15 octubre, 2020

El cerebro de los partidos (hoy, el PP)

 Siempre me asombró la capacidad de los partidos para construir lo que ellas llaman argumentarios para disfrazar la realidad en su contra. Tal práctica, de la que ninguna formación está exenta es, a día de hoy especialmente notoria en el PP. Ni siquiera Vox se atreve a tanto, tal vez por el desparpajo que le permite el saberse de extrema derecha y ser reconocida así por todo el mundo.  Vox no necesita argumentos. No obstante se permite criticar al PP por cómo elabora los suyos.

Hablo de este asunto porque ayer escuché alguna intervención de los populares y, la verdad es que me produjo risa y pena. Risa por lo ridículos que quedaban con sus gritos y descalificaciones y pena porque el PP es mucho más que esa pandilla de parlamentarios con formas y lenguaje dignos de cualquier macarra de poca monta. Hasta Concepción Gamarra, Cuca, para los amigos, antes una persona con cierta educación, pasó por el aro de las formas impuestas por Casado (léase Aznar) y pidió de manera agresiva la dimisión de Illa por imponer el estado de alarma en Madrid.

El PP argumenta que el estado de alarma no es necesario en Madrid en absoluto, una estupidez del tamaño de un castillo. Ellos saben perfectamente que es así, como saben perfectamente que Ayuso se comporta como una psicópata insistiendo en no tomar medidas drásticas a pesar de los desastrosos datos que presenta su región. No les importa que en media Europa, con menos de la mitad de incidencia, se tomen medidas tan contundentes como el toque de queda o las restricciones duras a la hostelería. Medidas, claro está que los expertos indicaron en todos los casos. Pero es como si en Madrid los expertos estuvieran silenciados. Ahora hasta el Colegio de Médicos es favorable a Ayuso y calla. Claro que el CSIC y todo virólogo y epidemiólogo con una mínima idea se echa las manos a la cabeza por la temeraria imprudencia de esta mujer. Pero el PP, aprendió del padre Aznar que tu puedes decir cualquier cosa, por falsa que sea, por vidas que cueste, que si lo dices con suficiente fuerza y malos modos, y creas bronca, al final, hasta vas a hacer dudar a algún incauto y no vas a perder votos.

La otra del PP de ayer fue el comunicado del presidente Rajoy, que, fiel a los modos del partido, toma la sentencia del Supremo en la que se reconoce la culpabilidad del PP en la Gürtel y se ampara en que como dicen que allí no ha lugar opinar sobre la caja B, pues que su honor, o lo que sea, quedó lavado y la moción de censura que se le hizo fue un montaje de los enemigos de España. o algo así.

En fin, que esto no hay por donde cogerlo. Que el PP no va a cambiar nunca hasta que alguien con personalidad y sentido de estado lo lidere. Entre tanto, Vox, como es auténtico le acabará pasando por encima.

No sé que habría pasado si el PP estuviera al frente del gobierno en esta pandemia. Supongo que las cosas habrían ido igual, ni mejor ni peor. No obstante, la historia indica que en los momentos graves el PSOE siempre estuvo, al menos, inactivo en sus críticas al gobierno. El PSOE fue leal en asuntos de terrorismo, no así el PP, que, cuando perdía el poder atacaba por este flanco de manera indigna. Si el PP llevara el asunto de la pandemia, al menos no habría bronca política a causa de la misma. Y el que no lo tenga claro es que tiene perdidas sus capacidades de observación de la realidad. Aquí quien monta bronca es el PP, aún sabiendo que las evidencias (datos y hechos) están en su contra.

Y solo una cosa más. Ahora le toca al PP porque es quien lo está haciendo, pero los argumentos falaces esgrimidos por el PSOE, por Podemos y por el independentismo catalán en otros momentos son de un calibre parecido a los del PP actuales. Ejemplos (uno por cabeza, nada más): la justificación de los ERE en Andalucía, la argumentación para justificar el chalé de Iglesias y las razones históricas esgrimidas para afirmar que Cataluña es especial. Basura.

No obstante toda esta escoria, hay escorias de diferentes clases y como tendremos que votar en el futuro, se me ocurre que, en lugar de quedarse en casa porque todos son escoria, salgamos a darle el poder a la escoria menos dañina, y guardemos memoria de los hechos y de los datos.

30 agosto, 2020

¿De verdad necesita la política gente como Díaz Ayuso?

 Escucho espantado a la presidente de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso aseverar que el aeropuerto de Barajas es un coladero de infectados y que esto es una de las causas mayores de que Madrid sea un punto negro en transmisiones de covid en España.

Díaz Ayuso acostumbra a dejarnos con la boca abierta por el calibre de las estupideces que recita sin inmutarse. Yo creo que tiene esa tranquilidad que produce la ignorancia, porque de otra manera no puede explicarse semejante desparpajo y semejante cachaza.

Los técnicos de Madrid, en sus informes contradicen sus palabras. A ella le da igual. Yo dudo de si lee o entiende lo que le dicen cuando le hablan y, en realidad, ella solo declara lo que se le viene a la cabeza. Luego lo mantiene en base a la técnica de los políticos estúpidos de repetir muchas veces algo para hacer que sea tomado como cierto... En fin.

Creo firmemente que España no puede permitirse que haya en política gente como Díaz Ayuso. El PP debería hacérselo mirar. El PP es un partido imprescindible para los equilibrios políticos de nuestro país, pero dispone de demasiados especímenes como esta mujer, sujeto de esta entrada, y eso es malo, muy malo.

En Madrid tienen lo que se merecen, por la inacción de la izquierda y por la inacción de los votantes que prefirieron quedarse en su casa a votar a un candidato del PSOE, mucho más preparado y con un pasado impecable y de buena gestión por donde pasó. Así que, a joderse (con perdón).

20 agosto, 2020

Sobre el Rey, otra vez

 Un rey no es un escritor, o un pintor, o un artista cualquiera, que son reconocidos más por su obra que por su comportamiento, aunque yo tenga mis dudas sobre si esto está bien. Un artista puede ser, por ejemplo un completo machista, que desprecie a las mujeres y las utilice únicamente para su disfrute, y sin embargo, cuando se habla de esta faceta suya, siempre hay alguien que dice que sí, que vale, pero que fulano o mengano escribían o pintaban muy bien. Todos conocemos ejemplos.

También conocemos ejemplos de artistas que hicieron trampas con el fisco e intentaron tapar sus fortunas acá y allá y en Panamá y, sí, se las tendrán que ver con Hacienda, pero, por lo general, nadie dejará de ver sus películas o de oír sus discos o de comprar sus libros, Bueno, nadie, no. Yo no veré jamás una película de ningún defraudador relacionado con el cine que haya resultado pringado en los papeles de Panamá aquellos. Pero yo soy muy poca cosa, la mayor parte de la gente sigue consumiendo sus creaciones y dándole dinero con ello, dinero que, presuntamente, y visto el percal, puede ocultar.

