30 julio, 2015

Empleo. La gran mentira del gobierno

A veces, las mentiras, a fuerza de repetirlas una y otra vez, pueden dejar de ser percibidas como tales, pero solo en el caso de lo que podrían llamarse asuntos «incontables»... Qué se yo, hay muchos ejemplos: todas las religiones, las dietas milagrosas, lo de que España es una democracia avanzada..., en fin muchas cosas. Sin embargo cuando se intenta mentir con asuntos que podríamos llamar «contables», el resultado final es que siempre te pillan. Eso es lo que le pasa a Rajoy y a su ministra de trabajo con el empleo.

En principio todo parece verdad, porque Rajoy de tonto tiene nada más que la cara, y a mi no me lo parece. Este diabólico personaje y su piadosa ministra de trabajo tiran de EPA y datos del paro registrado y le venden a todo el mundo que hay más empleo. Pero como todo el personal se les echa encima con la tontería de la precariedad, la temporalidad y todas esas monsergas, entonces acuden a la estadística de verdad, a la de la Seguridad Social y proclaman a los cuatro vientos que el número de cotizantes crece de manera sostenida, con lo que apuntalan perfectamente la mentira de que se crea empleo. «¿Lo ven incrédulos? El Gobierno hace lo que tiene que hacer, la EPA dice que hay menos paro y la Seguridad social dice que hay más cotizantes, con lo que el sistema de pensiones está a salvo... Lo hemos arreglado»

Y una mierda. Lo malo de los números es que se puede operar con ellos y que multiplicar y dividir sabe casi todo el mundo, menos, parece, algunos políticos como la ministra de trabajo y el propio presidente. Sí que es verdad que hay más cotizantes a la Seguridad Social, pero la suma de sus cotizaciones es sensiblemente menor a lo que era cuando el PP cogió el timón. En román paladino: en junio de 2015 hay 26.473 cotizantes más que en diciembre de 2011, pero se recaudan 1800 millones de euros menos cada mes. En este enlace está explicado con pelos y señales. Por lo tanto el sistema es menos sostenible que con Zapatero. Parece difícil, pero todavía puede hacerse peor que Zapatero.

Lo que no acierto a comprender es cómo nadie, me refiero a Rajoy, puede tener la caradura de presentar su gestión del problema del empleo y de la Seguridad como buena, si cualquiera, acudiendo a las propias cifras de los ministerios, puede demostrar que es catastrófica. ¿Por que en España los políticos piensan que los electores son imbéciles? Es algo que nunca podré comprender y que me reafirma cada día más en mi opinión de que sostener este sistema de elección con nuestros votos es perjudicial para los ciudadanos. El sistema electoral español selecciona positivamente a incapaces, a mentirosos, a ladrones, a delincuentes y, entre estos a algún incauto honesto que pasa vergüenza cuando lee cosas como esta.

En España no se creó empleo en los últimos cuatro años, solo se repartió más. Si llamamos «trabajo» al conjunto de la actividad a realizar para obtener bienes tangibles, resulta que hay menos «trabajo» del que había. Es decir, se destruyó «trabajo». Lo que se hizo fue repartir entre más una tarta más pequeña. La apariencia es que hay más gente que tiene tarta para comer, pero no por ello el pastel es mayor, al contrario. De hecho, los números lo corroboran: hay más gente con «trabajo» pero ganan mucho menos, porque en realidad hay menos cosas por hacer. Al ganar menos cotizan menos, y a pesar de ser más los que aportan, la cantidad aportada es mucho menor.

Amigo Rajoy, solo se puede engañar al personal con los «incontables»: «hacemos lo que tenemos que hacer». Eso es un «incontable» y es verdad. El Gobierno hace lo que tiene que hacer: el canelo.


25 julio, 2015

¿Son los votantes responsables?

Los gobiernos en general son el resultado final de unas elecciones en las que los votantes otorgan mayorías o minorías. Todo de manera muy democrática, salvo tal vez el hecho de que, más que elegir, en realidad se asiente a una lista elaborada por no se sabe quién o mediante qué oscuro proceso; porque las «primarias» tan cacareadas tampoco van muy allá. Pero la cuestión es que es el modo de elección que tenemos y con él hemos de convivir, a pesar de las decepcionantes y deprimentes consecuencias que en ocasiones acarrea.

