30 enero, 2014

Por qué no se pone primero lo importante

Cuando un gobierno, da igual de qué signo, se pone manos a la obra a arreglar los problemas económicos de un país, rápidamente introduce medidas de contención de gasto, o de subida de impuestos, o ambas. Es lo único que se puede hacer para equilibrar la contabilidad del estado: gastar menos, generar más ingresos, o las dos cosas a la vez. Ni más ni menos, así de sencillo... Sin embargo hay que tener en cuenta algunos matices: no se puede reducir todo el gasto ni se pueden subir impuestos alegremente. Hay que escoger, ahí está el arte, y para eso tenemos políticos, si no, bastaría con artilugios informáticos.

Se espera de los gobernantes una cierta sensibilidad. Esto consiste en saber hacer tanto las reducciones de gasto como la generación de ingresos con el menor daño posible para la población. Para ello hay que hacer unos cuantos cálculos simples y tomar decisiones. Pero, antes hay que analizar con cuidado qué no se va a tocar como gasto y a quién no se va a presionar con las nuevas tasas. Y esto es lo difícil, y en lo que suelen fallar porque ellos mismos están sometidos a fuertes presiones, dado que nadie quiere que se le quite nada de lo que se le da ni que se le le rasque el bolsillo.

Cuando los gobiernos ceden a las presiones de los poderes financieros, como es el caso de España, están haciendo un ejercicio de completa injusticia, además de una mala práctica económica. Un cambio en las leyes laborales puede que fuera necesario para estimular la contratación a tiempo parcial, o para extender los contratos temporales. Pero lo que yo sigo sin ver es de qué manera la reducción de la indemnización por despido improcedente genera empleo. Qué me disculpe la ministra del ramo, pero es, aparte de falso e injusto, es una gilipollez de grueso calibre.

La reforma laboral trajo no solo un aumento del paro por ejecución de despidos baratos y ERES facilones, trajo también una reducción del salarios. España nunca fue un país de salarios elevados, salvo sectores puntuales en ocasiones excepcionales (construcción durante el boom). La reducción salarial dio competitividad por menores costes a nuestras empresas en algunos casos; sin embargo, en otros llevó a muchas familias a situarse por debajo del umbral de pobreza. El gobierno sabe perfectamente que la tasa de pobreza relativa de España es mayor cada año desde hace ya demasiados.

Las familias que pasan a ser pobres son más cada día, un 28% estimado actualmente. Pero, si a esto le ponemos la lupa nos encontramos que el grupo de población más afectado es el infantil: el 30%. Este dato estremecedor no hace reaccionar al gobierno porque no quiere ni verlo, mira para otro lado. La política escogida para mejorar la economía es estrujar mucho más a los que ya tienen poco para proteger a los que tienen mucho, que cada día tienen más. Esto, aparte de una majadería, contradice hasta los más elementales presupuestos del capitalismo (del capitalismo inteligente, claro), reflejados en lo que Henry Ford decía sobre que él pagaba a sus trabajadores lo suficiente para que pudieran vivir y, además, también pudieran comprar los coches que fabricaban. Claro que, Rajoy es mucho menos inteligente que Ford.

28 enero, 2014

Los lechuguinos

Los lechuguinos empiezan a llevar tortazos. El revolcón de la justicia a la privatización sanitaria en Madrid es una bofetada sonora, una de esas que les hace falta a este tipo de personajes: una buena morrada para que dejen de pasarse de listos. Guemes, Lasquetty, Ignacio González por extensión intentaron activar, ahora con la sanidad, otra estafa a la población. Como se acabó el ladrillo, algo hay que hacer para saciar el hambre de dinero fácil, comisiones e influencia de tanto listo. Pero esta vez la Sociedad Civil dijo: hasta aquí.

El aspecto de los lechuguinos es siempre el mismo, y en el PP, donde más abundan, son casi una fotocopia: poquita cosa, cara de no romper un plato, cuello de camisa recogido y nudo de corbata prominente, y una manera de hablar entre castiza y maleducada, como si el mundo entero estuviese por debajo de ellos. Es así desde Aznar, solo que este tenía bigote, o lo que fuera, y en lugar de cara de no romper un plato, la tenía, la tiene, de amargado. No hablo en broma son fotocopias en lo esencial: Aznar, Montoro, González, Guemes, Hernando, Gallardón, Camps, Fabra, Alonso... Iguales casi en lo físico e iguales en la mala educación, especialmente en esto.

Lo peor de los lechuguinos es que, como ese alumno empollón insolidario, solo trabajan en provecho propio. Guemes primero intentó procurarse un puesto cómodo, y de mucha pasta, en una empresa de servicios a la sanidad, y Lasquetty ahora, imagino que estaría intentando algo parecido. Pero se le torció. Se ve obligado a dimitir... Bueno, no importa, el partido siempre tiene huecos en las listas para los lechuguinos. Tienen imagen y cara, una cara dura como el cemento. No le va a ir mal a ninguno.