Pero un rey es diferente. Un rey es un tipo al que el pueblo mantiene a cuerpo de idem para que haga una labor de representación y sea un figurón al frente de una nación o de un estado. Un rey vive como un rey y su comportamiento debe ser el de un rey. Siempre. Si no, no sirve como cabeza del pueblo que le proporciona la vida muelle que tiene. Y su legado, si es que un rey deja algún legado hoy en día, es precisamente su comportamiento.

Hace nada un grupo de personas que fueron cargos públicos durante el reinado de Juan Carlos firmaron un manifiesto engrandeciéndolo. Es un momento dado dice: "Nunca se podrá borrar la labor del rey Juan Carlos en beneficio de la democracia y de la Nación, so pena de una ingratitud social que nada bueno presagiaría del conjunto de la sociedad española". Pues, me van a perdonar, pero yo no lo veo así.

La fortuna amasada por Juan Carlos es el fruto de muchos años de trabajo sordo justamente para hacer dinero, con el agravante de no pagar impuestos por ello. Y eso es un comportamiento poco regio. Yo incluso diría que es un comportamiento canallesco, porque él sabía perfectamente la imagen que de si mismo se estaba proyectando al pueblo.

Lo siento mucho por estas personalidades agradecidas al amigo Juan Carlos, pero no, ni hablar. El legado de Juan Carlos es únicamente el de un señor que, desde un puesto en la sociedad privilegiado,  se dedicó a amasar una fortuna más que considerable, a engañar y a despreciar a su mujer, a practicar costosas aficiones y a darse placer sexual con lo más granado y caro de los pingos y pendones nacionales y extranjeros.

Ese fue Juan Carlos en opinión de un ciudadano que ni gana ni pierde exponiendo lo que le parece que es justo. Y, aunque lo aquí escrito no se convertirá en un manifiesto que firmen personas, es, como mínimo, tan verdad como cualquier papelote signado por grandes próceres.

25 julio, 2020

Políticos inoperantes

La transmisión del la covid-19, como casi cualquier enfermedad vírica común, en realidad, es algo simple. Se produce persona a persona cuando la distancia entre sus focos emisores, bocas y narices es lo suficientemente pequeña para que las gotitas de fluidos pasen de una a otra. Luego también está la transmisión por tocar superficies contaminadas y llevarse las manos a la cara... Por lo tanto, solo hay una cosa a hacer, dado que no se conoce ni medicamento que cure la enfermedad ni vacuna que prepare al sistema inmune para defender al cuerpo: buena higiene y distancia social.

A pesar de las recomendaciones de la OMS a todos los países del mundo, en menor o mayor medida, les pasó lo mismo. Sus sistemas de gobierno no supieron adaptar las circunstancias al funcionamiento económico de la sociedad y minusvaloraron la gravedad de la situación, de tal modo que, cuando se pusieron a hacer cosas ya fue tarde y hubo que bloquear naciones enteras. En España lo sabemos bien, y lo pagamos con decenas de miles de muertes y una crisis económica enorme.

Pero ahora ya sabemos a qué nos enfrentamos, y sin embargo cometemos los mismos errores sencillamente porque quienes tienen el mando no son ni operativos ni resolutivos. No solo no gestionan adecuadamente sino que lo hacen tarde, cuando ya no vale de nada. Es decir, corrigen, no previenen. Y se equivocan de plano porque contra un virus como este, solo la prevención funciona.

Una vez dominada la enfermedad con un durísimo confinamiento de marzo a junio, el gobierno dejó de nuevo las cosas en manos de las Comunidades Autónomas. No le quedaba otra. El Congreso, con los partidos de la oposición (excluyo a Cs) decididos a derribar a cualquier precio al Gobierno y los independentistas únicamente preocupados de lo suyo, no iba a dar más estados de alarma.

Las Comunidades comenzaron entonces su control y pronto comenzaron los rebrotes. Y poco tiempo se tardó en ver que el contagiado tipo era un individuo joven que había contraído la enfermedad en lugares de ocio, fiestas, o celebraciones de algún tipo. Estaba claro que la cosa solo podía venir por ahí. Sin embargo a ningún político al mando se le ocurrió ser selectivo y mantener bloqueada una parte de la economía, en concreto la que provoca este tipo de aglomeraciones de jóvenes con alcohol por el medio. A nadie se le ocurrió que el famoso ocio nocturno era en realidad el gran enemigo a mantener dormido.

Alguien podrá decir: «Si, claro, Jesús, a toro pasado también yo...». Sin embargo, pocos días después de finalizado el estado de alarma escribí alertando del grave peligro que representaban los jóvenes metidos en discotecas, pubs, botellones, etc... Un peligro que venía de la mano de que, conociendo cómo se transmite el virus, lo que se conseguía en estos lugares era multiplicar por un número muy alto la probabilidad de contagiarse y reducir enormemente la posibilidad de rastreo... ¿Cerca de cuantos alientos diferentes puede estar un chico o una chica en una pista de baile después de unas cuantas cervezas?

No se les puede pedir a los jóvenes que tengan control, la cuestión es impedir que se pongan en peligro, y esto es culpa directamente de los políticos al volante en cada comunidad, en cada ayuntamiento. Y no lo hicieron.

Ahora tenemos una situación irreversible y ahora empiezan a cerrar los locales de ocio nocturno y a prohibir botellones y demás historias de miedo. Ahora que el agua ya nos llegó al cuello y que los jóvenes contagiados ya contagiaron a sus padres, a sus amigos, y a sus abuelos y, sin saberlo, porque ellos no se sienten enfermos, van esparciendo la enfermedad con la mejor de las sonrisas.

Nuevamente fallaron las Comunidades, ya lo hicieron precarizando el sistema de salud que se les confió. Da igual que quieran culpar al gobierno central. Este bastante tiene con haber ignorado a la OMS en su momento. Pero las Comunidades no vieron que los enfermos que iban a la atención primaria tenían la covid-19. Y las Comunidades no vieron que algo tan evidente como mantener al mínimo la probabilidad de contagios era imprescindible. Reabrieron el ocio nocturno, recomendando cuidado, así se eximían de responsabilidad, y por ese motivo nos vemos ahora como nos vemos.

Así de sencillo.

