Bildu (18).

La idea de fundar un partido como Ciudadanos no era en realidad mala: una derecha corrupta, un PSOE descompuesto. Había una ventana de oportunidad y los fundadores apuntaron al elector de centro izquierda, mayoritario en España. Además se declaraban antinacionalistas y estaban dispuestos a dar la batalla, y la dieron, es verdad. Empezaron por Cataluña, como azote del independentismo y empezó a hablarse de Ciudadanos. El éxito, más tarde de Arrimadas, que gana unas autonómicas catalanas cuando Rivera salta a Madrid hace prever un buen futuro. Y con una estrategia acertada: buscar el voto de la gente de derechas hastiada de la mafia del PP y los moderados enfadados con el PSOE, lo consigue. en 2015 logra 40 diputados e intenta un Gobierno son Sánchez que impide Podemos, que, con una clara falta de visión fuerza elecciones le regala al PP, que solo tenía 124 diputados, una segunda oportunidad en junio de 2016. Sube Rajoy hasta 137 y gobierna cómodamente hasta la moción de censura que acaba con él.

Y aquí es donde Ciudadanos pierde el norte. Vota no a la moción después de haber dicho que el PP era un partido completamente corrompido. Su argumento era que Sánchez era una opción peor que un PP corrupto. Rivera apuesta así para las elecciones que vendrían en no mucho tiempo y parece salirle bien, porque en abril de 2019 el PP de Casado logra solo 67 escaños (venía de 137) y Ciudadanos ¡¡¡57!!! (venía de 32). La jugada de Rivera tumbó al PP y a Podemos que también se desangraba, pero reforzó, y mucho, al PSOE y, ojo, aparece Vox. En este punto, Rivera comete el error de su vida: en lugar de regalar el gobierno al PSOE absteniéndose en la investidura y controlar desde una posición cómoda, intenta erigirse en "líder" de la oposición y obliga al PSOE a pactar con Podemos. Pero Podemos, de nuevo creyéndose más de lo que en realidad es, fuerza la repetición electoral y se produce la debacle: los votantes no entienden lo que hace Rivera y los votos vuelven hacia Vox y PP, quedando Ciudadanos con 10 escaños de los 57 de que disfrutaba. La estrategia de Podemos de repetir elecciones, una especie de manía ya, nuevamente refuerza al PP, y lo que es peor a Vox.

Y es que en Política hay que saber leer las consecuencias a largo plazo y Ciudadanos nunca supo hacerlo. Su empecinamiento le hizo quedarse solo con los cuadros menos capaces. El electorado de izquierdas que les votaba se sintió despreciado y los cataloga ahora como muy de derechas, por lo que, con toda seguridad, nunca volverá a votarlos. Es verdad que Arrimadas tiene un arma potente que podría utilizar: hacer saltar por los aires el gobierno de Andalucía y el Ayuntamiento de Madrid. Pero Arrimadas carece, no ya del coraje necesario, que tampoco, sino del convencimiento ideológico propio para hacerlo; Arrimadas es muy de derechas y los dirigentes del partido, parecido. La parte de centroizquierda de Ciudadanos fue expulsada, o salió pitando ya hace mucho. Y los pocos votos que le quedan acabarán en Vox o en el PP, acabándose de esta manera un sueño que pudo ser realidad si hubiera habido un poco de inteligencia, no demasiada, con una poca bastaba. Y en Ciudadanos, está claro, la inteligencia no abunda. Por eso desaparecerá. Buen viaje.

16 diciembre, 2021

No nos dejemos engañar. Es un truco

Es posible que mi percepción de la realidad esté seriamente dañada; uno nunca sabe, pero, no obstante, recurro al buen juicio de quien esto pueda leer para que ofrezca un diagnóstico de si, por alguna circunsancia, yo he perdido completamente mis capacidades o, aunque pueda sonar presuntuoso, son los demás, en esta ocasión unos cuantos millones, quienes las tienen alteradas.

Me refiero al hecho de que el ala derecha del parlamento: Ciudadanos, PP y Vox, los tres, pintan la realidad de España como algo terrible: un país casi en disolución que se desmorona completamente destruido por un gobierno de comunistas, terroristas y separatistas; un gobierno ilegítimo, que quiere acabar con España; un presidente okupa cuyo único objetivo es mantenerse en el poder... En fin, una catástrofe.