Llamar lechuguino no es insultar a nadie, solo es remarcar una característica. El diccionario habla de un lechuguino como hombre joven que se compone mucho, así que no es insultar, que quede claro. Solamente es destacar el aspecto de muchos chicos del PP de ahora y de antes. Lo curioso de estos muchachos es que todos tienen una marcada inclinación a estafar a sus conciudadanos mediante la articulación de leyes que les favorecen a ellos y a sus amiguitos. Véase la que lió el amigo Camps en Valencia. A ver como salen aquí los experimentos sanitarios, aquí hay mucha sanidad privatizada. A ver cómo paga una comunidad arruinada por la gestión de los lechuguinos.

El PP es un partido de derechas, es innegable, pero debería deshacerse de esta mercancía. Los lechuguinos tienen secuestrada a una formación necesaria para el equilibrio político en España. No necesitamos para nada a lechuguinos ni lechuguinas. De acuerdo que en el PP hay muchos, pero en el PSOE hay unos cuantos y cuantas, y hasta en IU pueden encontrarse. Lo que necesitamos son políticos serios que salgan de la voluntad popular y que se presenten a las elecciones por voluntad propia, no por aparecer de milagro en una lista... Como dijo Bono en una entrevista hace unos días: esta ley electoral es la causa de demasiados problemas y habría que derogarla. Oír para creer, Bono.

26 enero, 2014

El País: mentiras y estadísticas

Se atribuye a Disraeli el aforismo: Hay tres clases de mentiras: mentiras pequeñas, mentiras grandes y estadísticas. Parece que Sir Benjamin ya se olía lo que podía suceder si no se era cuidadoso; aunque, más que el cuidado, imprescindible, en su elaboración: muestra correcta, hipótesis bien construidas, elección de la herramienta adecuada en cada caso..., la mentira, la maldita mentira, se produce a la hora de interpretar los resultados.

Los trucos para burlar a la verdad matemática son variados. El primero es el de afirmar que una "cosa" ocurrirá porque un estudio estadístico así lo prevé; esto es tremendamente peligroso, pues los resultados de un trabajo estadístico siempre deben ser vistos en términos de probabilidad, es decir, que esa "cosa" es más, o menos, fácil que suceda. Otro truco, el más usado, consiste en retocar las escalas de las gráficas para que las diferencias pequeñas parezcan grandes, o al revés. Esto se utiliza frecuentemente cuando se presentan resultados del tipo que sea y estos son pobres.

Políticos y prensa interesada son maestros en el arte del maquillaje. En este ejemplo puede verse con claridad. Corresponde a un sondeo que publica hoy El País. Este es el gráfico de los resultados de intención de voto de los diferentes partidos que Metroscopia elaboró para El País. De él pueden desprenderse algunas conclusiones:

1) La abstención va a ser muy alta: más del 55% de los electores no acudirán a votar
2) Los grandes partidos, PP y PSOE pierden alrededor de 15 puntos porcentuales
3) Los votos que pierden los grandes se reparten entre otras formaciones (IU, UPyD, ...), que adquieren mayor relevancia
4) Parece que hay una pequeña diferencia favorable al PSOE respecto al PP, pero no es significativa, pues el margen de error de los resultados es mayor que ella (la ficha técnica de la encuesta fija un margen de error de 2,9 puntos)

Las estadísticas hay que mirarlas así, con frialdad, so pena de equivocarse en la predicción. Sin embargo, en ocasiones interesa señalar determinada información aunque hacerlo sea una temeridad y delate intereses espurios.

Esta es la gráfica que El País presenta en la edición digital. Personalmente me parece vergonzoso porque constituye un caso flagrante de crear opinión interesada y sin base alguna.

El titular de portada es : El PSOE toma ventaja al PP de cara a las elecciones de mayo. Cuando se pincha en la noticia aparece el gráfico de la izquierda en el que se aprecia una ventaja del PSOE del 1,6%; el resto no importa, ni el resto de partidos ni el del propio gráfico, en el que lo mas notorio es la pérdida de 15 puntos de ambos partidos. Aquí el titular es: El PSOE aventaja al PP en las europeas. Solo cuando se pincha en el gráfico, aparece la información completa, y cuando se le echa un vistazo es cuando uno se da cuenta de cómo se puede manipular una estadística y convertirla en una maldita mentira.

Puedo decir que soy suscriptor de la edición digital de este periódico y siento verdadera vergüenza por la falta de rigor a la hora de interpretar un sondeo. El autor, o los autores, del trabajo incumplen de manera flagrante el libro de estilo del diario. Dudo que este tipo de prácticas sean buenas para El País. El servilismo a un partido político siempre termina por pasar factura.

22 enero, 2014

Gobernar para las élites

Es el título del informe de OXFAM Intermón sobre la desigualdad en el mundo. El resumen es muy simple: hay una transferencia de capital desde los muchos que tienen poco hacia los pocos que tienen mucho. Así de sencillo. En el informe se habla de que el 1% de la población mundial dispone del 50% de la riqueza; o de que los 85 más ricos del planeta tienen tanto dinero como el 50% más pobre de la población mundial, es decir, que tienen entre 85 lo mismo que saldría de los bolsillos de, más o menos 3 500 millones de personas si los cuelgan por los tobillos.

