15 octubre, 2020

El cerebro de los partidos (hoy, el PP)

 Siempre me asombró la capacidad de los partidos para construir lo que ellas llaman argumentarios para disfrazar la realidad en su contra. Tal práctica, de la que ninguna formación está exenta es, a día de hoy especialmente notoria en el PP. Ni siquiera Vox se atreve a tanto, tal vez por el desparpajo que le permite el saberse de extrema derecha y ser reconocida así por todo el mundo.  Vox no necesita argumentos. No obstante se permite criticar al PP por cómo elabora los suyos.

Hablo de este asunto porque ayer escuché alguna intervención de los populares y, la verdad es que me produjo risa y pena. Risa por lo ridículos que quedaban con sus gritos y descalificaciones y pena porque el PP es mucho más que esa pandilla de parlamentarios con formas y lenguaje dignos de cualquier macarra de poca monta. Hasta Concepción Gamarra, Cuca, para los amigos, antes una persona con cierta educación, pasó por el aro de las formas impuestas por Casado (léase Aznar) y pidió de manera agresiva la dimisión de Illa por imponer el estado de alarma en Madrid.

El PP argumenta que el estado de alarma no es necesario en Madrid en absoluto, una estupidez del tamaño de un castillo. Ellos saben perfectamente que es así, como saben perfectamente que Ayuso se comporta como una psicópata insistiendo en no tomar medidas drásticas a pesar de los desastrosos datos que presenta su región. No les importa que en media Europa, con menos de la mitad de incidencia, se tomen medidas tan contundentes como el toque de queda o las restricciones duras a la hostelería. Medidas, claro está que los expertos indicaron en todos los casos. Pero es como si en Madrid los expertos estuvieran silenciados. Ahora hasta el Colegio de Médicos es favorable a Ayuso y calla. Claro que el CSIC y todo virólogo y epidemiólogo con una mínima idea se echa las manos a la cabeza por la temeraria imprudencia de esta mujer. Pero el PP, aprendió del padre Aznar que tu puedes decir cualquier cosa, por falsa que sea, por vidas que cueste, que si lo dices con suficiente fuerza y malos modos, y creas bronca, al final, hasta vas a hacer dudar a algún incauto y no vas a perder votos.

La otra del PP de ayer fue el comunicado del presidente Rajoy, que, fiel a los modos del partido, toma la sentencia del Supremo en la que se reconoce la culpabilidad del PP en la Gürtel y se ampara en que como dicen que allí no ha lugar opinar sobre la caja B, pues que su honor, o lo que sea, quedó lavado y la moción de censura que se le hizo fue un montaje de los enemigos de España. o algo así.

En fin, que esto no hay por donde cogerlo. Que el PP no va a cambiar nunca hasta que alguien con personalidad y sentido de estado lo lidere. Entre tanto, Vox, como es auténtico le acabará pasando por encima.

No sé que habría pasado si el PP estuviera al frente del gobierno en esta pandemia. Supongo que las cosas habrían ido igual, ni mejor ni peor. No obstante, la historia indica que en los momentos graves el PSOE siempre estuvo, al menos, inactivo en sus críticas al gobierno. El PSOE fue leal en asuntos de terrorismo, no así el PP, que, cuando perdía el poder atacaba por este flanco de manera indigna. Si el PP llevara el asunto de la pandemia, al menos no habría bronca política a causa de la misma. Y el que no lo tenga claro es que tiene perdidas sus capacidades de observación de la realidad. Aquí quien monta bronca es el PP, aún sabiendo que las evidencias (datos y hechos) están en su contra.

Y solo una cosa más. Ahora le toca al PP porque es quien lo está haciendo, pero los argumentos falaces esgrimidos por el PSOE, por Podemos y por el independentismo catalán en otros momentos son de un calibre parecido a los del PP actuales. Ejemplos (uno por cabeza, nada más): la justificación de los ERE en Andalucía, la argumentación para justificar el chalé de Iglesias y las razones históricas esgrimidas para afirmar que Cataluña es especial. Basura.

No obstante toda esta escoria, hay escorias de diferentes clases y como tendremos que votar en el futuro, se me ocurre que, en lugar de quedarse en casa porque todos son escoria, salgamos a darle el poder a la escoria menos dañina, y guardemos memoria de los hechos y de los datos.