Un par de cosas ocurridas estos días muestran esos efectos de nuestro peculiar sistema electoral. Una de ellas de gran calado, la salida a la luz del sumario de la trama Púnica en el que de nuevo se retrata al PP como ese partido ramplón y corrupto en el que los militantes y simpatizantes parecen estar alelados por no darse cuenta del personal que tienen al cargo. Gente como Granados, Marjaliza y otros muchos no pasan precisamente desapercibidos (los caraduras casi nunca lo hacen), y de esto en el PP hay por toneladas sin que, insisto, los militantes se enteren.

Lo que no puede entenderse es cómo no se produce una salida en masa de esa militancia que se dice seria y honrada. De los cuadros nada que decir, porque viven de ello y, claro, viven muy bien. Pero es difícil de digerir que concejales de este partido que ejercen su cargo con honestidad, a la vista de las informaciones que salen, y no dependiendo su manutención de la política, no pidan la baja de inmediato. La transcripción de las conversaciones entre esa gentuza son de tal bajeza y producen tanta vergüenza ajena que, o se tiene un estómago especial para seguir en el partido, o se está en el mismo carro que ella. Así de simple.

La segunda cosa, no por ser de poca enjundia deja al personal menos atónito. Hay cerca de esta ciudad, un ayuntamiento, Corvera de Asturias, en el que un par de concejales de Somos (Podemos) han tomado la bandera de defensa del lenguaje no sexista y han decidido hablar en femenino. Así, con un par. Es un gran problema esto del lenguaje sexista, o así lo ven esta pareja de concejales, por lo que tanto él, como ella, han decidido hablar de nosotras cuando usen primera persona de plural... En fin, toda una decisión delicada y de gran fondo que deja entrever el alto nivel de quienes se subieron al carro del partido de Iglesias. Un nivel tan elevado como el de la gente del de Rajoy o del de Sánchez.

Y a partir de aquí podemos plantearnos la gran cuestión. ¿Hasta dónde los votantes son responsables de que lleguen a la política ectoplasmas de este estilo? Pues, puestos a repartir cargas, podría decirse que, mucho. Con la experiencia que ya se tiene de lo esperpéntico del mundo de los Partidos Políticos en España no hay duda de que estos son los principales responsables. Pero los electores lo son también, y mucho, porque saben perfectamente lo que hay y no tomamos medidas de ningún tipo. ¿Que qué medidas? Pues desde quedarse en casa el día de elecciones hasta acercarse hasta las sedes a ponerlos a parir, pasando por campañas de estar hasta el gorro de ellos en las redes sociales. De no hacerse, lo que sea de este país en el futuro será tanta culpa de la incapacidad de quienes están al mando como de la inacción de quienes los pusieron en la poltrona.

22 julio, 2015

Cristiana Europa. Cristianísima España

Produce tanta indignación y asco la reacción de Europa, y de España, ante el problema de los refugiados en demanda de asilo que es imposible, a no ser que se sea un malnacido, no tomar partido a favor esta pobre gente a la que se le niega sin ningún tipo de compasión el derecho fundamental de todas las personas: un lugar seguro donde vivir y asentarse.

La huída de centenares de miles de personas, tal vez millones, de lugares donde el hambre y la guerra hacen que sea imposible quedarse, es tratada por los países desarrollados como un problema de fronteras y de reparto de cupos. La incapaz Unión Europea, tras reuniones eternas, ha llegado, como siempre, a ninguna parte, o al menos a ninguna solución. Se ha propuesto la acogida de 40.000 refugiados en cupos por países, pero estos han escurrido el bulto, y por diferentes razones han rebajado la cifra inicialmente propuesta, o han dicho que no acogen a ninguno. Con un par.

