30 octubre, 2014

Pedro Sánchez y la gran oportunidad perdida

Nunca he ocultado mi afinidad ideológica con el Partido Socialista. Es así desde que el PSP del profesor Tierno decidió integrarse en él y desde que Carrillo sugirió que era la casa común de la izquierda. Pero de esto hace ya muchos años. Tras los primeros casos de corrupción, ganadas las elecciones, me di cuenta de que la suerte estaba echada: de no cortarse de raíz el problema, el PSOE se convertiría en un asilo de corruptos, amigos e intrigantes con el objetivo de perpetuarse en su posición y así poder para ganarse la vida con cierta facilidad. Así de simple.

Este mismo es el perfil del PP, solo que de un partido que acoge a lo más granado del franquismo y el postfranquismo puede entenderse: España es su cortijo y el señorito tiene todos los derechos, faltaría más. En España, y puede que en los países mediterráneos, derecha y corrupción fueron siempre sinónimos, hasta que llegó a Italia Craxi. Bettino Craxi consintió la corrupción, como la consintió en España Felipe González, solo que Craxi tuvo que huir de la justicia y se fue a Túnez, mientras González acabó en algunos consejos de administración, lo mismito que el derechista Aznar. Todo lo cual indica que no hay poca diferencia en el comportamiento de unos y de otros.

Si en su momento Felipe González hace una «purga generosa» en el PSOE, posiblemente hubiera perdido las elecciones, pero a la larga la cosa hubiera tenido consecuencias positivas. Pero Felipe, a pesar de tener mucho poder, no pudo, o no quiso, utilizarlo. Lo más plausible es pensar que no quiso, porque de haber querido, si no le hubieran dejado, habría dimitido. O sea, que vamos a pensar que no quiso, que se estaba estupendamente fumando puros y colocando amigotes, y que su decisión fue la de darse a la vida muelle. Y claro, la conducta del líder siempre es imitada. Sí..., fue una gran oportunidad perdida por González.

Pedro Sánchez tiene la oportunidad de regenerar el partido y la está dejando pasar. Nunca nadie estuvo más legitimado para actuar de manera contundente, no «contundentita», como se está haciendo ahora. Su oponente, Rajoy, cada vez que se le acuse de tener corruptos en el partido, siempre se va a agarrar a que en Andalucía, el PSOE los tiene a millares, y tiene razón, por lo que Sánchez tendrá que agachar la cabeza. La oportunidad de Pedro Sánchez está ahí. Solo que para regenerar el Partido tiene que pasar por encima de Susana Díaz, que es en realidad la gran valedora de la corrupción en Andalucía, y dejar la federación andaluza en cuadro. Y lo mismo vale para Madrid, o para Asturias y otros reductos de «bon vivants». En estos sitios el mal olor impide a la gente acercarse a las sedes.

Así que, Pedro, no seas tan cobarde como González y actúa, a no ser que quieras un buen Consejo de Administración en el futuro, claro. Saca la guadaña y siega. Verás como sale luego la hierba con fuerza renovada, y verás como ningún Rajoy te va a tapar la boca. Oye, y de verdad, aunque no sea yo el Jorge Javier ese, puedes contactar conmigo si quieres. No nos va a oír nadie, con lo cual no vas a ganar notoriedad, pero a lo mejor se te aclaran las ideas, porque tengo la impresión de que no estás conectado con la realidad. ¿Te falta valor para escuchar los análisis de la gente normal? No se lo contaría a nadie. Pero, te lo juro, amigo, pensé que ibas a hacer algo más que decir chorradas inconexas. Tienes malos consejeros, Pedro. Esto es un asunto serio. Porque si no actúas, Podemos os pase a todos por encima, que no te quepa ni la más mínima duda.


28 octubre, 2014

Y los que se atrevan, en unos meses, a votar cabreados

Hombre, Manolo, le dice un amigo a otro cuando se lo encuentra por la calle un día de votación, qué... A votar, ¿no?. Qué va, qué va, quita, le responde el otro. ¡Coño! pero hoy es día de hacerlo. Ya, ya, pero es que no me atrevo. Pues yo voy con todas las ganas a ver si quito del medio a todos estos mangantes. Bueno, anda, pues tú mismo, le dice Manolo, que tengas suerte. Yo voy a comprar el periódico y a olvidarme del asunto. Volveré a votar el día que sepa a quién voto y a quién puedo pedir cuentas. Mientras tanto... , en casita. Vale, pues hasta luego Manolo. Hasta luego, Pepe... Y no te cabrees que al final da lo mismo.

