28 febrero, 2012

Desamparo

La peor sensación que puede tener una persona, y me atrevería a decir que cualquier ser vivo capaz de percibirla, es la de desamparo. Es obligación de los padres amparar a los hijos siempre que lo necesiten. La familia ampara a sus miembros. El grupo nos protege. Nos sentimos amparados cuando no estamos solos. El estado, como cumbre de la querencia social del ser humano, nos procura amparo; hace que nos sintamos seguros.

Las situaciones económicas difíciles provocan un acrecentamiento de la desprotección de quienes menos tienen, de quienes dependen del gasto social para poder tener algo tan simple como un cobijo o un poco de alimento para sostenerse. Cuando el gasto social desaparece, solo la caridad puede ayudar a las personas necesitadas. Pero la caridad es mala compañía porque es dependiente de la voluntad de personas e instituciones que la realizan. Es mejor una regulación gubernamental del amparo social.

La crisis y el paro van a llevar los índices de pobreza a cotas elevadas y crecientes, al menos durante un tiempo. El estado, el Gobierno, la Sociedad Civil en general y las instituciones no deben mirar para otro lado ante este hecho. Cualquier tipo de gasto que pueda ser reducido debe serlo; es lo lógico en este tipo de situaciones. Sin embargo debe tenerse mucho cuidado en las partidas de gasto social destinadas al mantenimiento de la más mínima dignidad humana.

Nuestro país tiene que cumplir con el pago de la deuda emitida y con sus compromisos internacionales. Pero los gobernantes no deben perder la perspectiva de que las personas más desfavorecidas  son un material enormemente sensible. Se puede prescindir de cualquier cosa, pero debemos obligarnos a nosotros mismos a permitirnos el lujo de gastar lo necesario para que nadie duerma en la calle o padezca desnutrición. El estado tiene la obligación de dar amparo a los más necesitados. 

25 febrero, 2012

La deuda de la Administración

Las múltiples administraciones españolas deben miles de millones a proveedores. De estos, a su vez, dependen un montón de puestos de trabajo que, si no se perdieron ya, se terminarán por perder en esta debacle de la actividad general del país.

Que las Administraciones no puedan pagar tiene que ver con la gestión del dinero que los ciudadanos pusimos a su disposición pagando los impuestos que marcaba la ley. La gestión del dinero estuvo, y está,   en manos de aquellos que elegimos para que lo hagan. Estos representantes tenían y tienen la obligación de gastar el dinero de modo que sea lo más beneficioso posible para quienes lo ponen, es decir, sus conciudadanos.

Pero, en realidad, el dinero se gastó en aquello que pudiera otorgar más votos en las siguientes elecciones, sin mirar si la caja quedaba vacía o el endeudamiento superaba la capacidad de ingresar. El dinero se gastó en sostenerse en el poder. No importaba hacer aunque aeropuertos sin aviones o sin sentido, ni quese mantuvieran PERES y se inventaran ERES, o se levantaran "palacios" de congresos o "palaus" de cualquier cosa, o "museus" de estupideces o estatuas de próceres procaces.

El dinero se gastó mal y ahora vienen los ajustes. Y otra vez el pobre ciudadano a volver a pagar para tapar los agujeros, para sostener a los pobres parados generados por el pinchazo traumático de una burbuja que nunca debió haber existido. Y otra vez la administración desde su chulería aplaza pagos a proveedores y pide descuentos. Claro, para eso es la Administración. Como si fuera un Leviatán con vida propia.

La Administración no es nada. La administración la pagamos los ciudadanos no funcionarios. Qué se entere todo el mundo. Desde el Rey hasta el último oficinista está pagado con nuestros impuestos, así que a ver si se pone aquí todo dios a trabajar en lugar de a pedir. Y a ver si quienes administran se ponen las pilas y se enteran de que el dinero que manejan no es suyo. Que algunos ya empezamos a estar más que hartos de que se nos chupe la sangre.
Urdangarín

Me había jurado a mi mismo no escribir nada sobre este asunto, pero no me puedo resistir. Increíblemente es portada en todos los medios de comunicación.

 Los medios han llevado el agua a su molino y están consiguiendo virar la atención del público hacia algo que no es gran cosa en sí, pero que les está haciendo obtener beneficios interesantes por audiencia, visitas a webs y venta de ejemplares en papel.

 Cada día me sorprende más la capacidad de estos medios para desviar la atención hacia lo llamativo en lugar de centrarla en lo importante. Porque, en realidad el caso Urdangarín es de lo más simple: un tipo guapo y atlético que se liga a la hija de un rey y se aprovecha de una posición regalada para obtener beneficios económicos a costa de imbéciles dispuestos a pagárselos. Lo malo es que los imbéciles utilizaban dinero público y este listillo lo sabía.