A los países desarrollados se les llena la boca hablando de Dios, una estupidez como otra cualquiera, pero es así: In God we trust, figura inscrito en la moneda oficial de los EE. UU; de hecho es el lema oficial del país. Durante la elaboración del texto de una imaginaria Constitución Europea de la que ya nadie habla por lo inútil, se presionó todo lo imaginable para que el el mismo quedase reflejada la tradición cristiana de Europa. Por lo tanto, ante tal profusión de alusiones al dios de los cristianos. ¿Dónde está la parte práctica? O es que eso de que los EE. UU. confían en Dios y que Europa es cristiana no es más que algo postizo, maquillaje únicamente, y como tal hay que tomarlo.

¿Y España? qué decir de España. Un país donde cada Semana Santa salen a las calles miles de fulanos disfrazados portando a hombros Cristos crucificados y Vírgenes con puñales atravesando su corazón para demostrar al mundo lo que es ser un buen católico y un buen cristiano a ritmo de tambor y trompetín. España, un país con un gobierno de marcado carácter religioso. Un gobierno con miembros casi santos, como el ministro del Interior, que da medallas a la mismísima Virgen María, para ganarse un buen sitio en el cielo, imagino. España es más que cristiana, es... la más cristiana de todas las naciones. La cristianísima España. ¿No debería un país así decir: «todos para mi, aquí somos cristianos de verdad»...Ah, que no, que eso son cuentos... Vaya.

Pues ni la cristiana Europa ni la cristianísima España ni los que manifiestan su confianza en Dios, allá, al otro lado del Atlántico parecen haber leído la parte en la que se dice que el prójimo debe ser amado como uno mismo. Algo que tiene claro quien esto escribe a pesar de ser un pobre y despreciable ateo convencido. Este principio cristiano debería estar por encima de todo para quien tiene presente siempre a Dios, por encima incluso de la conveniencia política. Aunque, claro, siempre puede suceder que los que huyen de la guerra y del hambre no sean prójimo, y siendo así no hay ninguna obligación.

Malditos hipócritas insensibles.

17 julio, 2015

¡Alarma, alarma... Rectifican a La Prensa!

Debe ser que algunos no entendemos el porqué de tanto revuelo porque no estamos preparados, o simplemente no somos lo suficientemente maduros ni profundos. Pero, ¿de verdad es un problema que el Ayuntamiento de Madrid cree un blog para rectificar a la prensa cuando lo que se dice en esta es falso o no se ajusta a la realidad? Me perdone el respetable, pero yo no veo que sea nada malo. Al contrario, opino que es sumamente sano para hacer que los periódicos informen a sus clientes con cierto rigor y precisión.

He visitado el famoso blog del Ayuntamiento de Madrid, Versión Original, y todavía entendí menos los nervios en prensa y mucho menos, claro, las declaraciones de los políticos, que en este país parecen ser el paradigma del charlatán: hablan sin pensar. Hasta editoriales de la prensa dominante se le dedicaron a esta famosa web con tan solo cinco entradas a día de hoy, la última del pasado día 13 de julio, en las cuales lo único que se hace es aclarar que determinadas informaciones difundidas que eran erróneas. ¿De verdad, de verdad esto es un problema?

¿No será que la rectificación con datos y pruebas causa resquemor a la prensa porque resta ese sensacionalismo y ese estado permanente de medias verdades de las que vive? ¿No será que los nuevos inquilinos del Ayuntamiento, al no tener un periódico oficial, de este modo dejan de ser presa fácil de los medios hostiles? ¿O no será que al verse retratados en vergonzantes rectificaciones se esté viendo cierta carencia de profesionalidad y de dignidad?

La web, con rotundidad, pero sin alardes pone en evidencia tanto al periodista que recoge la información y hace el titular como al medio que lo publica. Lo que hace que me pregunte. ¿Hasta donde son creíbles las informaciones de la prensa, incluso de lo que podría considerarse prensa seria? Uno siempre pensó que había en España cuatro o cinco empresas del sector, cada una de su padre y de su madre, pero con algunos principios inalterables: la veracidad por encima de la afinidad ideológica. Pero veo que no. Ya empecé a sospechar cuando tras el 11 M, a Zarzalejos, que se negó a publicar que aquello había sido obra de ETA le costó su puesto de director de ABC.

