26 diciembre, 2011

Se nos escapa la generación prodigiosa

Durante muchos años se han preparado. Hablan idiomas y son competentes, tienen alrededor de treinta años y una alta cualificación profesional. Pero en España no les contrata nadie, o quien lo hace los entierra en un lodazal de mediocridad y les paga un salario mísero aprovechando que el mercado es favorable para ello.

Trabajan como becarios, hacen fotocopias, o presentaciones para directivos. Algunos se conforman con una triste renovación para poder seguir subsistiendo en la miseria de nuestro entramado empresarial. Otro año más y a ver que pasa. Otros se hartan y deciden dejarlo. Cogen la maleta y se largan. El país que hizo el esfuerzo para formarlos se queda sin ellos por no haber sabido crear la coyuntura para que pudieran desarrollarse profesionalmente en él.

Son nuestros jóvenes los que se van ahora otra vez a Alemania, a Francia, a Inglaterra, hasta a China. Dejan su entorno, su familia, su patria para buscar su futuro en otros lugares, donde a pesar de ser extranjeros, van a ser profesionalmente respetados y justamente recompensados por realizar su trabajo. Entre enero y septiembre de 2011 se han marchado más de 50.000 personas, la mayor parte con este perfil.

Ya tenemos 50.000 parados menos. Podemos estar contentos. Pero yo sigo insistiendo. Cómo hemos podido tener una clase política y empresarial tan cerril que no han visto lo que estábamos haciendo. Por qué España siempre es violada de esta manera por sus castas dirigentes.

Eso sí. Algo ha cambiado para bien. Antes exportábamos mano de obra de boina y botijo; ahora enviamos al exterior mano de obra con una cualificación que raya la excelencia. La boina y el botijo se quedan dentro. Lo malo es que el capital humano e intelectual que se dilapida, difícilmente se recupera.

25 diciembre, 2011

"Estemos unidos, España lo merece y lo necesita"

Las últimas palabras del mensaje de Navidad del Rey marcan el camino. Parece mentira que alguien, desde una institución, casi podríamos decir, ajena a la Sociedad trace la ruta con tanta claridad. Unión, trabajo en equipo, esfuerzo común, objetivos bien definidos y planes de acción claros. Esa es la única manera de conseguir el fin propuesto. Sin embargo, como no se ha hecho así en todos estos años, estamos donde estamos, y ahora el Rey tiene que dar la cara y pedirnos a todos esfuerzos suplementarios para salir de esta.

La alocución real no merecería mayor análisis en otro momento. Sin embargo, en este, uno parece que necesita escuchar a alguien que, desde fuera de los intereses políticos, le diga algo, le pida algo, aunque sea en abstracto: "Estemos unidos...". Todo lo demás que pudo haber dicho careció de importancia. Que su yerno tiene que pasar por un juicio, que pase, y que vaya a la cárcel si tiene que ir; que tenemos que estar al lado de las víctimas del terrorismo, faltaría más, no vamos a estar al lado de los verdugos; el resto, bla, bla, bla... Vaguedades. Casi todo relleno.

España tiene más de cinco millones de parados. La incapacidad de este país para dar empleo a sus habitantes es una enfermedad crónica que no han podido curar ni dictaduras ni democracias porque pasa por un cambio. Un cambio real y profundo del comportamiento de los empresarios, fundamentalmente, y de los políticos. Los unos cambiando su orientación hacia actividades innovadoras que generen valor para empresas y productos, especialmente en el exterior, y los otros fomentando y facilitando el cambio.

Llevamos así desde siempre, y con tal de no cambiar nos inventamos de todo: el PER, la construcción galopante, la desgravación por vivienda, los subsidios varios... todo con tal de no cambiar. Lo que España necesita es sencillamente eso, cambiar. El PER tiene que desaparecer y la fuerza de trabajo de esa gente tiene que ser empleada en algo productivo, y la mentalidad de subsidiado ser cambiada por el orgullo de estar en actividad. La construcción debe reaparecer en la cantidad necesaria; no hay por que fomentarla, nos hundiríamos más en el lodo. Y los subsidios varios no son queridos por la población,  los parados no quieren subsidio, quieren actividad.