Pues muy bien. Ya está. Un juez lo llama a declarar, él intentará, como no podía ser de otra manera, demostrar su inocencia y, al final habrá una sentencia que determinará si hay una responsabilidad y si se debe, o no, ir a prisión por ello.

Y no hay nada más. Otra cosa es que se le dé vueltas a que si su posición, que si la familia real, que si la infanta, que si el rey, que si el heredero... Da igual. Urdangarín no deja de ser un tipejo que se aprovechó de su posición. Lo mismo que en su momento el famoso Dioni, que se dijo: "joder, si hay un montón de pasta en este furgón, ¿por qué no me la quedo yo?"  Pero este, a la sociedad le resultó simpático y ahora le escuchan filosofar en la tele.

No veo por qué la monarquía puede estar amenazada. En cualquier familia puede haber un yerno chorizo. Yo conocí una, lo que pasa que, aún siendo una familia real, no era una real familia.  El yerno fue a la cárcel y la vida sigue.Si el Iñaki va preso, no pasa nada, cumple, y cuando salga, a su casa.

 Ahora, lo que va a pasar en la Royal Family es se van a sentir un poco más vigilados por la sociedad. Una sociedad algo harta y que bastante tiene ya con la crisis, como para que unos vivillos saquen beneficio de su estatus, en lugar de hacer su trabajo.

Así que, ¡hala! A dejar que el juez juzgue y los reyes, príncipes, principitos, principesas consortos y consortas, allegados y allegadas, a currarselo como todo el mundo que el ojo del ciudadano os vigila. A ver si pensaban que iban a vivir del cuento per secular seculorum.

¿Verdad que la cosa, vista así, no es tan grave?

19 febrero, 2012

TVE

La televisión pública es eso: pública. Esto debe tenerlo en cuenta el nuevo gobierno. La televisión es de los ciudadanos, no de los mandatarios, y debe ser un instrumento para información y entretenimiento de los contribuyentes, que son quienes al final pagan lo que sale de la pantalla a través de los canales de TVE.

La televisión pública no tiene por qué competir por las audiencias. No tiene sentido saber si un telediario es más visto que el de cualquier otra cadena a una hora determinada. Lo que sí lo tiene es que el telediario sea el mejor, no solo por los contenidos, sino por la imparcialidad y la ausencia de sesgo en el análisis de las noticias.

No tenemos por que tener una televisión dirigida a inyectar en la sociedad de manera más o menos subliminal mensajes electorales: quien gobierna parece más listo que el otro, tiene mas tiempo en los informativos, más temas de su interés en los debates... Si el Gobierno cae en la tentación de volver a las andadas es bueno que sepa que quienes nos sentamos a ver la tele, vamos a votar a veces, y además no somos imbéciles.

No nos hace falta que TVE se gaste un dineral en comprar partidos de fútbol, o en mantener unas series que no puede pagar. Para qué competir con canales especializados en deportes o en series. Hay muchas otras cosas para hacer y que cuestan poco dinero, por ejemplo un debate alrededor de una película bien escogida. Recuérdese La clave. Hay casi 100 años de cine, documentales, ciencia, libros, teatro y qué se yo cuentas cosas más. Es verdad que son todo cosas "peligrosas"...

Si hay algo que no se puede pagar, que lo compren otros. El día del partido se perderá audiencia. Pero cuando no haya partido, el telediario de TVE será con toda seguridad el más visto, porque los ciudadanos percibimos que es nuestra fuente de información. Además queremos poder ver una película sin que por el medio nos la corten 4 veces con los malditos anuncios. Solo eso ya garantiza la audiencia que tanto preocupa a los directivos.

Tenemos ahora una televisión que está bastante bien. A ver si el Gobierno no nos la chafa otra vez. Tengo confianza en la inteligencia de Rajoy en este asunto, o quiero tenerla, no sé. Pero sería una verdadera lástima dar un paso atrás. Recorten lo que sea: quiten cuéntame, águila roja, el fútbol o lo que quieran, pero mantengan la esencia, la filosofía, la dignidad. Por favor, hagan lo correcto.

11 febrero, 2012

Juez Garzón. Mis respetos

No tengo ninguna duda de que el personaje es uno de los más admirados por unos, y de los más odiados por otros. No sé si la derecha, en genérico, es quién lo odia, pero no creo; ni la izquierda al completo quien lo admira. La admiración o el odio por Baltasar Garzón, tengo la impresión sale más de las vísceras que del intelecto.