23 julio, 2020

Felipe VI salpicado

Claro que está salpicado por lo que hizo su padre, ese siniestro personaje que tenía engañado a todo hijo de vecino con su cercanía al pueblo y por catalizar el proceso democrático durante años. Felipe era un niño, pero un niño tiene ojos y oídos y, con toda seguridad notó que Juan Carlos estaba amasando una gran fortuna como comisionista de relaciones y de contactos mientras ejercía de jefe de Estado y firmaba las leyes que hacían que todos, como corderitos pagáramos a Hacienda, de donde, entre otras cosas, salía el dinero para que él, el Rey, y su familia vivieran más que desahogadamente.

Vamos a suponer que Felipe niño no se diera cuenta de nada, Sin embargo, Felipe hombre si que tenía que notar cosas raras: dinero que llegaba a casa en maletines, maquinitas para contar dinero, sociedades variadas... No, no puede ser que no se diera cuanta de nada. Pero lo que ya no tiene un pase es que, Felipe rey, Felipe VI no se diera cuenta de que el viajecito de cumpleaños a la Polinesia Francesa, a Tahití, vamos, no iba con cargo al presupuesto de la casa y que la broma de los billetes para papuchi y cuatro guardaespaldas, cuatro, desde Los Ángeles costó más de 30.000 eurazos.

Cómo que Felipe no está salpicado. Felipe está enmierdado hasta las cejas por omisión de obligaciones. Y si no hace algo pronto, tendremos que pensar de él que aprueba ese tipo de vida, algo por otra parte lógico, pues es al que estuvo acostumbrado. El Rey está obligado a hacer algo, y pronto.

Aquí el debate debe ser jefatura de estado ejemplar o jefatura de estado corrupta. Hasta ahora solo las tuvimos corruptas. Los Borbones (todos), especialistas en sacar pasta a través de su oficio; cuatro años de república por abandono (aquí no dio tiempo a nada, luego no podemos juzgar si los presidentes se aprovecharon); luego Franco, otro especialista, este sobrevenido, que amasó una enorme bolsa de dinero robando a diestro y siniestro; más tarde Juan Carlos, el gran comisionista y presunto evasor, campechano, eso sí, y ahora Felipe, que lo que tiene es un marrón de dimensiones siderales, pero que aparte de callarse y estarse quieto, no hace otra cosa...

Por qué tendrá tan mala suerte España con sus jefes de estado y con sus políticos en general.

17 julio, 2020

Separar las cosas

El ex rey Juan Carlos es un presunto delincuente, cuente o no con inmunidad. Digo con toda claridad presunto, porque incluso aunque todo apunte a un comportamiento no solo poco ejemplar, sino vergonzoso, hasta que los jueces no lo determinen, es inocente. Pero, desde luego, por lo que no estoy dispuesto a pasar es porque la justicia no le meta mano a todo. Inviolable, o no, Juan Carlos es igual al que esto escribe, un ciudadano, un individuo, uh hombre, una persona. En nada, repito para que se lea claro, en nada el Sr. Borbon está por encima de mi. En nada. Ni Borbón, ni nadie.

Felipe Gonzalez sale a la palestra a defenderlo aludiendo a su legado histórico. Pero no trago. Todos hicimos cosas buenas y para la historia en algunas ocasiones. De qué me habla González, ¿del 23F? Bueno, ese día yo estaba en la mili en Canarias y le juré a un compañero que si nos hacían salir a la calle con el cetme, yo no le disparaba a un semejante por mucho que me lo ordenara ningún tipo con estrellas o galones en las hombreras. Eso también es un legado histórico, o no. Todos tenemos nuestro legado. La mayor parte de los españoles llevamos años y años pagando como imbéciles impuestos para que se malgasten, entre otras cosas, en mantener a un rey que, presuntamente, nos engañaba a todos.

Felipe también tiene un legado histórico, él y su gobierno hicieron de este un país más moderno y habitable, lo cual no evita que pueda ser juzgado como poco ejemplar, como el ex rey, por haber aprovechado su situación para forrarse en años posteriores. ¿Que fue un buen jefe de gobierno? Vale, aceptado, pero a uno se le evalúa por lo que fue y por lo que es. La trayectoria completa es lo que cuenta. Felipe González es hoy un ejemplo de lo que un ex presidente no debe llegar a ser, lo mismo que Juan Carlos es hoy una caricatura de lo que pensábamos que era. Daba una imagen de ser campechano y buen representante del Estado, y sin embargo las apariencias actuales lo sitúan más bien en un tipo sin escrúpulos en los asuntos del dinero y del sexo, aunque esto último me despreocuparía, de no ser porque regaló a su adjunta de lecho decenas de millones de euros.

Felipe González debería saber, y de hecho lo sabe, que no se pueden mezclar las cosas y que lo que hiciste ayer de bueno no te exime de culpa de lo que hoy puedas hacer de malo. Aludir a esto en el caso de un presunto delincuente y sinvergüenza dice muy poco del ex presidente. Lo que hizo Juan Carlos es, como dice Sánchez, cuando menos inquietante. Y si los jueces no actúan con contundencia el Poder Judicial habrá perdido la poca credibilidad que le queda.

10 julio, 2020

Nos sobran los imbéciles

Cuando hace años el Gobierno presentó al ministro De Guindos como candidato a presidir el Eurogrupo me quedé pasmado porque muchos políticos en la oposición se mostraron contrarios a ello sin pensar demasiado en lo que un cargo de este tipo en la Unión Europea es para el país de quien lo ostenta. Naturalmente como estas cosas son contagiosas, muchos adeptos a la oposición, o sea a la izquierda en aquel momento, se alegraron de que no saliera el ministro español de economía.

Aún reconociéndome como na persona de izquierdas yo no me alegré en absoluto, es más pensé que los que se alegraban estaban equivocados. Luego, hablando con alguno de ellos y viendo sus argumentos, llegué a la conclusión de que sencillamente eran imbéciles incapaces de discernir matices. No discutí con ellos, para qué. Es imposible convencer a apóstoles y a tontos. No vale la pena perder el tiempo.

Ayer, la ministra Calviño, al frente de la economía española, fue apeada de su pretensión de ponerse al frente del Eurogrupo. España lo intentaba otra vez, esta vez con gobierno de izquierdas. Bien, pues pasó lo mismo que con el amigo De Guindos. Políticos de derechas manifestaron su alegría por el hecho y lo mismo hacían en redes algunos adeptos. Lo mismito que la vez anterior.

Naturalmente no voy a perder el tiempo en argumentar para convencerlos de que están en un error, de que un puesto de este calibre en Europa trae como consecuencia influencia y capacidad de negociación, más ahora que estamos muy necesitados de ambas cosas para conseguir préstamos.

Me puse a pensar, y llegué a la conclusión de que en España no sobran los de derechas ni los de izquierdas ni los de centro. Esto son solo ideas y principios. En España lo que sobran son imbéciles, millones de imbéciles de todas las ideologías; millones de tontos irracionales que son los que impiden que este país avance. Y no sabemos quitárnoslos de encima. Están en la política, en la calle, en todas partes y hacen un daño enorme. Son un lastre. Lo llevan siendo siglos. Lo que no sé es qué es lo que los alimenta.