En fin que lo que se pretende es que si se publica una información no ajustada a la realidad, el sujeto de la misma no tenga derecho a, por sus medios, contradecirla, en un acto completamente legítimo de defensa de sus intereses y en un ejercicio simple de la libertad de expresión. Es decir, que lo que pretende la prensa es que su realidad sea la que impere, aunque no se ajuste a los hechos, vamos la realidad irreal. Pues lamento no estar de acuerdo. Y además tampoco me parece que sea nada grave que, con la cantidad de informaciones que se publican sobre el Ayuntamiento de Madrid, haya que armar tal escándalo porque se haya enmendado la plana en cinco ocasiones, cinco tan solo, desde el 23 de julio que se creó la página.

De los políticos y sus declaraciones haciendo comparación de este blog con lo que sucede en regímenes totalitarios para qué hablar. Para qué hablar de quien casi cada día hacen méritos para que la población en general se avergüence de ellos y de los partidos que les sostienen. Casado, el ministro Catalá, Carmona y unos cuantos más..., de verdad, me hacen dudar de si realmente no habría que hacer un examen de sentido común para quienes se dedican a lo que debería ser el noble oficio de representar a tus conciudadanos.

14 julio, 2015

La justicia no existe

No me refiero a la justicia de los jueces, sino a esa de la que el mundo está necesitado. Esa que los creyentes llaman justicia divina, y que, como su dueño, nunca se hace patente ni se manifiesta. Si esa justicia existiera la situación sería diferente. Los causantes de los sufrimientos de los pueblos estarían purgando sus pecados condenados al ostracismo más absoluto y a trabajar sin descanso durante todo lo que les quede como vivos para purgar los pecados contra sus semejantes.

La justicia que existe, en realidad la que siempre existió, es la de los prestamistas. Esos que siempre cobran. Esos que guardan en sus cajas de caudales, más que dinero, garantías de que lo que prestaron les será pagado con creces, o por el prestatario, o por sus herederos. Y por debajo de esto solo injusticia, iniquidad, abuso, atropello... El juego es sencillo. Los prestamistas ponen el cebo: toma lo que necesites de lo que yo tengo; los gobernantes abyectos entran al señuelo y piden, y de lo que piden se quedan con una parte, casi siempre de manera «legal», y cuando necesitan más piden más, y se quedan con más. Y así hasta que llega un momento en que el prestamista dice ya no te doy, ahora págame.

El pueblo, ajeno a todo, instalado en lo que para él es una situación bonancible, se encuentra de repente con que aquello de lo que disfrutan no es real. Nada de lo que tienen está soportado ni por el más débil andamiaje: todo es arena. Y todo comienza a desmoronarse, y quienes construyeron ese mundo feliz basado en pedir y pedir, en deber y deber, ni están ni se les espera, y se están no asumen su responsabilidad. Y el pueblo «soberano», que de repente repara en el gran engaño, vuelve a dejarse engañar por quien promete lo que no tiene y lo que sabe que no puede conseguir, engañado él también al pensar que la ley de los prestamistas se puede subvertir.

Los anteriores gobernantes griegos, no Tsipras, son responsables de que su país y su pueblo, se hayan convertido en espectros. Grecia es una máquina que solo puede moverse si alguien desde fuera le proporciona combustible. Los griegos, gobierno actual y pueblo «soberano» tienen ahora el «deber» con los prestamistas. Quienes generaron la realidad actual no están visibles, pero disfrutan de una gran vida. Su recién elegido primer ministro acaba de vender su alma, la suya y la de su pueblo a la negra oscuridad. Había prometido el reino de Jauja, pero quia. Los prestamistas se toman venganza por sus conatos de rebeldía. Ahora le dan más dinero si lo quiere, pero debe ofrecer garantías, y la garantía es su propio país. Grecia pasa a ser una colonia. Igual que un día, tal vez no muy lejano, nos pasará a nosotros si no nos sacudimos las pulgas a tiempo.