La cuestión en las próximas elecciones que se celebren va a ser esta. Los ciudadanos se plantearán ir o no ir a votar, y serán muchos los que lo hagan. Pero los que tengan decidido acudir a la llamada lo van a hacer con unas enormes ganas de reventar a los que les engañan, les ningunean, les roban, les toman por imbéciles y les traicionan. Así que mucho me temo que los grandes partidos, o todos los partidos tradicionales sufran un castigo tal que no les quede otra que disolverse y reinventarse con otro modelo diferente. No sé si sus estatutos contemplan la autodisolución, pero deberían.

Los electores quieren sangre. Y si nadie se la da en forma de cárcel, de expulsiones y purgas masivas de corruptores y corruptos, de escarnios públicos, en definitiva, se tomarán la justicia por su mano y cogerán la papeleta que hoy por hoy parece que tiene las de ganar: la de Podemos, cuyo valor aumenta de día en día con cada caso de corrupción, sin esfuerzo alguno por su parte. Y todavía quedan muchos casos por salir, tantos que si en lugar de municipales fueran elecciones generales probablemente ganarían. El ascenso de Podemos es limpio, prístino. Este partido asciende como un cohete cuyo combustible es la inagotable fuente de mierda que tienen los otros, los dos grandes principalmente.

Podemos asciende no solo por lo mal que lo hacen los demás, es justo decirlo. Su líder, el coleta, como le llaman los que les desprecian, habla con la llana elocuencia de quien tiene claras las cosas. Reconoce que tal vez hayan vendido humo con su programa para las europeas pasadas y sabe, y lo dice, que de aquí en adelante tendrán que concretar más las cosas. Los electores les favorecerán con toda probabilidad, pero estarán vigilantes. Ya les han engañado demasiado. En España parece que por fin pasaron los tiempos de la fidelidad política, y los votantes, a pesar del desastre que constituye nuestra Ley Electoral, han comprendido que el verdadero poder del voto en nuestro sistema es la capacidad para desalojar a todo aquel que ose insultar a su inteligencia, como PP, PSOE, IU y los partidos tradicionales hicieron hasta ahora.

En fin... Ya veremos.

26 octubre, 2014

La lectura de la EPA, España, Asturias...

Hace ya muchos años, cuando iniciaba mi vida profesional, analizábamos un problema técnico y no encontrábamos una solución definitiva. Éramos un buen equipo y tratábamos de mirarlo desde todos los ángulos. El problema..., el problema... Estábamos tan obsesionados y centrados en él que no veíamos otra cosa. Hasta que alguien propuso cambiar el punto de vista, ampliar el ángulo, ver los datos globales, ampliar el campo de análisis al conjunto del proceso. Todo cambió a partir de aquel momento. El «problema», aparentemente sin solución era la consecuencia de un proceso general mal diseñado; y no lo habíamos visto por tener un foco demasiado estrecho. Así que recompusimos el proceso y todo empezó a mejorar. Costó trabajo pero fue definitivo.

Cuando leí la EPA de este último trimestre y escuché las declaraciones de propios y extraños al respecto, me dio la impresión de que el foco era demasiado estrecho. El paro no es el problema; el paro únicamente es la consecuencia de un proceso general viciado. El fallo del proceso en España es que la población ocupada es muy poca para mantener nuestro estatus. En España solo trabaja el 59,5 % de la población en edad de hacerlo (entre 16 y 64) . Y con esa tasa de actividad, o ofreces algo de alto valor, o estás condenado a ser eternamente pobre. España no generó nunca una actividad sólida; y la construcción no es actividad sólida, como se ha podido comprobar.

Cada vez que sale la Encuesta de Población Activa, los agentes sociales, los políticos y los medios se disponen de inmediato a hacer comentarios. Algunos son francamente prescindibles, otros acertados y otros imprescindibles por constituir un modelo de chorrada... En fin, que todo hijo de vecino tiene algo que decir. En esta última ocasión la cosa pintó bien, al parecer, porque se redujo la tasa de desempleo, que es, según gobierno, oposición, sindicatos y patronal nuestro mayor problema. El dato fue positivo. Sin embargo, como alguien tiene que poner el contrapunto, un sindicalista, en Asturias, dijo que sí, que muy bien, que había bajado el paro, pero que Asturias era la comunidad con la menor tasa de actividad, lo cual por otra parte es verdad. Con ello este hombre quería restar méritos al Gobierno del Principado, que, naturalmente se mostraba satisfecho porque en la región, «gracias a sus acciones», se había creado empleo... Y un rábano. El sindicalista tiene razón en fijarse en la tasa de actividad, porque el problema de España no es el paro es la falta de actividad.