07 julio, 2020

Reales problemas

LA AMANTE DEL antiguo rey Juan Carlos recibió en concepto de nada una cantidad de dinero que quitaría el hambre a unos cuantos miles de personas durante unos cuantos miles de días. Sí, se puede echar una cuanta simple. Supongamos que una persona puede mantener una dieta de subsistencia con 6,5 € al día (los comedores colectivos lo consiguen). Los 65 millones de la concubina real darían para comer a 10.000 personas durante 1.000 días, o a 100.000 durante 100. Puede hacerse como se quiera. ¿Habrá pasado esto por la real cabeza de Juan Carlos? No... Me temo que no. Me temo que este siniestro personaje engañó a todo hijo de vecino con su rollo y que en lo que realmente estaba era en vivir a cuerpo de rey (no podía ser de otra manera) a costa de los españoles y de la representación que ostentaba, la de España, para hacerse rico, acumular todo lo que pudiera y dedicarse a lo que le correspondía según su educación: a parasitar.

Casi todas las estirpes reales son en realidad parásitarias, pero los Borbones lo son especialmente, lo llevan en los genes. La opulencia versallesca mientras el pueblo las pasaba canutas, con el paso de los años terminó por hartar a los franceses que se levantaron y les hicieron mantener una conversación con el artilugio al que dio nombre Monsieur Guillotin. Los borbones dejaron así de vivir a costa de los franceses, pero ya tenían mordido el pernil de los españoles. Y no hubo modo de sacarlos de aquí, porque en este nuestro país hubo siempre quien pensó que sin un rey no se podía funcionar.

Solo Alfonso XIII se rindió y decidió abandonar. Pero, nada, oye, su hijo, empeñado en conservar el modo de vida familiar, llegó a negociar con el mismísimo Franco para reinstaurar a su niño, el hoy viejo y decrépito Juan Carlos I, el Campechano. De este modo, el amigo don Juan, se garantizaba el mismo una vida cojonuda y el bienestar de toda las rémoras reales, primos tíos y demás familia. Un hacha el tío.

Y luego este campechano con corona se dedicó a vivir como un príncipe con Francisco I el Hidráulico y como un rey a la muerte del dictador. Porque el tipo es listo. Su filosofía simple: con Franco hacía lo que mandaba este, faltaría más, y muerto el gallego, lo que me digan los consejeros. Y de este modo impulsó la transición y nos salvó a todos el 23 F. Pero esto es pura propaganda; el solo hizo lo que le dijeron que hiciera. A ver si vamos a creer ahora que los borbones tienen algo parecido a inteligencia, salvo para vivir como reyes a costa del pueblo. Pero fabricaron un mito: rey, campechano, demócrata y valiente... Casi nada.

Y es que, conforme nos hacemos mayores se nos pelan los cables y empezamos a enseñar lo que realmente somos, y este Juan Carlos resultó ser un simple aprovechado, un vividor, cazador de elefantes, un devoto de las mujeres florero a las que pagaba grandes sumas (cómo se llamaba esto... Esta memoria mía), un comisionista y ahora, si todo es lo que parece, un presunto defraudador del fisco... Vamos, lo que se espera de un rey.

Nota final:

Quien suscribe no cree que las monarquías generen países menos prósperos. Ahí están los nórdicos. Pero sí que cree que la ejemplaridad debe ser el modo natural de comportamiento de estos entes representativos llamados reyes o reinas. Aunque mi sistema preferido es el Alemán, que tiene un presidente de la república sin poder prácticamente, como un rey actual en Europa, pero que la cosa no se hereda. algo muy importante. Lo de Francia me gusta menos por aquello de la cohabitación, que causa algunos problemas. No obstante cualquier cosa mejor que esto que tenemos aquí, esta vergonzosa institución que no hay forma de domar. Si Felipe fuera como debe, él mismo propondría que el Pueblo hablara. Fuera el resultado favorable, o no, para él, al menos quedaría legitimado y sería tenido siempre como alguien honesto.

28 junio, 2020

Cada uno es como es. Qué problema hay


En los años que acumulo, que ya empiezan a ser demasiados, no recuerdo haber preguntado a ninguna persona de las que me honraron con su amistad o con su afecto por su condición sexual. A lo largo de mi vida he conocido a cientos de personas, a miles tal vez, y juro que en ningún caso se me ocurrió pensar en qué o en cómo serían en eso tan íntimo de la personalidad sexual. ¿Será Garay gay, o Sultana lesbiana, o Pascual bisexual, o transexual o dual? No... Nunca me planteé cosas tales. Puede que, es verdad, que el ejercicio de introspección que hice sobre la sexualidad, ya de muy joven, me haya llevado por la senda del respeto por esas cosas tan de uno.

De hecho no conozco a nadie que cuando le presentan a alguien o entabla relación amistosa por casualidad pregunte sobre la condición sexual de la contraparte. Sin embargo si te enteras por algún cuñado que ese conocido tuyo que parecía tan majo es un puto maricón, o que la nueva del trabajo, tan agradable, es una jodida bollera, es muy probable que reconsideres tu relación y lo que antes era de cierta cercanía, pase a convertirse en distante... No vaya a ser que te confundan a ti también.

¿Qué pasa por que una persona tenga una cierta tendencia sexual? ¿Es que acaso quienes se consideran normales por el simple hecho de ser heterosexuales son necesariamente trigo limpio? Los violadores son heterosexuales, los viejos babosos que les dicen cosas a las adolescentes también son heteros; lo mismo que quienes se masturban viendo porno duro, pero que no se atreven ni a intentarlo con su pareja, no vaya a ser que los mande a la mierda. Los heterosexuales no son necesariamente correctos. Yo diría que en asuntos del deseo sexual no hay nada ni nadie que pueda ser considerado un modelo de perfección. Y es que la mente humana es rica en matices y capaz de imaginar de todo. Eso sí, puede que sean mayoría, pero ser mayoría no garantiza estar en posesión de la razón ni de la verdad.

Lo malo de esta estúpida sociedad es que cuando le da por etiquetar como malo, insano incorrecto o inmoral a algo, los señalados están jodidos y, o luchan, o terminan por ser condenados a mantener en secreto su propio yo. Por eso son necesarios estos días del Orgullo. No deberían hacer falta porque el espacio íntimo pertenece a la libertad de cada uno, pero hay lo que hay.

Todavía hay demasiada potencia en las fuerzas oscuras, que necesitan siempre chivos expiatorios. La Iglesia, los partidos ultraconservadores, los guardianes de la moral que apuntan con u dedo a quien no es como ellos pretenden pero que ocultan y justifican a sus miembros díscolos. Estos son los que están podridos, no los que manifiestan con normalidad su condición. 