En España nadie hay que mejore nuestra situación. Ni Podemos ni el PP. Y si esperamos por el PSOE, Ciudadanos o IU, creo que tendremos espera. Nadie nos va a decir la verdad, nos la van a disfrazar. España debe el ciento por ciento de su PIB a los prestamistas. Yo seguiré sin votar, y como yo unos cuantos millones. Pero si estoy dispuesto a vender mi voto por cero euros. Se lo venderé a quien me hable con la verdad y me diga que su objetivo es que el país reduzca su deuda, la contraída por los patanes que nos gobernaron los últimos veinte años para su propio beneficio. No es cuestión de ideologías, ni de quitas ni de auditorías; lo que debemos fue pedido por nuestros gobernantes elegidos por «nosotros, el Pueblo». Al final es economía familiar. Hay que reducir la deuda aunque para comer haya poco y sepa a hiel. Hasta que no tengamos una economía doméstica saneada no empezaremos a levantar la cabeza. Y por mucho que Rajoy diga que las cosas van bien y que toda la oposición prometa la luna, la única realidad es que estamos en la ruina y ahí fuera, en el circo de la política no parece haber nadie capaz de hacer mirarse al espejo a este país y hacerlo reaccionar.

Así es España. Ya era así con Unamuno y lo dijo por activa y por pasiva. Nada hay nuevo bajo el sol. La justicia, la de verdad, no existe.

07 julio, 2015

Dignidad sin liquidez

http://luistaboadarodriguez.blogspot.com.es
Grecia dijo basta. Los griegos son un pueblo digno. Ellos mismos dijeron un NO rotundo a las demandas de mayores estrecheces de Bruselas. Muy bien; todos lo han entendido y ya saben que el pueblo dijo basta. Pero el dinero lo debe Grecia y quien da liquidez es el BCE. Bien. ¿Qué va a hacer Grecia con su dignidad. ¿Pagará con ella a sus incontables pensionistas? ¿Dará trabajo a sus parados? ¿Pesa algo la dignidad en el PIB? Está claro que la respuesta única a todas estas preguntas es NO. UN no tan rotundo como el que los griegos dijeron a La Europa acreedora.

Personalmente me apena que un país acabe por pagar lo que sus gobiernos gastaron mal. Es dinero mal gastado todo aquel empleado en el enriquecimiento personal o en la compra de votos mediante ofertas sociales de alto coste. El sur de Europa es maestro en este ejercicio. La corrupción política está más que asentada (España, Grecia, Italia) y el apuntalamiento del poder mediante soluciones de vida a cuenta del Estado para todo hijo de vecino (prejubilaciones, jubilaciones anticipadas, incapacidades más que dudosas, etc...) fue una práctica empleada en exceso por los gobernantes, sin importar el coste para conservar el poder. Cualquier gasto era poco siempre que rindiera votos.

En España estamos pagando estos errores. Los aeropuertos sin aviones, las autopistas fantasmas, las obras sin sentido a cuenta de créditos otorgados por entidades gestionadas por verdaderos delincuentes provenientes de partidos y sindicatos principalmente. Las Cajas fueron a la ruina y lo pagamos los españoles. Todo por unos votos. Pero hay más. Los millones de jubilaciones anticipadas  sin sentido en la banca, en la minería, en la siderurgia, en las comunicaciones y en otros sectores costaron, y aún cuestan, al Estado cantidades enormes que ni podía ni puede pagar sin endeudarse. Pues lo mismo en Grecia, solo que peor. Pero una vez en este punto. ¿Es el pueblo quien tiene que hacer sacrificios? ¿Es el pensionista, con derecho legal a serlo, quien tiene que ver recortada su pensión? ¿Tiene que pagar el grueso de la sociedad lo que hicieron solo unas élites que se van a marchar de rositas?

La respuesta es NO, un no rotundo y de justicia. Pero lo malo es que el sistema está montado para que sea así. Los compromisos adquiridos por personas individuales al cargo de un país, al final, son compromisos del país, de la sociedad. Ese es el gran drama de Grecia, y de España. Las enormes cantidades de dinero de que disponen quienes se beneficiaron del sistema están a buen recaudo en paraísos fiscales, mientras el pueblo, mediante enormes sacrificios, paga las deudas contraídas. Lo malo es que en Grecia la capacidad del país para generar ingresos a partir de recortes sociales ya llegó prácticamente al límite. Por eso su deuda es impagable a pesar de las quitas que ya se hicieron.