Pues, oígame, por mucho que yo miro a mi alrededor, no veo que en mi país, España, se viva en permanente desasosiego, salvo los desfavorecidos, esos a los que la derecha ignora porque para ella no existen, o son simples vagos que no trabajan porque no quieren. De verdad, yo sigo viendo a la gente hacer vida normal, salvo por el coronavirus, que la alteró un poco y que, por mucho que se empeñen las fuerzas derechistas, no lo trajo el gobierno actual. Eso sí, nos lo envió un país comunista en vuelto en papel de regalo. Pero con el presidente chino no se atreven, claro.

Vamos, que en la calle no veo yo a la gente lamentándose ni llorando por las esquinas ni arrojándose al vacío desde los balcones. Las personas van a la compra, toman café, trabajan, vuelven a casa socializan y tienen vidas normales. Y podrían ser más normales aún si no hubiera tanto mequetrefe en el parlamento intentando desacreditar a un gobierno a fuerza de insultos y descalificaciones, con un empleo del lenguaje similar al empleado por Moussolini primero y por Hitler después para hacerse con el poder. Se dice que en Alemania lo primero que se alteró fue el lenguaje para crear en la población un determinado estado de ánimo. Vox y el PP, y también Ciudadanos, a veces, hacen exactamente eso. Se ve que, o saben poco de historia, o pretenden repetirla.

La derecha española tiene una enorme postilla en su cara que la delata. Es la marca del franquismo, una marca que nunca tuvo la valentía de quitarse. La derecha española fue siempre golpista y ahora también lo es. La derecha española, desde el primer día que Alfonso XIII abandonó por propia voluntad España, conspiró para dar un golpe de pano a una república sobrevenida pero perfectamente legítima y legitimada. La cosa se le torció un poco a los monárquicos, pero al final se le dio bien a los que pensaban en el fascismo como elemento para la resolución de todos los problemas imaginarios que tenía España, que no eran en realidad los que ellos pensaban, sino ignorancia, incultura y analfabetismo en las clases populares. La derecha siempre pensó que el pueblo tenía que ser sometido y que la cultura no era para las clases bajas. Y sigue pensándolo, aquí, en España.

La derecha intenta crear un estado de opinión en la sociedad favorable a sus intereses. La cosa consiste en que se piense que la política es una mierda y que los políticos solo van a lo suyo. "Fíjate cómo se insultan en el parlamento, ¡qué vergüenza!". Creado ese estado de ánimo en el personal, entonces se busca un chivo expiatorio, o varios: un gobierno "comunista", el separatismo, la immigración que viene a quitar trabajo y a delinquir..., hasta los niños, los homosexuales... En fin, todas esas cosas tan de las derechas españolas. Y a partir de aquí, a traves de unas elecciones que pudieran ganar, vendría todo lo demás y seríamos como Hungría o Polonia.

Sin embargo hay en Europa una derecha, que en España se echa de menos. Hace un par de días la derecha cirsteanodemócrata alemana (CDU) apoyó en discurso de su nuevo canciller, que marcó como objetivo hacer lo necesario para que la ultraderecha acabara por desaparecer del parlamento alemán. Pero eso en España es imposible, porque aquí la derecha es genéticamente cobarde, el PP especialmente, y no se arranca de la cara la pústula del franquismo.

La derecha española ya enseñó la patita. A Vox ya le conocemos la cara, ahora el que vote a esta gentuza ya sabe lo que hay y será corresponsable de lo que pueda pasar. Ya no vale aquello es que yo voto a Vox porque voto contra la izquierda. Es verdad que en la izquierda hay tipos, como era Iglesias o es Rufián que son auténticos mentecatos provocadores. Pero no es excusa, porque Vox es lo que enseña, o sea, auténtica basura. Y aunque me cueste decirlo, porque critico con dureza al PSOE a menudo, este, junto con el PNV y el nuevo sector Yolandista a su izquierda, están dando la talla, al menos en las formas. ¿Y las formas son tan importantes! También tengo la impresión de que el pueblo normal hará pagar a Casado su indefinición y a Vox su osadía y no será este pueblo quien los vote, quien los vate será populacho,

Vuelvo a insistir. A pesar de los gritos, alaridos e insultos de estos majaderos, yo sigo viendo a mi país, España, igual que siempre. No sé ustedes, pacientes lectores de este pequeño blog.