23 junio, 2020

Cuidado con España, advierte el PP en Europa

 NO ES QUE este gobierno sea el de mis sueños, ni de lejos. Pero entiendo que en esta crisis sanitaria brutal, cuyas derivadas económicas van a dejarnos hechos unos zorros, hizo lo que pudo, y muchas veces bien... También tubo grandes meteduras de pata, lógico.

Pero lo que me resulta llamativo es el ataque del PP en Europa a España. El PP cuestiona el estado de derecho, pide que se vigile muy de cerca si se da dinero para la recuperación... Pone a su propio país en entredicho. ¿El objetivo? No lo sé muy bien, pero parece que cualquier cosa vale para intentar derribar al gobierno.

Bien... El PP sabrá. Puede que haya quien crea en sus tesis. Yo, particularmente rechazo esta estrategia "innovadora" y extraña en la que un grupo político pone en la picota a su país para intentar conseguir el poder. Lo que viene a decir es que los españoles eligieron mal, o que el sistema de formación de gobierno mediante mayorías parlamentarias es peligroso (cuando no sale el PP elegido).

No sé... Pero, ni al peor PSOE lo vi yo nunca afinado en esta extraña nota. O lo que es lo mismo, con la historia de la democracia española en la mano, nunca los socialistas traicionaron de este modo a su país. Menos mal que los patriotas son los de la católica derecha.

Insisto, no me gusta demasiado este gobierno, pero como español siento arcadas cuando el partido alternativo para ocupar el poder en España, alerta sobre el peligro que España representa. ¿Se habrá mirado al espejo alguna vez Casado? ¿No habrá visto que es una tesis nazi pensar que los verdaderos españoles son ellos?

Cómo puede llegar alguien a ser tan ruin. Porque pedir que no se de dinero a España porque se supone va a gestionar mal, es no solo ruin, como digo, sino indigno. O es que si el PP gobernara no iba a pedir ayuda económica, o el PP es garantía de hacer lo correcto... Pues yo diría que no, que precisamente el PP, no.

17 junio, 2020

El necesario respeto

Lo que ocurrió con las residencias de ancianos en España durante la epidemia de coronavirus es inexplicable, y más inexplicable es la bajeza de los responsables políticos bajo cuyo control estaban, y están, estos establecimientos. Las Comunidades Autónomas son las únicas responsables en materia de residencias de ancianos y solo a ellas corresponde la responsabilidad de lo que pasó, lo bueno y lo malo.

No obstante el gobierno central no puede instalarse en la inacción. Durante el estado de alarma puso a disposición de las comunidades un fondo de 300 millones para responder a la situación desesperada por la que se pasaba en las residencias de ancianos. Mediante este fondo se podría contratar más personal, medios, etc... Pero también, la vicepresidencia de Iglesias y el ministerio de Sanidad, acordaron un protocolo para garantizar la atención médica de las personas mayores que vivían en ellas. Este protocolo, claramente, no se cumplió y el resultado fue que decenas de miles de viejos murieron en España sin la atención adecuada. No solo eso, sino que siguen muriendo a día de hoy sin que aparezcan en las cifras ministeriales.

Está perfectamente claro, entonces, que la mala gestión que llevó a la catástrofe fue de las comunidades, pero también lo está que la acción del Gobierno no puede limitarse a poner dinero y a acordar un protocolo. De nada sirve el dinero si no se controla su gasto ni los protocolos si no se hacen cumplir. Y esta labor correspondía sin duda ninguna a la vicepresidencia de Iglesias y al ministerio de Illa.

Las cifras siempre fueron un problema en un país descentralizado como el nuestro. Todavía no sabemos cuánta gente se murió en realidad por covid-19, ni lo sabremos nunca, me temo. El ministerio, sin embargo, tenía toda la autoridad para imponer un método de conteo claro desde el primer día del estado de alarma, pero esto no se hizo. Sanidad, en este aspecto, hizo una gestión pusilánime que le valió todas las críticas. Todavía hoy, no conocemos cuántos ancianos perdieron la vida en esta crisis. En el Gobierno lo saben perfectamente, pero se niegan a divulgarlo. Así de simple. No lo divulgan por un interés puramente político. Y aquí, Pablo Iglesias, en primera persona debería intervenir imponiendo la transparencia que siempre exigió a los demás.

También es lamentable que, según algunos medios, Iglesias no haya querido reunirse con los representantes del sector, que llevan más de un mes pidiéndole "audiencia". Yo diría que eso es no estar a la altura y me hace dudar de que realmente este hombre esté capacitado para gobernar, por mucho que le gustaría estarlo... Uno no sirve para lo que no sirve. Pero no debe extrañarnos, la autocritica, la introspección son cosas muy poco arraigadas en nuestro país, y menos entre los políticos.

Se trata a los ancianos como mero material para hacer política. No quiero imaginarme como se sentirán cuando en los salones de TV de las residencias donde viven o malviven sus últimos años, escuchan a colegiales discutir sobre la culpa en lugar de discutir sobre la mejor solución. Esos ancianos, debe recordarse, son los que tras la dictadura, en su madurez, trabajaron con ahínco y facilitaron las cosas para que España progresara y llegara a ser lo que es hoy. Ellos fueron los contribuyentes que pagaron las facturas para que el país funcionara, y también las facturas de los vagos y gamberros corruptos que parasitaron y parasitan la sociedad desde cargos políticos absurdos. Supongo que cuando ven una sesión parlamentaria sentirán arcadas.

Así que menos tonterías desde la política y más consideración por quienes pagaron los sillones en los que se sientan quienes están en las instituciones y órganos de poder. No sean mezquinos y tengan al menos la decencia de hablar de ellos con el debido respeto.

16 junio, 2020

La indecencia

La indecencia es el mayor de los problemas de las altas instituciones del Estado. Y como todo lo que se presenta en la parte de arriba de una organización, termina por impregnar en muchos casos hasta a humildes servidores del propio Estado: miembros de partidos políticos, policías, militares, funcionarios... Vivimos rodeados de indecencia. Pero esto tiene explicación: España es un país en el que la ejemplaridad no es una virtud que se grabe en nuestra mente. Aquí nadie da ejemplo motu proprio, hay que obligarlo.