Pongamos claros un par de conceptos: Población Activa es toda aquella comprendida entre 16 y 64 años y que, o trabaja, o está en paro, es decir, la población que ofrece su fuerza de trabajo al mercado laboral; Población Inactiva es la de la misma horquilla de edad pero que no está disponible para el mercado, por ejemplo estudiantes, amas de casa, vagos vocacionales o ricos de cuna o por matrimonio que no tienen interés en este asunto; y Tasa de Actividad es el cociente de dividir la población activa entre la población total entre 16 y 64, o sea, activos más inactivos. El resto de la población, es decir, los menores de 16 y los mayores de 64, no cuentan para este enredo. Pues vale. Ya está definido todo. Ahora vamos a analizar las cosas.

Siempre según la última EPA, España tiene una tasa de paro del 23,7 %. La tasa de paro se calcula dividiendo el número de parados entre el total de población activa (parados + no parados), pero no tiene en cuenta a la población inactiva. Asturias tiene un 20,0 % de paro, lo cual indica que, aparentemente aquí las cosas están mejor. Pero no, nada de eso, porque, si escarbamos en los datos, encontramos que la tasa de actividad de Asturias, 52 %, es la más baja de España, un 7% inferior a la media nacional. La cosa da vértigo, porque esto indica que en Asturias un 52 % de la población en edad de trabajar tiene que mantener al otro 48 %, y además, a los niños y a los jubilados. Y para rematar, de ese 52 %, el 20 % está en paro. Es decir, que en Asturias solo están ocupados el 42 % de los efectivos disponibles para el trabajo. Y estos tienen que mantener al otro 68 % (parados + inactivos), además de a menores de 16 y mayores de 64. Qué me diga alguien que estoy equivocado y que el problema no tiene más enjundia que la simple reducción del paro.

Mientras no miremos este asunto de manera global vamos a ir mal. España no solo necesita rebajar la tasa de paro, debe aumentar la de ocupación. Y, volviendo a Asturias, no se puede decir que no hubo oportunidades de mejorar. Aquí llegaron 20.000 millones de euros en forma de maná de apetitosos fondos mineros. Con este montante, todos los actores que debían ocuparse de darles buen uso, consiguieron que se evaporasen sin que Asturias avanzase ni un ápice en veinticinco años. Y el problema es extensible, en mayor o menor medida a todo el territorio español, véase el caso de los ERE o del PER en Andalucía, el crecimiento exponencial de todo el Levante basado únicamente en el ladrillo... Y miles de cosas más, aunque ninguna en la dirección de crear un modelo productivo sólido. Lo que nos lleva a lo de siempre: salvando unas pocas excepciones, la pobre España sigue comandada por una pila de golfos apandadores que este sufrido pueblo no merece.

19 octubre, 2014

La estafa de los fondos mineros

Desde hace años rehuyo el debate sobre este asunto porque aquí, en Asturias, en las cuencas mineras, es casi tabú. Es decir, que me acuso de haber guardado silencio, durante todos estos años en los que se producía esta tremenda estafa. Un engaño en el que los principales perjudicados eran paradójicamente los propios beneficiarios, es decir, las zonas mineras en toda España, que deberían haberse desarrollado con la enorme cantidad de dinero puesto a disposición de los «agentes» que debían gestionarlo.

Nadie sabe exactamente cuánto dinero fue enterrado en las áreas mineras. En Asturias, cada vez que intento averiguar la cantidad asignada, obtengo un estruendoso silencio, o bien me dicen que no se sabe, porque las partidas... bla, bla, bla... El caso es que nadie aventura una cifra. Uno tiene que acudir a la información en prensa para escandalizarse con que, desde 1990, entraron en este país (claro, no podía ser en otro) la friolera de 25.000 millones de Euros. ¿Cuánto de esto vino a Asturias? No se sabe, o sí, pero no se dice. Hombre, se puede hacer un supuesto, digamos que 20.000 millones. Asturias es el principal foco minero en España, así que la cifra no es muy aventurada.

