21 noviembre, 2011

Menor participación II

Bien. Ya se ha votado y por lo que parece la abstención fue del 28,3% solo un 2,2% mayor que en 2008. Nada que decir: el pueblo ha hablado.

He creído conveniente argumentar por medio de este blog el porqué de abstenerse. Probablemente alguno de los que me sigue lo haya hecho habiendo tomado como buenos mis argumentos y con eso me basta. El objetivo que persigo tiene que ver más con hacer que la gente se rebele y piense por si misma que con la obtención de resultados políticos.

Insisto en que la abstención habría sido un revulsivo para avanzar en la democratización del sistema. Pero los votantes acudieron en número suficiente para legitimar al gobierno futuro, así que no hay nada que decir. Estoy convencido que una abstención en torno al 40% habría sido buena. El PP habría ganado igual por mayoría absoluta, luego tendríamos un gobierno fuerte; el PSOE habría obtenido resultados peores, por lo tanto se vería obligado a una renovación profunda; y en las agendas de los dos partidos estaría el análisis del descontento con el sistema y el probable aporte de soluciones.

El objetivo de mi llamada a la abstención era, entre otras cosas, conseguir que se afrontara una reforma de la ley electoral. Pero, insisto, no pudo ser.

No obstante seguiré insistiendo en esto una y otra vez. La ley es injusta y la vamos a sufrir todos a partir de esta legislatura con más crudeza de lo que creíamos. Fuera de la crisis, cuya solución debe ser cosa del futuro gobierno, nos vamos a enfrentar a un problema parlamentario de primera magnitud. El engendro de ley Electoral se transformó en monstruo y otorgó a los independentistas vascos, por ejemplo, 7 escaños y grupo parlamentario, con lo que eso conlleva, por el módico precio de 333. 628 votos, eso sí bien concentrados en su reducto. Y sus señorías van a tener que escuchar su música monocorde.

En el otro lado UP y D con el triple de votos, 1.140.212, llega por los pelos a 5 diputados. ¿Tiene esto sentido? No me extraña que IU y UP y D clamen por el cambio de una ley tan absolutamente absurda. El problema es que, por mucho que se desgañiten los dos grandes partidos nunca van a estar interesados en acometer un cambio en profundidad, porque no les importa el avance, su objetivo es la pervivencia. Una mayor abstención les habría obligado a actuar.

Rosa Díez lo intentará, seguro, tiene capacidad argumentativa para presionar en este sentido, mi voto hubiese sido para UP y D de haber acudido a la llamada. Cayo Lara me ofrece más dudas; IU tiene un corsé en sus ideas y mucho me temo que no vaya a estar a la altura en sus intervenciones... Tiempo al tiempo.

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