16 diciembre, 2021

No nos dejemos engañar. Es un truco

Es posible que mi percepción de la realidad esté seriamente dañada; uno nunca sabe, pero, no obstante, recurro al buen juicio de quien esto pueda leer para que ofrezca un diagnóstico de si, por alguna circunsancia, yo he perdido completamente mis capacidades o, aunque pueda sonar presuntuoso, son los demás, en esta ocasión unos cuantos millones, quienes las tienen alteradas.

Me refiero al hecho de que el ala derecha del parlamento: Ciudadanos, PP y Vox, los tres, pintan la realidad de España como algo terrible: un país casi en disolución que se desmorona completamente destruido por un gobierno de comunistas, terroristas y separatistas; un gobierno ilegítimo, que quiere acabar con España; un presidente okupa cuyo único objetivo es mantenerse en el poder... En fin, una catástrofe.

Pues, oígame, por mucho que yo miro a mi alrededor, no veo que en mi país, España, se viva en permanente desasosiego, salvo los desfavorecidos, esos a los que la derecha ignora porque para ella no existen, o son simples vagos que no trabajan porque no quieren. De verdad, yo sigo viendo a la gente hacer vida normal, salvo por el coronavirus, que la alteró un poco y que, por mucho que se empeñen las fuerzas derechistas, no lo trajo el gobierno actual. Eso sí, nos lo envió un país comunista en vuelto en papel de regalo. Pero con el presidente chino no se atreven, claro.

Vamos, que en la calle no veo yo a la gente lamentándose ni llorando por las esquinas ni arrojándose al vacío desde los balcones. Las personas van a la compra, toman café, trabajan, vuelven a casa socializan y tienen vidas normales. Y podrían ser más normales aún si no hubiera tanto mequetrefe en el parlamento intentando desacreditar a un gobierno a fuerza de insultos y descalificaciones, con un empleo del lenguaje similar al empleado por Moussolini primero y por Hitler después para hacerse con el poder. Se dice que en Alemania lo primero que se alteró fue el lenguaje para crear en la población un determinado estado de ánimo. Vox y el PP, y también Ciudadanos, a veces, hacen exactamente eso. Se ve que, o saben poco de historia, o pretenden repetirla.

La derecha española tiene una enorme postilla en su cara que la delata. Es la marca del franquismo, una marca que nunca tuvo la valentía de quitarse. La derecha española fue siempre golpista y ahora también lo es. La derecha española, desde el primer día que Alfonso XIII abandonó por propia voluntad España, conspiró para dar un golpe de pano a una república sobrevenida pero perfectamente legítima y legitimada. La cosa se le torció un poco a los monárquicos, pero al final se le dio bien a los que pensaban en el fascismo como elemento para la resolución de todos los problemas imaginarios que tenía España, que no eran en realidad los que ellos pensaban, sino ignorancia, incultura y analfabetismo en las clases populares. La derecha siempre pensó que el pueblo tenía que ser sometido y que la cultura no era para las clases bajas. Y sigue pensándolo, aquí, en España.

La derecha intenta crear un estado de opinión en la sociedad favorable a sus intereses. La cosa consiste en que se piense que la política es una mierda y que los políticos solo van a lo suyo. "Fíjate cómo se insultan en el parlamento, ¡qué vergüenza!". Creado ese estado de ánimo en el personal, entonces se busca un chivo expiatorio, o varios: un gobierno "comunista", el separatismo, la immigración que viene a quitar trabajo y a delinquir..., hasta los niños, los homosexuales... En fin, todas esas cosas tan de las derechas españolas. Y a partir de aquí, a traves de unas elecciones que pudieran ganar, vendría todo lo demás y seríamos como Hungría o Polonia.

Sin embargo hay en Europa una derecha, que en España se echa de menos. Hace un par de días la derecha cirsteanodemócrata alemana (CDU) apoyó en discurso de su nuevo canciller, que marcó como objetivo hacer lo necesario para que la ultraderecha acabara por desaparecer del parlamento alemán. Pero eso en España es imposible, porque aquí la derecha es genéticamente cobarde, el PP especialmente, y no se arranca de la cara la pústula del franquismo.

La derecha española ya enseñó la patita. A Vox ya le conocemos la cara, ahora el que vote a esta gentuza ya sabe lo que hay y será corresponsable de lo que pueda pasar. Ya no vale aquello es que yo voto a Vox porque voto contra la izquierda. Es verdad que en la izquierda hay tipos, como era Iglesias o es Rufián que son auténticos mentecatos provocadores. Pero no es excusa, porque Vox es lo que enseña, o sea, auténtica basura. Y aunque me cueste decirlo, porque critico con dureza al PSOE a menudo, este, junto con el PNV y el nuevo sector Yolandista a su izquierda, están dando la talla, al menos en las formas. ¿Y las formas son tan importantes! También tengo la impresión de que el pueblo normal hará pagar a Casado su indefinición y a Vox su osadía y no será este pueblo quien los vote, quien los vate será populacho,

Vuelvo a insistir. A pesar de los gritos, alaridos e insultos de estos majaderos, yo sigo viendo a mi país, España, igual que siempre. No sé ustedes, pacientes lectores de este pequeño blog.


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