Juan Carlos de Borbón, un individuo igual a cualquiera de nosotros, pero al que el azar situó en el seno de una familia de reyes profesionales, se las arregló para navegar y vivir estupendamente durante la dictadura y mucho mejor durante la democracia que, sin duda, él mismo facilitó, o le obligaron a facilitar. Su trabajo tras la muerte de Franco consistía en ser el pegamento de un país y en representarlo en el exterior. Bueno, es algo simplista, su trabajo era en ocasiones pesado, el 23F, durmió poco (yo también). Pero pasado este trago: bonitos uniformes, buena comida, mejor bebida, mujeres hermosas para su disfrute, ese tipo de mujeres que más que personas son simples hembras que venden bien lo suyo y sacan una pasta de ello, comisiones por obras, cacerías; una vida cojonuda, vamos, indecente, pero cojonuda. Como la de su mujer, que pasó por todo ello, unas veces a su lado, otras con sus cosas en lugares discretos en el extranjero. Todo ello, lo de uno y lo de otro, a costa de nuestros bolsillos, faltaría más.

Claro, con una familia así, Felipe de Borbón, o tira de ejemplaridad, o se tira desde la azotea. Pero, siendo padre de familia y con una vida muelle como la que lleva él y sus allegados, pues, coño, aunque sea obligado, tiene que dar ejemplo de seriedad y de cierta decencia. Aunque el mejor ejemplo sería proponer al gobierno que pregunte a los españoles si queremos seguir teniendo rey, o no. Si sale que no, se cubre de gloria por haber sido honesto y tendrá una vida larga y bien vivida aquí, o en cualquier parte, paga el estado; todo se negocia. Y si sale sí, habrá terminado para siempre con los problemas de legitimidad que tiene y podrá seguir disfrutando de la vida sin agobios. Debe recordarse que su bisabuelo abandonó este país y que la reinstauración de la monarquía fue cosa de un dictador sanguinario. O sea, legitimidad cero. Aunque bien es verdad que el pueblo tragó, tragamos, al votar en masa una Constitución que estamos obligados a respetar. Pero, de decencia, nada, Felipe, como su padre, "igualico, igualico".

Pero no solo comisiones reales hubo por aquí. Recuérdese el PP, cuyo mayor problema era gastar la enorme cantidad de dinero que le entraba en el partido merced a las comisiones por adjudicación de obras públicas. Y de esto en Cataluña ya venían de vuelta con su famoso problema del tres por ciento. Del PSOE no se sabe mucho de comisiones, aquí eran como más pobretones, menos mafiosos, vamos, aquí desviaban fondos públicos a amigos y allegados. Todo muy decente y muy ejemplar, como se puede ver. Los partidos a los que votamos nos la jugaron. Eso, sí, ahora tenemos a Podemos, a Ciudadanos y a Vox. Pero el votante común no se fía, sabe que es cuestión de tiempo que la honradez se transforme en algo poco decoroso. Al PSOE le duró lo de la honradez cien años, y ahora hay lo que hay.

De los jueces, para qué hablar, un gremio de gente genial y de verdaderos patanes mezclados en la misma carrera y en manos de quien estamos para que nos apliquen la ley. Si tienes suerte te la aplican por la parte blanda y libras (la parte blanda es la que se aplica usualmente a ricos y famosos), pero si te sacuden con lo duro puedes ponerte a rezar. Lo malo de los jueces es que, como tantos y tantos funcionarios, te ven como a un documento con piernas y ni te miran a los ojos para sentenciar. Se remiten a pruebas periciales, a la letra de la norma, y a correr. Un funcionario hace igual, lee el papel que el ciudadano escribió y lo acepta o rechaza, o pide más información si no lo entendió. Y vuelta a escribir el administrado y vuelta a esperar, a veces años por aquello a lo que tiene derecho porque un mequetrefe no leyó adecuadamente.

Ya ni la Guardia Civil presenta informes serios, ya ni un coronel de la Benemérita es un tipo de fiar. El informe emitido por la picolicie judicial para la jueza Medel que decidió investigar lo del 8M, daba vergüenza ajena. Lo que no entiendo es por qué el coronel cesado podía estar al mando de la comandancia de Madrid, si ya en la coordinación de los disturbios en Cataluña se mostró absolutamente incompetente. ¿Tan poco nivel hay entre los del tricornio? No me lo puedo creer. Vamos, que no, que hay nivel. Pero en estos tiempos, como dice el tango Cambalache, todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor.

Entonces, si la parte de arriba está como está, ¿pretenden que los ciudadanos de a pie tengamos un comportamiento diferente? Pues no, claro que no: cuñadismo, debates de fútbol, de soluciones para cualquier cosa, de insultos en las redes (aquí todo dios está en las redes y opina, opina con faltas de ortografía que harían suicidarse a Cervantes si por un casual resucitara). Al vulgo actual le dice más la opinión de un piernas como Bosé que la del mismísimo Bill Gates. Pero es lo que hay.

¡Ah! Que dice usted que es un tipo normal que piensa las cosas y razona, que deja hablar, que es honesto y decente, que trabaja con ahínco y educa a sus hijos en valores, que encima no le gusta el fútbol y que piensa que la política está en manos de auténticos majaderos... No se engañe. Hágaselo mirar. Usted de normal no tiene nada. Y sobre todo, que no se sepa, o terminará expuesto en un frasco de formol como una especie de mutante aparecido en la primera mitad del siglo veintiuno. No divulgue su condición, hágame caso.

04 junio, 2020

La política y el principio de la prudencia

El presidente asturiano, Barbón, optó por pedir el pase a fase 3 de alivio del estado de alarma. Lo hizo a pesar de el repunte de casos en residencias de ancianos.

No estoy en desacuerdo con la decisión de Barbón. Seguramente está bien asesorado, el riesgo es asumible y todo está bajo control. No obstante, creo que tampoco hubiera pasado nada si hubiera decidido dejar a Asturias en fase 2 por un principio de prudencia. Con toda probabilidad hubiera sido aplaudido por no tomar riesgos, a pesar del daño económico de tardar una semana más en pasar a fase 3.

Si la semana próxima, ya en fase 3, hay un rebrote y los contagios se elevan significativamente, le crucificarán, dirán de él que es un imprudente y que jugó con la vida de los ciudadanos. Y lo dirán los mismos que se habrían mostrado molestos por no cambiar de fase con las consecuencias económicas que tiene. Pero, claro, nada tiene que ver una cosa con otra; una acusación de jugar con la salud de las personas es algo que desgasta infinitamente más que un desarreglo económico, que siempre tiene remedio a futuro.

Estos días está en boca de todos otra vez la manifestación del 8M. Juguemos un poco con este asunto. Imaginemos que el día 6 de marzo, el Gobierno anuncia que la manifestación no se celebraría por el riesgo que supondría. Y que la decisión se toma en evitación de males mayores. ¿Puede alguien imaginarse cuál sería la situación a día de hoy? ¿Que estaría diciendo la Oposición? Y si también se hubiese prohibido el congreso de VOX por la misma razón, ¿qué estaría diciendo VOX ahora?