Yo no sé si admiro u odio a Garzón. Es una persona de mi generación, nacida en pleno franquismo y desarrollada en el entorno social complejo de la época. Me identifico con él en cuanto a los conflictos internos que pueda tener a la hora de considerar algo justo o injusto. Si yo estuviera en su lugar también habría ordenado escuchas a los abogados, aún sabiendo que me estaba jugando el pescuezo. Y, con toda seguridad, hubiera investigado los crímenes franquistas.

Mis dudas sobre este hombre están en si su concepto de justicia hubiera sido el mismo para una trama corrupta del PSOE o para investigar crímenes cometidos por el otro bando de la guerra civil, que aunque en mucha menor cuantía, también los cometió y la distancia en el tiempo es la misma. Sin embargo voy a pensar que sí lo hubiera hecho, si se hubiera dado el caso. El juez Garzón siempre me pareció una persona íntegra. No sé, me lo dicen las tripas.

Su gran error fue escuchar a Felipe González y hacer una aparición estelar en política. Uno, antes de entrar en ese cenagal tiene que medir muy bien sus tragaderas. En España, en política, no se hace lo correcto, sino lo que puede producir votos que te perpetúen en el poder. Baltasar Garzón tenía el gaznate estrecho y se tuvo que salir. Pero quedó marcado para siempre.

A este juez hay que agradecerle su trabajo contra la mafia, contra el terrorismo y el contraterrorismo. Metió entre rejas a capos y a asesinos que ponían bombas. Desenmarañó tramas financieras de la cocaína y de los etarras. Hizo mearse por los pantalones a Pinochet, y faltó poco para que lo metiera preso. Digan lo que digan, nadie le puede negar los grandes logros y lo positivo del balance de su carrera, ahora terminada por obra y gracia de sus compañeros magistrados.

Garzón jugó a Robin Hood y, al contrario que el la película, salió derrotado. Porque, en realidad, Robin Hood no era más que un infractor de la ley. Sin embargo no conozco a nadie que se mostrase contrariado al ver que termina ganando la partida.

Puede que Baltasar Garzón haya infringido la ley. No lo sé, no sé de leyes. Pero así debe ser cuando sesudos togados lo manifiestan en su docta sentencia. No obstante, aún siendo así, a mi me hubiera gustado que, como Robin, Baltasar hubiera ganado.

Mis más profundos respetos a Baltasar Garzón, al hombre, y al juez.

04 febrero, 2012

Bien, Sr. Rubalcaba. ¿Qué nos ofrece?

La derrota electoral quebró al PSOE y la reacción no se hizo esperar: un congreso para elegir a un líder. Es lo suyo. Ahora ya lo tienen. Rubalcaba, el hombre que se atrevió a enfrentarse a un Rajoy con todo a favor, ya vencedor antes del combate, es ahora quien va a dirigir el partido. Y yo, desde este rincón de la red, voy a atreverme a preguntarle unas pocas cosas. Seguro que no va a responderme, pero es igual.

Primera pregunta. ¿Por qué se miente en política?

Siempre tuve curiosidad por tener respuesta a esta cuestión. Voy a poner un ejemplo. Durante el primer gobierno de Zapatero, la economía española crecía. Allí estaba Solbes, y ya mandaba mensajes de que determinadas cosas no estaban bien: cheques bebé y otras florituras. Solbes, avezado economista, sabía perfectamente que se avecinaba una crisis financiera, y que en España había una burbuja inmobiliaria. Sabía que la combinación de crisis y pinchazo de la burbuja iba a ser terrorífico para nuestro país. Por qué desde el gobierno no se hizo algo, o al menos no se dijo la verdad. ¿Es que el objetivo de un partido es únicamente ganar elecciones?

Segunda pregunta. ¿Por qué no se aplicaron en ocho años en cambiar el modelo productivo?

La gran masa laboral española rotaba alrededor de la construcción. Sabían perfectamente dónde estaba el límite. Pero dejaron que la cosa siguiera hasta donde aguantara. Tuvieron ocho años para aplicar fondos a la I+D+I y a la investigación científica y técnica. Tuvieron ocho años para subvencionar empresas y proyectos que orientaran al país hacia la fabricación de bienes para venta en el exterior. Tuvieron ocho años para vender a España como un centro técnico y tecnológico de alto nivel en lugar de ofrecer parcelas y adosados con vistas al mar. Tuvieron en definitiva ocho años para convertir a peones y albañiles en otra cosa. ¿Es que no se dieron cuenta de que era cuestión de no mucho tiempo que el paro hiciera presa en millones de personas? O sencillamente no supieron.