Bueno, pues esto tiene responsables con nombre y apellidos. La responsabilidad recae al 100% sobre los hombros de los legisladores, de los políticos, que en todo el mundo gobiernan y legislan para favorecer a las élites económicas de manera que estas tomen riqueza de quienes ya casi no tienen nada. Los representantes políticos permiten que sus votantes sean vampirizados; no solo lo permiten, sino que lo fomentan mediante normas nacionales e internacionales claramente perjudiciales para esta gran mayoría de la población que, irónicamente, los legitima en las urnas.

Pero ya no es solo eso. Ya no es solo la sed de riqueza de los poderosos, es que, además, estos intentan pagar los menores impuestos posibles huyendo hacia los llamados paraísos fiscales, que no son más que lugares que los gobiernos de los países más influyentes permiten para que sus benefactores, los supermillonarios que les tienen secuestrados, puedan depositar sus capitales sin pagar impuestos, o pagándolos mínimamente. Mientras tanto las rentas del capital de los pequeños ahorradores están sometidas a pesadas cargas fiscales.

Y España no deja de ser un lugar como otro cualquiera. Pero aquí hay más todavía. Se gobierna no solo para beneficio de los pocos ricos que lo tienen casi todo, sino en contra de la población de clase media y baja. El hartazgo del electorado con la clase política es manifiesto por la impunidad con que, además, ella misma se beneficia. El informe deja constancia de ello con este párrafo: La desafección democrática en España es patente y creciente, y se torna peligrosa. La desilusión se extiende desde lo político – donde se percibe el hastío con un sistema “partitocrático”- hacia otras instituciones del Estado y hacia las instituciones y organizaciones formales en general, lo cual contribuye al desprestigio de las mismas y aventura futuros conflictos político-sociales.

OXFAM lo fía todo a la cumbre del Foro Económico Mundial de Davos que se celebra esta semana. Pero, como si del Papa se tratase, no hace demasiada presión, solo dice "hay qué mejorar en esto...". Puede que no le corresponda más, o que no quiera hacerlo, pero mientras tanto cada día más gente pasa de tener poco a no tener nada y de tener muchísimo a tener muchísimo más. Es posible que la cosa no tenga arreglo desde la política secuestrada. Sin embargo, la historia nos enseña que cuando se tensa demasiado la cuerda saltan las chispas y se producen revoluciones sangrientas, porque en estos casos el pueblo, convertido en populacho, se alimenta de la sangre de los poderosos.


21 enero, 2014

La asignatura de religión, bajo mínimos

El generalito insistía en que España era la reserva espiritual de Europa, y puede que así fuera. Pero un buen día llegó la televisión y se empezó a vislumbrar lo bien que se lo pasaban los que pecaban en el extranjero. A partir de aquí, todo se desmoronó. El país pasó de ir a ver "El último tango..." al otro lado de la frontera con Francia a programarlo en la tele casi en horado infantil; del temor al castigo de Dios por no ir a misa todos los domingos y comulgar por Pascua Florida, a pasárselo por el forro... Un desastre vamos. Un desastre de sociedad que había que arreglar.

La Iglesia es una institución, o más bien una empresa multinacional, a la que no se le puede negar el éxito: lleva 2 000 años dando guerra y teniendo notoriedad económica y social. Sin embargo ahora parece que las cosas se le empiezan a torcer. La Iglesia nunca quiso que la gente tuviese acceso a la cultura. En cuanto se pensaba un poco, el personal se daba cuenta de las tontadas que decían y de que todo aquello de los milagros, y lo de la continencia, y lo de no comer carne por que lo digo yo, y toda la retahíla de preceptos a cumplir no era más que un modo de opresión encubierto para mantener su poder y su influencia.

Sin embargo, los sesudos doctores que se supone tiene la Santa Madre fallaron esta vez. La estrategia seguida los últimos años en esta reserva espiritual no dio resultado. Esas misas de familia, esas manifestaciones en Colón, esas peroratas de Rouco (cómo se puede ser cura con esa cara de vinagre, debería estar prohibido), esas opiniones sobre lo enfermos que están los homosexuales y esa exigencia de que la religión debe ser evaluable, ya que no puede ser obligatoria, han llevado a la multinacional al desastre: los jóvenes salen pitando. Claro que siempre quedan los pobrecitos que siguen rezando junto al orinal al irse a dormir, pero esto no vale. La Iglesia quiere multitudes.