Visito con frecuencia las cuencas mineras centrales y me llama la atención que, en los años 80 del siglo XX ya estaban en crisis, como lo están hoy. Las cuencas siempre están en crisis, qué curioso.¿Qué pasó entonces con los 20.000 millones de euros...? Nada. Se volatilizaron, se gastaron no se sabe en qué exactamente. Pero prejubilaciones, subvenciones a empresas, obras inútiles y otras estupideces los hicieron desaparecer como si cayeran al interior de la chistera de un mago. Pero pasar, no pasó nada, no hay ningún problema. Nadie pide cuentas. Las cuencas están anestesiadas y viven el presente, y sus dirigentes políticos y sindicales continúan insistiendo en que se necesita más dinero, además de mantener la actividad minera, que es lo suyo. Manda huevos.

Claro, uno, como es algo estúpido se pregunta: ¿Pero bueno, toda esa pasta no era para que estas comarcas dejaran de ser mineras y fueran otra cosa? ¿No deberían estar preñadas de actividad industrial al alto nivel para que las generaciones siguientes ya no se dedicasen a la minería? Pues parece que no, porque en las cuencas no hay actividad, la principal de todas sigue siendo la minería. ¿No es una paradoja? ¿No sería que quien manejaba los fondos sencillamente no tenía ni «puta» idea de cómo hacer las cosas? Los fondos mineros fueron utilizados sencillamente para mantener cautivos unos cuantos miles de votos. Mientras tanto, la población era incapaz de rebelarse contra aquellos que les estaban robando el futuro. No solo esto, sino que entraban al trapo cuando les animaban con soflamas a seguir en la lucha, a ir a la huelga, a tirarse a la carretera en marchas hasta Madrid... Así les mantenían entretenidos mientras ellos llenaban su gorda barriga en buenos y caros restaurantes.

Eso, sí. Tienen un maravilloso spa en Felechosa y unas cuantas empresas, creadas a golpe de subvención, arruinadas y sin dar trabajo a nadie... ¡Ah! y una autovía para ir rápido a Gijón a la playa. Eso es justo reconocerlo. Y en todo este periodo al pobre Villa le dio tiempo para hacerse con un poco de dinero y a entretenerse comportándose como un vulgar dictador bananero en un sindicato y en un partido en Asturias, mientras propios y extraños se lo consentían. Qué cerebro este Villa, cómo lo habrá conseguido. Cómo habrá tenido tanto tiempo a tanta gente agarrada por los testículos. No lo puedo comprender, a no ser que estuvieran todos revolcados en el mismo merengue. Eso sí. Ahora le expulsan de manera fulminante del SOMA y del PSOE. Cría cuervos, José Ángel.

Y de todo esto, qué piensa la gente. Pues no lo sé. Yo solo puedo hablar de mi. Villa fue el causante de que yo dejara de votar. Su presencia en las listas me hizo pensar que el sistema había nacido ya podrido. Sus prácticas ademocráticas me ponían los pelos como escarpias y no digo nada cuando le oía algún discurso en plan arenga... No puedo expresar la vergüenza que sentía. Pues Villa no es más que la punta del iceberg, una simple muestra de quién estuvo al cargo de la gestión de 20.000 millones de euros. Hay muchos más Villas al mando del paquebote, así que las cosas no van a cambiar mucho. Todos tranquilos.

07 octubre, 2014

Ébola, España y la ausencia de rigor

Hace un par de meses escribía en este blog sobre el virus del ébola y mostraba mi opinión respecto a las altas probabilidades de expansión al resto del mundo. Es prácticamente imposible controlar que las personas viajen de un lado a otro. Y la prevención basada en tomar la temperatura de la gente que viene y que va no deja de ser una majadería, más, cuando hablamos de cosas tan escurridizas como las infecciones víricas.

A España el virus llegó en los cuerpos infectados de dos enfermos repatriados para su tratamiento. Nuestro sistema de salud es modelo mundial, con toda la razón, por sus prestaciones, pero nuestro país, España es modelo también en lo que podría denominarse falta de rigor. Y esto, la falta de rigor es lo que motivó la aparición de un caso de ébola por contagio directo por primera vez fuera de África.

Contagiarse de este virus no es fácil. Hace falta entrar en contacto con fluidos corporales. Fluidos corporales son sudor, orina, heces, etc. Por eso deben seguirse procedimientos estrictos tanto para cuidar a un enfermo como para hacer la limpieza habitual de la habitación en la que se encuentra internado. Los enfermos, respiran, escupen, tosen, estornudan, orinan, sudan y defecan. Las habitaciones están en presión negativa para que no salga aire de ellas al exterior. Un enfermo en plena efervescencia de la enfermedad encerrado en un habitáculo de unos pocos metros cuadrados es una bomba microbiológica y es obligatorio para los sanitarios guardar las precauciones máximas.