Estemos todos unidos, pero con un objetivo común. Esto fue lo que le faltó por definir al Rey, el objetivo (claro que un monarca debe tener lo que se llama Real Indefinición). Y el objetivo es cambiar. El cambio real es lo que tenemos que pedirles a los agentes sociales y a los políticos. En eso es en lo que tenemos que estar unidos, en exigirles un cambio para que España deje de ser una mera entelequia y se convierta en una potencia real. Estemos todos unidos en eso, España lo merece y lo necesita.

18 diciembre, 2011

Los cincuenta y tantos

Quienes nacimos algo antes de 1960 estamos ahora en esa edad donde las cosas parecen pesar un poco más. No solamente los esfuerzos físicos son más trabajosos, también cuesta más entender, memorizar, asimilar y sobre todo tragar. Tragar es lo que más cuesta.

Hace unos meses se nos indicó que por exigencias del guión era necesario retrasar la edad de jubilación y aumentar el tiempo de cotización exigido para tener derecho a una pensión. Precisamente a nosotros. A nosotros tenía que tocarnos tragar el sapo de ver como solo hace unos pocos años muchos se prejubilaban con la misma edad que tenemos nosotros ahora. Su único mérito: haber nacido unos años antes.

Es notorio el cambio de escenario. En las empresas, hace no más de cinco años, a una persona de cincuenta y tantos que sobraba se le buscaba un medio para prejubilarla, ahora se la despide. El prejubilado se iba a su casa a disfrutar de la vida, o a aburrirse en algunos casos. El despedido se va para su casa con la cabeza agachada y lleno de vergüenza a explicarle a su familia que tiene que ir a la cola del paro y que sus posibilidades de reintegrarse laboralmente son mínimas.

Ahora tocan más sacrificios y seguramente las cosas se nos pondrán todavía peor. Y yo no paro de preguntarme por qué. Por qué se ha hecho tan mal. Por qué esta tremenda injusticia. Por qué nosotros nos jubilaremos, con suerte, a los sesenta y cinco. Qué hará quien pierda el trabajo. Por qué no se tuvo más cuidado.

Quiénes son los responsables de semejante aberración. Qué se va a hacer con nosotros. ¿Alguien tiene algún plan? ¿Nos tendrá Rajoy presentes? Tengo poca confianza.

17 diciembre, 2011

Ansiedad

La prensa en general trata de arrancarle a Rajoy un adelanto de lo que va a hacer, un adelanto de qué equipo va a formar, un adelanto de como va a hacer lo que todavía no dijo que iba a hacer..., en fin, no sé como decirlo. Es como si los medios tuvieran ansiedad sobre la falta de noticias que difundir.

Vivimos en un mundo adelantado: las bolsas son el ejemplo más claro. Se adelantan a la realidad por no sé que indicador que dice lo que va a pasar dentro de varios meses, o por el índice de producción de cualquier área y responden al alza o a la baja sin que en realidad haya pasado nada en concreto. Luego cuando los datos reales se consolidan, no sucedió nada, pero todo se movió, y el movimiento de dinero genera dinero y la gente gana y pierde.

Se necesitan sensaciones fuertes. Cada día nos despertamos con noticias impactantes. La necesidad de impactos para mantener vivo el mundo de la opinión es cada día más notoria. Por qué. Por qué no nos dejan respirar un poco. No creo que sean malos para la sociedad  periodos de clama informativa. Las personas necesitamos, a veces, relajarnos y no pensar. Pero los medios no lo ven así.

Por eso los periodos de inactividad política son tan estériles para quienes se dedican a la comunicación y les generan ansiedad de noticias. Menos mal que, en todo este tiempo, hasta que se constituya el nuevo gobierno, hemos tenido la crisis del Euro y a Merkel y Sarkozy para mantener el flujo de noticias contundentes con las que nos tenemos que desayunar cada día.