Según un estudio que publica hoy la Cadena SER, en los últimos diez años la tasa de alumnos matriculados en la asignatura de Religión cayó 14 puntos en primaria, 17 en secundaria y 23 en bachillerato. Todo un éxito para la Conferencia Episcopal, empecinada en obligar en lugar de atraer: esta es la consecuencia. Y todavía me parece insuficiente, pero todo se andará. Ahora tenemos la ley de San Joseignacio, que hace la religión evaluable, es decir, que cuenta en la nota media. Lo que puede ocurrir es imprevisible. Por un lado quienes necesiten una nota alta para acceder a una facultad irá a religión para sacar un diez, por otro los que no necesitan de esa nota, les importará poco que regalen los dieces en religión con tal de no aguantar el coñazo de la catequización.

Es interesante analizar la distribución por regiones. En todos los casos las regiones menos avanzadas cultural y económicamente, tal vez con la excepción de La Rioja, son las que más índice de matrícula registran, lo que confirma la hipótesis de que la incultura es el alimento de la institución eclesiástica. A medida que aumenta el desarrollo social y económico, pero sobre todo a medida que la cultura toma pujanza, la religión es abandonada. Este abandono no es porque la gente deje de ver la religión como algo importante. Las personas siguen siendo religiosas, solo que la religiosidad se percibe como algo íntimo que no hay que andar enseñando como se enseña un abrigo de pieles. Los jóvenes tienen esta característica de la intimidad más acentuada, de ahí estos resultados. Es lo que hay.

19 enero, 2014

La legitimidad política

Que la política está en crisis en prácticamente todo el mundo es un hecho innegable. El distanciamiento de los pueblos, de la gente, con sus representantes es cada día mayor. El interés de los electores por manifestarse en las urnas decrece a pasos agigantados al mismo tiempo que disminuye la legitimidad del mandato popular. La gente se abstiene, nos abstenemos, porque no vemos ninguna razón para votar, es más, puede resultarnos hasta perjudicial. El incumplimiento de promesas electorales, la corrupción, los intereses partidistas, la mediocridad de las personas, o directamente que no se cree en el sistema según está montado hace que los electores se retraigan.

Veamos un caso actual. Egipto es un país musulmán, por tanto difícil. El Islam embebe el tejido social hasta hacer prácticamente imposible el surgimiento de una sociedad civil fuerte. Después del derrocamiento de Mubarak hay una convocatoria de elecciones y Morsi gana en la segunda vuelta. Los egipcios tenían por fin un presidente electo. El único problema era que la participación había sido de 43%, lo que le daba el poder a los Hermanos Musulmanes con el 22% de los votos posibles. ¿Era de verdad Morsi un presidente legitimado?

Una ver establecido el poder de un partido islamista, este se afana en presentar al pueblo una nueva constitución. La hacen y la someten a referéndum. Resultado: una participación ridícula, 35%, aproximadamente, y una aprobación por un margen pequeño, menos de un 60% según algunas fuentes. O sea Egipto iniciaba su periodo "democrático" con una ley básica aprobada por poco más del 20% del electorado... Poco después Morsi es derrocado por los militares. Un golpe militar siempre es rechazable, pero ni el presidente ni la constitución tenían el apoyo real de la sociedad, como tampoco lo tienen los militares.

El nuevo poder egipcio, rápidamente, prepara una nueva constitución y la somete a referéndum ayer. El gobierno se felicita por los resultados: el texto fue aprobado por el 98% de los votos... El único problema fue que solo fue a votar el 38 % de los que tenían derecho a hacerlo. La actual constitución egipcia un poco menos ilegítima que la anterior, pero carece de la más mínima legitimidad al haber sido aprobada tan solo por un 40% del electorado. En Egipto la cuestión a dilucidar es: ¿Quiénes son los votantes retraídos y cómo llevarlos a participar? La respuesta es difícil, sin duda.

En España, la abstención es la opción mayoritaria de la gente con derecho a voto. La abstención no hace campaña electoral, sin embargo crece y crece, la primera prueba la tendremos en las europeas que vienen. La abstención no viene del desinterés, sino de la desconfianza y de la decepción con los partidos, con los líderes, con las promesas incumplidas, con la despreocupación por el pueblo... A veces me pregunto qué pasaría en un país en que cuando se convoca a elecciones, al cierre las urnas están vacías. Creo sinceramente que es la única forma de conseguir pacíficamente que algo cambie.


16 enero, 2014

Los países cerdos

Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y ESpaña constituyen este grupo de países cerdos (PIIGS, según las siglas en inglés). El acrónimo es, sin ninguna duda, de lo más acertado. Se trata de países que están literalmente en la mierda por la gestión de los políticos y gobernantes en los últimos veinte años, unido a un modelo productivo y social no demasiado sólido. Los datos sobre estos PIIGS son estremecedores. Los políticos profesionales, verdaderos artífices del desastre, no deberían atreverse a ir por la calle a la vista de tanta evidencia de su punible, en mi opinión, gestión.