Yo creo que el principio de prudencia es importantísimo en casi todo en la vida, y en política más que eso aún. Pero a nuestros dirigentes les gusta el riesgo. La toma de decisiones llamadas valientes políticamente. ¿Cómo no vamos a cambiar de fase, cómo no vamos a celebrar una manifestación?. ¿Se figuran que un piloto de un avión que le quede el combustible para llegar a un km de la pista de destino decidiera hacer en planeo ese último km, en lugar de aterrizar en un aeropuerto más cercano, y sin informar al pasaje?

No sé. Yo creo que debería estudiarse más la aplicación del principio de prudencia, especialmente en asuntos de salud pública.


29 mayo, 2020

¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

Al ver la sesión parlamentaria de este martes, uno se pregunta. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Y la respuesta no es difícil. Así, dicho a lo burro, yo diría que más que nada por dos tontos de capirote: Pablo Iglesias y Albert Rivera, y siendo más correcto se podría asegurar que la inusitada ambición de Ciudadanos y Podemos por hacerse con una parte de la tarta del poder, una parte lo más grande posible, fue lo que nos llevó a este desastre en el que las palabras más que gruesas empiezan a aflorar: Álvarez de Toledo (un cerebro) habla del padre terrorista de Iglesias, al día siguiente, Iglesias (otro cerebro) habla de golpe de estado y señala a VOX y hoy mismo, Montero (comparte cerebro y domicilio con Iglesias) ya habla de llamadas a la insubordinación del ejército. Estupendo, un panorama magnífico.

Pero, todo este lío ya se veía venir desde las elecciones de diciembre de 2015. Con un PP debilitado por la corrupción, aquí se cometió el error político más gordo de los últimos años en España. Este error fue que Podemos no facilitó el gobierno de PSOE y Cs con su abstención y forzó nuevas elecciones. Podemos pudo haber cambiado el destino de España: el PP desalojado de Moncloa, un gobierno de Coalición no demasiado fuerte y el control del parlamento en sus manos. Una oportunidad de oro para crecer en experiencia y en credibilidad. Pero no quiso, prefirió nuevas elecciones en junio de 2016 porque alguien, estúpidamente, le había hablado de sorpasso. Iglesias se equivocó (la culpa, naturalmente fue de los inscritos), no sacó más votos, perdió un millón al no sumar los de IU, no hubo sorpasso y reforzó al PP, que sacó 14 diputados más y pudo gobernar. Chico listo. Eso sí, motivó la dimisión y abandono momentáneo de la política de Pedro Sánchez.

Pero, de repente, Pedro Sánchez reaparece y Podemos, tras un intento de moción de censura para la galería, decide apoyar una del PSOE para liquidar a Rajoy, y se consigue. La corrupción del PP y el poco carisma de Rajoy, un hombre tranquilo y procrastinador, hizo posible aquello de los extraños compañeros de cama. Una mezcla explosiva, que podía reventar cualquiera, y reventó, y hubo que ir a elecciones en abril de 2019. Y en este contexto es donde le toca hacer el ridículo a Albert Rivera, y por la misma razón que Pablo Iglesias. Presiente que el PP está muy debilitado y que, cuando llegue el momento, las derechas preferirán a sus siglas. Pudo abstenerse en la moción de censura al gobierno del PP, pero, defiende su negativa alegando que nos iba a ir mucho peor con un gobierno lleno de radicales e independentistas. Su plan está trazado. Y en el momento en que se convocan nuevas elecciones sale disparado contra su otrora supuesto socio, el PSOE... La banda de Sánchez y todo esto, que le lleva a vetar cualquier posible pacto de gobierno futuro.

El PSOE gana las elecciones con 123 diputados, el PP cae hasta los 67, VOX aparece con 24, Podemos sigue en caída con 42 y Ciudadanos emerge fuerte con 57. Pero como Rivera había dicho que nunca pactaría con "la banda de Sánchez" y Sánchez tomó en serio a los cuatro que le corearon "con Rivera, no", pues, oye, ni se le ocurrió. Y como, con Ciudadanos haciendo funambulismo e instalado en el no beligerante, Sánchez no podía ser investido sin los votos de Podemos, y Podemos pidió gobierno de coalición, y como Iglesias no obtuvo todo lo que pedía, hizo lo que sabe hacer, y forzó nuevas elecciones (la culpa, de nuevo de los inscritos). Pero, en este punto, el gran responsable de haber ido a elecciones fue Rivera en primera persona. Su teórico sentido de estado debiera haberle llevado a facilitar un gobierno en solitario de Sánchez, o haber intentado otra coalición con resultado de mayoría más que absoluta que nos hubiera ahorrado todos los problemas que tenemos ahora.

Y, llegados a este punto y tras nuevas elecciones, se forma una mayoría imposible, la derecha extrema (no hay otra actualmente) tirada al monte, los independentistas, a lo suyo y, hasta Bildu tiene mando en plaza. Sanchez es investido y aquí estamos, con un gobierno desnortado, una derecha extrema echada al monte, una izquierda extrema agitando el guerracivilismo (Podemos es ya casi como VOX, pero en el otro lado)... Una delicia, vamos...Hasta Bildu tiene mando en plaza.

Y este es el desastre absoluto de nuestra España, además en medio de una crisis sanitaria sin precedentes en la que, de haber tenido un gobierno fuerte, seguramente habríamos enfocado mejor las cosas. En este ambiente los ciudadanos pasamos vergüenza ajena al ver el parlamento en tal estado. Por eso yo desde aquí, con la pequeña difusión de este sitio les agradezco a Iglesias y a Rivera su inteligencia, sentido de estado y sensibilidad para entender qué sería lo mejor para esta pobre sociedad.

GRACIAS, CHIQUILLOS, NIÑATOS ESTÚPIDOS, NOS HABÉIS JODIDO BIEN.




26 mayo, 2020

Covid 19. Banderas silenciosas de decepción


Hay banderas que ofenden
. A mi, personalmente, mi propia bandera cuando es utilizada por un tipo o una tipa de extrema derecha para marcar tendencia. Me molesta todo tipo de exhibición, pero en especial la de aquello de lo que uno se apropia sin ser realmente suyo, como la bandera.

Solo hay una explicación a este hurto de un símbolo de todos, y es el abandono por parte del otro lado del espectro político de un símbolo que, no entiendo por qué, se negó a aceptar como propio desde la transición. Todo había quedado pactado y todos estuvieron de acuerdo en avanzar hacia la democracia en un sistema de monarquía parlamentaria, autonómico y con una bandera común. Pero no hubo nada que hacer. La izquierda prefirió envolverse en las enseñas autonómicas o en la nacional tricolor de la república a pesar de lo acordado.