Hemos dejado de analizar lo que sucedió para pasar a analizar lo que todavía no llegó. Y claro, tenemos un problema gravísimo, porque no hay nada más inseguro que el análisis basado en supuestos. Vamos a necesitar ansiolíticos sociales.

11 diciembre, 2011

Homo estupidus

Este cuerpo sólido por fuera, líquido por dentro, y cubierto de agua en dos terceras partes de su superficie, llamado planeta Tierra tiene un problema de dimensiones "planetarias": los humanos.

En "El origen de las especies..." Darwin habló de la selección natural como motor del cambio de los seres vivos, hasta el punto de que una población dividida en partes y sometidas estas a diferentes condiciones, se puede derivar en el transcurso de un tiempo suficiente su conversión en especies diferentes.

Lo que nos está ocurriendo a los humanos debe ser algo parecido a esto. No se explica si no que se ignore por completo un problema general y enorme: el cambio climático y todo lo derivado de las emisiones desproporcionadas de CO2. USA, China e India, tres de los países más poblados del mundo, se niegan a limitar sus emisiones. Es como si el problema no fuera con ellos.

Está claro que algo debe pasar en USA, China e India. El ambiente debe ser diferente y el Darwinismo actúa. La especie Homo estupidus entra a formar parte de la evolución humana lo mismo que el Homo neanthertaliensis y el Homo sapiens.

Los humanos han ido estableciéndose en La Tierra hasta formar una especie de comunidad de vecinos de un gran edificio. En ella hay miembros pobres, ricos, guapos, feos, listos y tontos. Esto es, diversos. Lo que ocurre ahora es que hay unos cuantos miembros ricos y tontos (combinación letal), que están empeñados en no ver que el tejado del edificio tiene goteras y que corre el riesgo de deteriorarse gravemente. Claro ellos viven en niveles menos expuestos. Lo que no parecen querer saber estos inconscientes es que un edificio sin un tejado bien mantenido acaba por derrumbarse.

Estamos hablando constantemente del problema financiero y de crecimiento que tiene la sociedad occidental: la crisis del Euro, la falta de crédito, los indicadores en USA, los Bancos centrales, la Reserva Federal... Casi vamos a terminar por ser todos expertos en economía. Y, sin embargo, la evolución nos está llevando hacia el Homo estupidus. Y mientras nos concentramos en nuestras pantallas y nuestras cuentas no queremos mirar hacia arriba para ver como nuestro edificio se queda sin cubierta.

Lo dicho: Homo estupidus

08 diciembre, 2011

Calma tensa

Poco hay que decir estos días respecto a nada. Hay una calma tensa que precede a una toma de decisiones importante en la zona Euro.

Me pregunto que pasa por la mente de los responsables políticos. ¿Podrán dormir por las noches sabiendo que tienen entre las manos el ser o no ser de un área económica enorme?

No sé que pasará, pero, como siempre desde hace siglos, Europa es capaz de comerciar, pero incapaz de unirse: todos miran para sí; nadie para el bloque. No se dan cuenta de que poco somos unos sin otros. Los alemanes con el tópico de la cigarra y la hormiga interiorizado: Alemania, hormiga, Países mediterraneos, cigarra, se cierra en sus posiciones.

Si toda europa tomara el modelo de producción alemán, no sé a qué mercados íbamos a acudir. Alemania produce lo que produce porque a su alrededor no hay casi nadie que lo haga. Qué pasaría si en Francia, Italia y España se fabricaran vehículos comparables a Mercedes o BMW. ¿Iba a poder Alemania generar los mismos ingresos por exportación de los suyos? De momento, pocos iban a vender en estos países si los hicieran.

Europa debe ser mirada como una economía única y los países mediterráneos deberán producir cosas para las que estén cualificados. O sea, que hay que definir un modelo productivo común y flexible. Esa es la clave: COMÚN.

Me viene a la memoria que en sus inicios la UE se llamaba Mercado Común. Tal vez ahora haya que avanzar un poco más y ceder todos parte de nuestra soberanía para avanzar en lugar de caernos en un pozo mientras discutimos y discutimos.