Alguien podría pensar que soy tendencioso, porque en la Europa rica los datos también son preocupantes, y tendría razón. Pero, el modelo social y productivo de estos países les permitirá salir adelante con algo menos de esfuerzo. Vamos, que se dejarán menos piel en el intento. En Alemania, por ejemplo hay ocho millones de personas que tienen que sobrevivir con 450 € de los minijobs. Pero Alemania sabe el problema que tiene y lo arreglará. Tienen capacidad y un carácter adecuado para hacerlo.

El Problema de los cerdos (PIIGS) es que el agujero en el que están metidos es insalvable porque lo que se hizo al obligarles a una política de austeridad a ultranza fue que los ahorros salieran sobre todo de las clases más desfavorecidas, con lo que ahora lo son más todavía. De este modo los problemas sociales de estos cerdos (PIIGS) están en niveles de verdadera alerta roja. Y la demostración de que así es es que las distancias sociales son cada vez más acentuadas. En España, por ejemplo, en los dos últimos años el número de millonarios aumentó un 13%. Esto, en un país en el que la pobreza y la desprotección aumenta día a día, es todo un síntoma de que las cosas llevan un camino contrario a la lógica en Europa.

En Grecia el grado de pobreza de la población es tan grande que, aún siendo Europa, ya se compara con el de Argentina en 2002. En Grecia se habla de crisis humanitaria ya sin pudor. Los griegos llegan a robar corriente eléctrica de la red. De los millones de hogares a los que se les cortó el suministro por impago, el 10% roba kilovatios. En Italia, en cuatro años, el número de pobres se duplicó. En España, la situación la vemos todos: 6 millones de desocupados de los cuales, cada día que pasa, miles entran en la lista de los que no perciben subsidio alguno. No tienen trabajo. Solo les queda pedir o robar... Tiempo al tiempo.

Se dice que si la política no cambia, los países cerdos, como España, no volverán a niveles de igualdad previos a la crisis hasta dentro de 25 años. Todo esto se lo debemos a la mala gestión de la política económica y a la falta de previsión sobre qué tipo de país debíamos ser. Todo esto se lo debemos a Aznar y a Zapatero, especialmente al primero. Hay gente que dice que Aznar despertó al país, pero no es así. Aznar puso a trabajar al personal en cosas totalmente improductivas: construcción; y puso en marcha la mayor estafa de la historia del mundo: Aznar estafó a una nación al completo. Puedo explicar esto de otra manera. Si usted compró un piso después de 2002, en una zona periférica de una gran ciudad, pregunte cuanto le pagan por él... Ahora compárelo con cuánto le costó... Pues eso.

13 enero, 2014

Disturbios por falta de sensibilidad

Debería de exigirse un examen para ser cargo político. Un test simple que determinara el grado de sensibilidad del individuo que quiere dedicarse a lo que se le suele llamar "servicio público", pero que en realidad es una exaltación del ego particular de la persona en cuestión y del partido al que representa (los partidos también tienen ego, es curioso). Todo aquel que no pasara la prueba no podría dedicarse a servir a la comunidad; quedaría inhabilitado de manera preventiva. De este modo se evitarían cosas como la de Burgos estos días, con desordenes en las calles de los que se culpa a "radicales itinerantes" (manda huevos).

Preferí no informarme más que mínimamente de la historia del conflicto para no perder el foco de la causa, a mi entender, del problema: la insensibilidad de los políticos y de los partidos ante las necesidades reales de la sociedad, contrapuestas, por lo general, a lo que ellos opinan. Y no me informé demasiado porque el exceso intoxica. Para mi la cosa es así de simple y así de seria, además de fuertemente contagiosa. Veamos...

A Burgos, como a todas partes llega la crisis y cambia las cosas: aumenta el paro, disminuye el salario... La gente, por fuerza, tiene que retraer el gasto; la de clase media y baja, la que paga toda la fiesta de cajas rescatadas y primas de riesgo... Y a esta gente que las pasa de a kilo, llega el ayuntamiento y les dice que les van a hacer un fantástico bulevar que les va a quitar un montón de plazas de aparcamiento pero que va a quedar muy bonito. Además, les van a hacer un aparcamiento subterráneo que compense la pérdida de plazas. Podrán comprar una plaza por tan solo 20.000 € y hacer uso de ella durante 40 años, algo menos de 1,50 €/día... Un regalo, vamos.

Como la gente no es tonta, dice que no hay trato, que están muy bien como están, que se gasten los millones de euros que cuesta la orgía en otras cosas más necesarias. Los vecinos no se fían de los políticos, sienten que hay gato encerrado. El interés por la obra seguro que es por algo oscuro: comisiones, favores personales, corrupción... El personal está escaldado y, normal, la chispa salta y empiezan las manifestaciones, primero pacíficas, pero después violentas por la aparición de "elementos radicales itinerantes", o sea, jóvenes antisistema que están a eso, a montar la bronca... Claro que la bronca se monta porque ya había un germen del que los insensibles políticos burgaleses no hicieron caso: la insatisfacción vecinal, el cabreo y las manifestaciones previas.