La consecuencia es que ahora que vienen mal dadas y se pide unidad, la derecha, incluso la más moderada, a las órdenes de la más extrema, se coloca la bandera y apela a que los únicos que garantizan la unidad de España son ellos. Y de esta manera, aprovechan también para decir que el cachondeo de un gobierno de coalición socialcomunista y la falta de autoridad y de gónadas hizo que murieran víctimas de la covid 19 decenas de miles de españoles. Con ellos esto no habría pasado... Bien, nunca lo sabremos.
Es verdad que el gobierno actuó de manera caótica en muchos casos, en demasiados. Pero es verdad también que la derecha utilizó sin rubor todo lo que estaba a su alcance para hacerlo caer sin importarle las consecuencias en vidas que eso pudiera traer. La Comunidad de Madrid ocultó muertes, falseó datos y, ahora sabemos que no disponía de PCR para cumplir las condiciones de pasar a fase 1, y a pesar del riesgo no le importó a una presidenta que, aparte de simple, debe tener a tipos como Bolsonaro en su modelo de imitación político. Claro que, Madrid tiene a quien se merece, pero, incluso así, nadie tiene derecho a poner en peligro más vidas de las que ya se pusieron por la desastrosa gestión de la información previa por parte de los servicios de la Comunidad y de Sanidad, que ahí la cosa se reparte.

Sin embargo, Madrid está repleta de mascarillas, eso sí, de diseño, con la banderita. Y es algo imparable, porque la extrema derecha tomó la calle y convenció a mucha gente de que el gobierno actuaba en contra de la Comunidad. Y el Gobierno no contrarrestó esto desde el principio, por ejemplo, saliendo todos desde el primer día con mascarilla con la bandera. ¿Qué pasa, que le iban a salir granos a Iglesias? Yo creo que no, pero lo peor es que ni se les ocurrió, y, de este modo dejaron que el fervor patriótico, que tanto necesitábamos para obedecer sin pestañear, pasara a manos de quienes primero querían confinamiento total pero ahora quieren desconfinamiento absoluto. Absurdo, sí, pero con el objetivo cumplido: confianza socavada y pérdida de miedo a la desobediencia.

Lo malo de esto, e insisto en responsabilizar sobre todo al Gobierno, empezando por un Pablo Iglesias que se salta la cuarentena para hacer nada en una rueda de prensa y dar gasolina al adversario y siguiendo por un Ministro de Sanidad pusilánime que, ni teniendo todo el poder supo imponer una manera de contar y dar datos a todas las autonomías por igual; lo malo de esto es que si hay un rebrote, entonces sí que vamos a estar desprotegidos.

Así que, a los ciudadanos decentes solo nos queda, como siempre, fastidiarnos y aguantar. aunque, también podemos rebelarnos y organizar alguna protesta pacífica con nuestras humildes mascarillas quirúrgicas, mandar un mensaje a tanto farsante. Yo propongo pintar con rotulador una banderita de España a la altura de la boca para que se vea que estamos en silencio, estupefactos, asombrados ante tanta incompetencia, ignorancia y abandono. Y que detrás de cada bandera pintada de manera infantil hay una voz, y lo más importante, un voto. Es la bandera silenciosa de la decepción nacional. Y aunque sea el único en hacerlo, lo haré, y, al lado de la bandera pondré también DECEPCIÓN, en negro, de luto.

22 mayo, 2020

No. Podemos no tiene razón

Por mucho que se quieran retorcer las cosas y por mucho que Pablo Iglesias diga, un documento es un documento, y en el pacto de legislatura de Podemos con el PSOE se dice que se derogará la reforma laboral y se concretan los puntos que serán reformados con urgencia. No se puede tergiversar lo escrito. Si se dice que un edificio en mal estado será rehabilitado, en concreto las plantas 4, 5, 6, el tejado y la fachada, la cosa se entiende perfectamente y nadie dudaría de qué es lo que se va a rehabilitar. Pues en el punto 1.3 del pacto de legislatura se dice algo así. Se puede leer aquí.

Pero lo más llamativo es que Iglesias, dispuesto siempre a las medias verdades dichas con contundencia, aparenta tal seguridad cuando dice que en el pacto con el PSOE se habla de derogar al completo y no partes concretas, que sus defensores, cuando les muestras el texto, se niegan a leer más abajo de la palabra derogar. "Dice derogar, lo demás no cuenta", he llegado a escuchar.

Lo que no termino de entender es la necesidad de introducir este debate en una situación de alarma por pandemia como la que estamos. El gobierno debía haber medido mejor sus apoyos para no tener que dar a Bildu esta baza y la portavoz Adriana Lastra debería haber andado más lista para que no le colaran la palabra íntegra en el acuerdo. Además la premura. ¿En qué cabeza cabe que una ley que tiene ibricaciones en varias leyes nacionales y directivas europeas se pueda derogar en el tiempo que dure el estado de alarma?

Otra cosa es que haga falta una reforma completa, o derogación, llámesela como quiera de esta infausta ley que tanto daño hizo a los trabajadores haciéndoles pagar la factura de una crisis, la de 2008, que ellos no habían causado de ninguna manera. Eso no se discute. Aquí lo que se discute y se evidencia es que Iglesias juega sucio y el Gobierno, con Sánchez a la cabeza cometió un error al dar a Bildu esta baza. Y el error puede traer como consecuencia dificultades mayores para obtener la siguiente extensión del estado de alarma.

En el momento actual todo lo que no sea pensar en la continuidad del estado de alarma por el tiempo necesario es malo. El PP y VOX engañan a los ciudadanos que les creen. No se pueden hacer de otra manera las cosas en un país fuertemente tocado por la pandemia. Ellos lo saben perfectamente, pero juegan al no en la votación para desgastar al gobierno. Ahora bien, son perfectamente conscientes de la falsedad. Si los electores se lo harán pagar, o no, el tiempo lo dirá.

Lo que se vislumbra es bastante preocupante. Porque, aún haciendo falta prorrogar la alarma, no es evidente que PNV y Ciudadanos vayan a dar el sí, y el gobierno no tendrá modo de conseguir los apoyos suficientes sin ceder cosas imposibles al bloque catalán.

Esta es la consecuencia penosa de el pacto con Bildu y de la desleal actuación de Pablo Iglesias, preocupado tan solo porque Ciudadanos y PNV no fueran a ser más influyentes de lo que a él le interesa. Iglesias, siendo socio de gobierno parece como si le interesara lo de cuanto peor, mejor. Rajoy fue buen maestro.

Hola de nuevo

Un poco harto de Facebook por tanta gente que opina, a veces, con tan poco y dirigido criterio, vuelvo a este mi espacio, del que nunca debía haber salido.

Hoy voy a descansar. Esta entrada es así de corta.