Grecia intentó legitimarse con un referéndum. Pero me pregunto qué pasaría si en los países acreedores se hiciera un referéndum para que el pueblo dijese si se le perdona la deuda a Grecia o se la estrangula para que la pague. ¿Alguien puede imaginarse lo que dirían alemanes, holandeses, belgas, luxemburgueses, e incluso españoles, franceses o italianos? En cierto modo si Tsipras decidió preguntar a su pueblo, también podría hacerlo Merkel.

Mucho me temo que estamos metidos en un buen lío. Un lío del que solo se saldrá si se toma el problema griego y del sur (España e Italia también) como un gran error cometido por las élites insaciables y por un pueblo que asintió. Un lío del que solo se saldrá si se articulan leyes para que no vuelva a suceder nunca más. El problema de Grecia es ya más una cuestión humanitaria que política. Grecia debe hacer reformas legales rotundas, pero el pueblo necesita seguir comiendo para no morirse. Esta es la única cuestión. Tsipras está legitimado, sí. Pero debe pedir humildemente ayuda so pena de que su pueblo sufra lo indecible. Ser digno es bueno, pero demasiado orgullo no beneficia a nadie.

04 julio, 2015

Muy bien, Mariano. Así se hace

La verdad, Mariano, es que eres un fenómeno. Hables de lo que hables y decidas lo que decidas. Estos días me estás dejando epatado, o sea, deslumbrado, que viene a ser lo mismo pero menos francés. Así que prefiero lo de epatar, que para lo tuyo es más preciso. Porque tú eres un tipo fino. Fino de verdad. Un fino analista, estratega, líder y gobernante. Y además de fino, serio. Tú eres un tipo serio, Mariano, e inteligente, que nadie te diga lo contrario. Lo que pasa es que los envidiosos, los que están en tu contra, no lo quieren ver.

Estos días hablaste de la situación de Grecia y, cómo no podía ser de otra manera, diste en el clavo. Los griegos están como están por la irresponsabilidad del gobierno radical ese que tienen y por el Tsipras, un rojo peligroso. No como en España, que todos los males son por la herencia recibida de los socialistas, que malgastaron todo lo que había en caja y terminaron con na etapa de progreso iniciada por vosotros. Vosotros, el PP, el único partido que crea riqueza en España. Totalmente demostrable.

Menos mal que estuviste tú aquí para arreglarlo. Es que estos socialistas no tienen ni idea. España es un país de obreros y de camareros; bueno y de agricultores, pero esos ahora no son el problema. Los putos socialistas acabaron con el trabajo de los obreros porque jodieron la construcción y casi terminan también con el turismo por no cuidarlo. Pero tú creaste puestos de trabajo. Qué es eso de que en España no hay trabajo. Claro que lo hay. Se bajan los sueldos, se pone barato el despido y los pequeños empresarios contratan más, ponen los precios más baratos y el turismo a funcionar. Que miren los socialistas como está la costa ahora. Da alegría ver el bullicio. Precios populares y media Europa del norte se planta aquí. Nos habían dejado porque habíamos quitado lo típico y todo estaba más caro. Claro, se iban con los moros. Pero ahora no, porque aquí ya todo es como era antes y además de simpatía, que es lo suyo para atraer turistas, hay seguridad.

Ahora te critican porque bajaste impuestos y dicen que es una mierda de nada, Cien o doscientos euros al año según ganes. Te critican porque dicen que estás comprando votos. Y una mierda. Estás activando la economía y el turismo. Qué listo eres, Mariano. Cada español, con esos doscientos euros va a ir a los chiringuitos y a los restaurantes a comer sus pescaitos y de esta manera se activa el turismo interior. Tú a lo tuyo, Mariano. No les hagas caso. Diles que comprar votos fue lo de los cuatrocientos euros aquellos, lo de las bajadas salvajes de impuestos y lo del cheque bebé, que medio arruinaron el país. Que sobraba dinero en caja, decían. Mira tú si lo tuviéramos ahora. Darías hasta becas, que tuviste que quitar por culpa de sus alegrías, no porque quisieras.

Tú a lo tuyo, Mariano, que los españoles de verdad seguiremos votándote fieles. Eres nuestro héroe.