El test para determinar si se tiene una sensibilidad mínima evitaría este tipo de cosas. Porque, ahora, lo que va a pasar es que la culpa va a ser de los vecinos y de la radicalización y que, por los "huevos" del alcalde, la obra se va a hacer... Pues cuidado con los "huevos" porque la gente está nerviosa. Hace poco en Zamora hubo algo parecido con un aparcamiento y una "bulevarización". Aquí la alcaldesa, se libró, la gente no saltó... Pero estas cosas son contagiosas y la clase sustentadora (media baja) está harta, o más. Los políticos, o lo que sea que tenemos, deberían tener más cuidado y ser algo más humildes y saber dar para atrás cuando meten la pata, como en este caso.

12 enero, 2014

Decidir sobre la propia muerte

¿Debería uno poder decidir sobre cuándo terminar con su vida? Es una pregunta difícil, si se tienen determinados prejuicios. Sin embargo, si se piensa un poco, la vida de una persona es la única cosa que verdaderamente le pertenece a ella, y solo a ella. El resto de las propiedades figuran escritas en papeles, pero la de la vida de uno no; no hay ningún documento que diga que mi vida es mía, y no lo hay porque no hace falta: yo no puedo dar mi vida a nadie, me pertenece en exclusiva.

Quitar la vida es ilegal porque es como un gran robo. ¿Pero qué pasa cuando la vida a la que se pone fin es la propia? ¿Por qué es ilegal quitarse la vida? No hablo de suicidio en un acto de desesperación; hablo de autoextinguirse cuando ya se llegó al límite de sufrimiento o sencillamente cuando ya uno se cansó de estar vivo. Personalmente no tengo prejuicios a este respecto: creo que la eutanasia, la buena muerte, debería estar regulada. En algunos sitios lo está, en Bélgica por ejemplo.

Emiel Pauwels era un hombre de 95 años, un atleta en activo que había vivido plenamente su vida: sana, divertida..., una vida dedicada al atletismo, su deporte. Más de mil medallas fueron conquistadas por Emiel a lo largo de su existencia. Pero un día se enteró de que tenía cáncer de estómago y decidió que aquella carrera no la iba a ganar, así que era mejor no empezarla. El pasado lunes reunió a sus familiares y amigos en una fiesta de despedida, brindó con champán y les dio las gracias a todos por haberle hecho feliz... El martes se le administraba una inyección letal que acababa con su vida unos meses entes de que lo hiciera la entropía celular. Él lo había decidido, y así se hizo.

Se puede vencer al cáncer con medicamentos y con terapias agresivas, claro que sí. Pero yo tengo claro que si me encontrase en el mismo caso, y tuviese una edad similar a la de Emiel, no lo dudaría ni un segundo. ¿Por qué entonces el estado en el que vivo no regula esta necesidad social? ¿Por qué en España, que uno muera con un mínimo de dignidad depende de lo "moderno" que sea el médico de turno, que puede incluso negar una sedación.

La eutanasia debería estar regulada en nuestro país. Una persona, en determinadas circunstancias, debería poder decidir terminar con su vida, con su única y más preciada propiedad. Es una ley necesaria, imprescindible, diría yo. Sin embargo no se quiere ni oír hablar de ella debido al enraizado cáncer social que representa la iglesia en nuestra sociedad.

Que quitar una vida, aunque sea la propia, sea contrario a la moral cristiana no debe ser impedimento para legislar al respecto. Quién se sienta cristiano, que no lo haga si no quiere. Pero a algunos el martirio es algo que no nos pone nada de nada... Preferimos un final sosegado de esta película que es la vida: un simple fundido en negro, y se acabó. Gracias por su ejemplo, señor Pauwels.

10 enero, 2014

El imperio de la mentira

Situada en su rango de actividad espiritual secundaria, la política o pensamiento de lo útil es una saludable fuerza de que no podemos prescindir. Si se me invita a escoger entre el comerciante y el bohemio, me quedo sin ninguno de los dos. Mas cuando la política se entroniza en la conciencia y preside toda nuestra vida mental, se convierte en un morbo gravísimo, La razón es clara. Mientras tomemos lo útil como útil, nada hay que objetar. Pero si esta preocupación por lo útil llega a constituir el hábito central de nuestra personalidad, cuando se trate de buscar lo verdadero tenderemos a confundirlo con lo útil. Y esto, hacer de la utilidad la verdad, es la definición de la mentira. El imperio de la política es, pues, el imperio de la mentira.

Abro con este párrafo de "El Espectador", de Ortega y Gasset, porque creo que tiene hoy más vigencia que nunca. Hacer política consiste en hacer cosas útiles, cosas necesarias para mejorar la sociedad, la convivencia, para adaptarse a las nuevas costumbres, a la adquisición de nuevos derechos. Hacer política consiste en legislar con el objetivo de regular los derechos y las obligaciones... La toma de decisiones ha de venir fundamentada siempre por una argumentación en positivo y ha de prevalecer el bien de la mayoría.