Y tercera. ¿Por qué se tiene miedo al avance democrático?

Llevo esperando desde no me acuerdo ya cuando que el PSOE lance el primer órdago a la ley Electoral. ¿De verdad cree que a los Españoles nos gusta votar a una lista, en muchos casos plagada de incompetentes de relleno? Por qué no hizo el partido que ahora lidera nunca esfuerzo alguno para remediar esto. ¿Será que les tiran de las orejas los nacionalistas si se toca esto? ¿Por que en lugar de hacer lo correcto hacen ustedes lo que más favorece sus intereses sin importarles los ciudadanos?

Ya no pregunto más, pero me hace gracia que hoy, en su discurso, previo a la votación en el congreso de Sevilla, haya hablado de las relaciones con la Santa Sede... Dios me ampare. ¿Cuantas oportunidades tuvieron para poner las cosas en su sitio con esta gente?

Apreciado Sr. Rubalcaba. ¿Va a seguir el partido mirándose el ombligo en lugar de orientar las antenas a la sociedad?

Se que soy demasiado duro, pero no se preocupe, sobre el PP mi opinión no es mejor. Lo que pasa que del PSOE, la verdad, esperaba más.

Así que, de momento, mi idea sigue siendo quedarme en mi casa cuando haya elecciones del tipo que sea, y aquí, en Asturias, creo que tocan unas en un mes y pico.

Un saludo
El Papelón del Supremo

Un grupo de personas encontró pertinente investigar los crímenes cometidos durante los primeros años del franquismo. Por ello denunció ante un juez lo que ellos consideraban un genocidio. El juez admitió su denuncia y se puso a trabajar en ello porque encontró fundamentos jurídicos suficientes en la legislación nacional e internacional.

Otro grupo de personas consideró oportuno querellarse contra este juez por haber investigado lo que ellos consideraban que no debía ser removido. Para ello presentó los pertinentes argumentos de ley y otro juez admitió la denuncia y llevó adelante una instrucción contra el anterior.

Todo parece ajustarse a derecho. Imagino que ambos jueces conocen su oficio. Pero aquí está en juego algo más que la parte técnica de si las instrucciones son, o no, pertinentes. Aquí lo que se pone en entredicho es la moralidad del aparato jurídico del estado. El montaje teatral en la sala del Supremo es, sin ningún género de dudas, vergonzante.

Los testigos presentados por la defensa del juez juzgado (Garzón) cuentan lo que vivieron y por qué buscan reparación por parte del estado. Explican que quieren los restos de sus padres o abuelos asesinados por un régimen salido de una contienda civil y que, al no poder obtenerlos de otro modo, deciden poner su caso en manos de la justicia.

Los magistrados del supremo están escuchando testimonios que hacen bajar la cabeza a cualquier bien nacido. Testimonios de cómo personas fueron asesinadas y sus cuerpos tirados en no se sabe dónde. Testimonios ruborizantes para un tribunal que admitió una denuncia contra quien había decidido investigar todo aquello.

Por suerte no viví la guerra civil, pero tengo edad suficiente para que mis padres y abuelos, que si vivieron el periodo, me contasen las atrocidades cometidas en la preguerra, en la guerra y en la postguerra. La venganza y el asesinato eran moneda común en ambos bandos. Pero los ganadores siguieron matando después: es un hecho. Y, aunque no sea un hecho, estoy seguro de que si el resultado de la guerra hubiese sido otro, habría pasado lo mismo: los vencedores hubieran causado miles de muertos.

Creo que nuestro país merece que las heridas se cierren. Que alguien diga alto y claro que ambos bandos actuaron de manera inmoral y salvaje. Y que al final se mire bien la realidad y se concluya que solo hubo perdedores. Porque la guerra no la ganó nadie. Muerto el dictador que obtuvo el poder provocándola, España entró de nuevo en la senda democrática. Todos los esfuerzos de Franco y su gente se fueron al traste pocos meses después de su desaparición.

No pasa nada por hablar de ello, por concluir todos los expedientes e investigar y devolver los muertos a quien los reclame. Y si cualquier día alguien decide encausar por crímenes contra la humanidad a las milicias republicanas, que esto no sea visto como una anormalidad.

Haría bien el supremo declarando nulo el juicio contra Garzón y animando a que se investiguen los crímenes cometidos en aquella época por todos los contendientes. Solo con una iniciativa tal se restañarían de manera definitiva todas las heridas y todos los muertos y familiares descansarían en paz de una vez y para siempre.