La prevención pasa por la utilización de los medios adecuados: trajes, gafas, guantes... La prevención también pasa por tener una adecuada formación para no cometer errores. Ahora la cuestión está en dilucidar qué fue lo que pasó para que una sanitaria resultase infectada: ¿El material no la aisló adecuadamente? ¿No tenía la formación adecuada y cometió un error?. Cualquiera de las dos posibilidades es plausible y desde luego, la responsabilidad involucra directamente a la Administración. Sería grave que las personas encargadas de el cuidado de estos enfermos estuvieran mal formadas, pero lo sería mucho más que los elementos de protección fueran inadecuados por haber sido comprados a proveedores no homologados, o por ahorrar se hayan adquirido elementos que no cumplían la normativa.

De otro lado está luego el protocolo de seguimiento de los cuidadores de los infectados. Qué esta auxiliar haya acudido a un centro sanitario con fiebre y malestar y no se tomara la decisión de internarla aislada de manera inmediata es un error que puede traer como consecuencia la expansión del virus por todo el continente europeo. Y esa decisión la tomó alguien con nombre y apellidos. La ayudante de enfermería fue enviada a su casa de manera frívola. Es más, no se impidió que se fuera de vacaciones. Ello significa que estuvo poniendo en riesgo de contagio a muchas personas que, obviamente no están controladas, digan lo que digan las autoridades.

Y todo podría haberse evitado con seriedad, con profesionalidad... O sea, con rigor. Parece claro que si la seguridad sanitaria europea depende de España, Europa está en peligro. Y todo por la perversión de confundir la sanidad en un asunto político. No es un problema solo de dinero sino de competencia personal que no tienen ni la ministra ni su cúpula en el ministerio ni la mayor parte de los responsables políticos en las comunidades. Hasta ahora habíamos tenido suerte. Ahora tenemos un problema descomunal.



03 octubre, 2014

Siempre la falta de criterios

En un corto periodo de militancia en IU, en la época inicial de Anguita, asistí a una asamblea en la que se comunicó a los «camaradas presentes» cómo quedaban constituidas las listas electorales por Asturias para las elecciones generales. El secretario, desde las alturas de una mesa presidencial, escoltado de otros circunspectos «dirigentes», como si fuera un comunicado del politburó, leyó con mucha seriedad y no disimulada satisfacción, los nombres de los que iban a concurrir a los comicios. Tras ello hizo un pequeño resumen de quiénes eran y a qué se dedicaban, que no tenía gran cosa de relevancia, salvo ser miembros importantes de la organización. Cuando dio «permiso» para hablar a los asistentes, se hizo un silencio sepulcral. Yo, como era nuevo, y algo maniático con las formas y la transparencia, levanté la mano e hice una pregunta simple: qué cuáles eran los criterios que utilizaba IU para elegir los integrantes de la lista, y qué había que hacer para ir en una.

Se montó un tremendo guirigay. El secretario, casi me insulta, los «camaradas» que me rodeaban me miraban como si hubiera blasfemado en una iglesia... En fin..., que no había criterios, que las listas se hacían, a la española, o a la soviética, o a la que fuera, pero de espaldas a los afiliados. No volví en mucho tiempo a una asamblea, y cuando lo hice, viendo la misma atmósfera, fue para entregarles el carné y explicar a un par de mandamases un par de cosas. Luego, me fui informando de que todo era similar en todas partes y partidos. Los nombramientos colaterales, las listas electorales, todo se basaban en la confianza, en la lealtad o en la estima personal, lo cual indicaba una absoluta y completa falta de criterios. A ver, que alguien me diga, de cualquier partido, sindicato, patronal, o lo que sea, cuáles son los criterios para designar a fulano, mengana, zutano o merengana consejeros de una caja de ahorros. La falta de criterio es la causa de los problemas de las tarjetas de Bankia.

A uno le gustaría imaginar que cuando se nombra a determinadas personas para ocupar el cargo de consejero, o consejera, en una caja de ahorros, los criterios deben ser sólidos: «oiga usted, esta señora ve las hierbas crecer y es honrada a carta cabal». Pues ya me valdría. Pero es que, con toda seguridad, el criterio no es ni ese. Luego, claro, les das una tarjeta de crédito, les dices que son vips y que la caja puede permitirse que sus directivos gasten en cosas, las que sean, en concepto de gastos de representación, y claro, entran al trapo. Y es normal, cuando nombras a gente sin criterios para ello, lo lógico es que te llenes de patanes sin principios y con una moral un tanto despistada. ¿Será solo en Bankia? Porque, mucho me temo que si escarbamos...