Sin embargo, esto no es lo habitual. Se hace política, lo primero, para el partido, para obtener o conservar el favor del electorado. Los partidos son capaces de cualquier cosa para conservar el poder. No importa el coste, o lo inútil que sea para el conjunto de la sociedad. Se hace política para favorecer a personas concretas o a corporaciones; a cambio se esperan favores de estas para la organización. La política de hoy no hace ni siquiera de la utilidad la verdad, sino que intenta construir verdades a partir de mentiras. Y, claro, se termina por notar.

Durante los gobiernos de Aznar y de Zapatero se consideró útil hacer crecer al PIB, pero no se hizo sobre una base sólida, la construcción fue el motor. Lo útil, esta claro, no coincidía con lo verdadero. Lo verdadero era que el crecimiento del PIB iba a ser efímero y que la desaforada euforia compradora de inmuebles iba a desembocar en una catástrofe, en una estafa a las personas de dimensiones descomunales. Se favoreció a empresas y a particulares con decisiones que perjudicaban a la mayoría. Incluso se llegó a negar la inminencia de una crisis, que aún dura, con la única finalidad de que la fiesta continuara.

Estos días, Madrid tiene problemas con la justicia a cuenta de la privatización de la sanidad. Privatizar los servicios sanitarios no es ninguna demanda social ni hace realmente falta. Sí que puede ocurrir que haya que hacerlos más eficientes, pero pretender colar entre la gente que la gestión privada es garantía de más calidad es nada más que una falacia. Con el mismo argumento se puede privatizar la política municipal y contratar un gestor y un consejo de administración que sustituyan a alcaldes y concejales, o al límite la gestión del país entero... No se puede hacer verdadero lo falso. No da resultado.

Los presos de ETA salieron a la calle sin que el gobierno haya intentado nada para no cumplir la sentencia de Estrasburgo; después se reunieron como ciudadanos libres en Durango sin mayor oposición que algún comentario del ministro santo; y estos días se filtró una información sobre una operación policial que hizo que los objetivos tuvieran tiempo a destruir pruebas... ¿No sería más fácil decir a la gente la verdad? Esta puede ser: que hay una negociación con ETA para ir dando pasos conjuntos hasta su disolución; o que se hará lo posible para que ETA no se disuelva porque el PP necesita el elemento terrorismo para obtener votos viscerales. En este asunto se hace verdad de la inutilidad, o se intenta. Es completamente inútil intentar convencer a nadie del peligro de una organización que abjuró de la violencia. Lo suyo sería allanar el camino para la disolución, más si acaba de ser admitida la legislación penitenciaria por los mandamases.

Y la más inútil y falso que se intenta hacer parecer verdadero es el aborto. No hay demanda mayoritaria para cambiar nada; la sociedad está satisfecha con lo que hay y, para más inri, el número de abortos iba en descenso. ¿Por que se toca la ley que regula este asunto? Nadie obliga a abortar a quien no quiera hacerlo. Sencillo, se cambia la ley por convicciones religiosas de una parte del gobierno. Todo aquel político que intenta que sus convicciones religiosas sean las de la sociedad, actúa de manera ilegítima. En política ningún dios cuenta. Cuando se mete a Dios por el medio tenemos la arcaización de la sociedad. Las sociedades de los países árabes lo sufren. Nadie puede imponer una moral. La moral social no existe, y la individual es de aplicación personal. Así de sencillo.

Ortega escribió sobre esto en 1916. Se ve que había ya políticos bastante mediocres. No me quiero imaginar lo que hubiera escrito si viviera hoy. Puede que ni lo hubiera intentado. Para qué si no le iban a entender los destinatarios.



05 enero, 2014

Excarcelados de ETA... La tristeza.

En la foto de esta gente se puede vislumbrar la pesadumbre por no haber vivido. No lo dicen, pero se nota en su gesto: la juventud entregada a una quimera vacía de valores, para qué; la "lucha", qué obviedad; el intento vano de obtener nada con el sufrimiento de los demás, incluidos ellos mismos y los suyos, sus padres, sus familiares; después la cárcel y apoyos, muchos apoyos interesados para no abandonar "la lucha", esa lucha inexistente por una soñada libertad para someter a un pueblo a su carácter autoritario y sangriento.
Qué fue de nuestra vida, parecen decirse. Qué fue de nuestra posibilidad de perpetuarnos a nosotros mismos, de tener una familia, de llevar los hijos al colegio, a la ikastola, del amor, del sexo cotidiano, de los "potes"con la cuadrilla, de disfrutar de los padres jubilados, hoy ya mayores, o muertos, marcados por una vida desvirtuada por nuestra macabra inclinación; de vivir, en definitiva, de vivir en paz. Tantos años entregados en una celda, en un patio, en visitas y visavises con "la compañera o el compañero", siempre que estos no estuvieran también encarcelados. Ahora qué. Qué hacemos ahora. ¿Trabajar? En qué. A quién enviamos nuestro curriculum y qué decimos... Persona libre de cargos con el estado se ofrece para trabajo, el que sea... Amplia experiencia en mutilar, pegar tiros en la cabeza, poner bombas y aterrorizar a inocentes... No, realmente no mereció la pena.

Las ojeras, las canas: las cicatrices del paso del tiempo; la mirada, antes retadora, ahora vacía; la belleza extraviada que languidece,la decepción, la falta de amor... Solo el apoyo de los correligionarios y las manifestaciones, de los abogados talibanes. Sí, pero qué fue de nuestra vida, de nuestro tiempo. Se lo dimos a nadie, a ese nadie que nos decía que lo importante era la patria vasca. Mientras tanto, en la patria vasca, la vida seguía, la gente andaba por la calle, incómoda, pero más o menos libre. Solo nosotros le teníamos puesto un freno; nosotros y los nuestros. Y para qué. En cuanto hemos claudicado la felicidad parece haber vuelto a las calles de una Euzkadi liberada. Es verdad que en las manifestaciones había miles, pero fuera de ellas, en sus casas, en los bares, en sus puestos de trabajo había muchos más que solo ansiaban que les dejásemos vivir. Solo nos tenían cierta simpatía por ser vascos, pero ya les cargábamos, está claro.
No. Definitivamente no ha valido la pena. Y ahora estamos aquí..., qué ironía, en un matadero en Durango. A quién se le habrá ocurrido semejante lugar, ha de ser un tarado a la fuerza: un matadero lleno de compañeros y compañeras, pero ninguna sonrisa. En ETA no se sonríe. Se nos ha olvidado hacerlo. Hemos perdido la memoria muscular para retraer los labios hacia arriba. Hacia abajo no, hacia abajo todavía los retraemos. ¿Ofuscación? ¿Tristeza? Puede que ambas cosas. Pero ahora, cumplidos con el estado "opresor", solo nos queda aguantar en libertad la mirada, como de no entender nada, de la gente normal, de la que se bate el cobre cada día para sacar adelante a los suyos, de la que cree que el mundo no tiene límites, que las fronteras y la desigualdad la termina por poner en juego gente como nosotros. No, no podemos sonreír, y ahora empieza de verdad nuestro calvario. Tal vez de presos viviéramos mejor.

02 enero, 2014

Seguridad vial: cuidado con hacer política con los datos

"Las muertes en carretera alcanzan un mínimo histórico"; "Mínimo histórico de muertos durante 2013". Titulares dedicados a la fantástica noticia de que este año fue el de menos accidentes de tráfico con muertos desde que hay estadísticas. Los datos de la DGT son contundentes. Solo espero que no venga el político imprudente de turno a ponerse una medalla por algo que no tuvo nada que ver ni con la política de seguridad vial no con la gestión de los responsables de la misma. Es una simple coincidencia.

Vivimos en un entorno en el que incluso el más común de los ciudadanos, y más en época de vacas flacas, maneja indicadores y analiza datos y opina sobre ellos. Esto tiene dos vertientes como casi todo: la primera es que la gente se acostumbra a hablar apoyada en algo concreto y la segunda que los números, los datos, los indicadores, por muy concretos que sean, deben ser manejados con sumo cuidado. La tentación del político de apropiarse del éxito cuando las cifras lo muestran tan a las claras es tan grande que va a costar que no se haga con las de baja siniestralidad.

La política de seguridad vial es un ejemplo de lo que debe ser el acuerdo en algo bueno para todos. Los partidos están de acuerdo en que cuantos menos accidentes haya, mejor para todos. Esto, y la aplicación de políticas de continuidad desde que en 2006 se implantó el carnet por puntos, ha llevado a una disminución muy significativa de los accidentes. No puedo comprender que un consenso igual no se consiga con la educación o con la sanidad, cuyo buen funcionamiento también es de interés general.

El acusado descenso de los muertos en estos últimos años está más relacionado con la disminución de los desplazamientos y con la menor densidad en las carreteras, por ejemplo en las horas punta al haber menos gente ocupada que utilice el coche para ir al trabajo, o menos salidas de puente o vacaciones, al haber menos consumo, que con la política de tráfico. Cuidado con equivocarse. Cuidado con lo que va a decir el ministro del Interior cuando analice, triunfalmente imagino, los datos y salga a pregonarlos en rueda de prensa, porque de aquí a unos pocos años las cosas se pueden invertir... Claro que eso no importa porque él ya no estará en política y nadie le va a pedir cuentas de nada.

Sin ser adivino ni querer ser agorero me atrevo a decir que, con casi total seguridad, la siniestralidad en carretera aumentará los próximos años: si salimos de la crisis los desplazamientos aumentarán; en los últimos años las carreteras tienen un mantenimiento deficiente, al emplearse menos fondos para ello; y, a pesar de los apoyos y subvenciones al sector, la venta de automóviles no remonta y el parque movil envejece. Así que, cuidado con las declaraciones, ministro, que, como dicen los estadísticos: con los datos de que disponemos puede "inferirse" que en el futuro tendremos un escenario diferente.