19 mayo, 2016

Bajamar

Cuando era un crío, hace ya mucho, mi padre solía preguntarme cómo iban las cosas por el colegio. Lo hacía siempre, a mitad de trimestre, más o menos. Yo le decía que bien, por supuesto, aunque en realidad estudiaba lo menos posible. Mis intereses se centraban más en jugar que en estudiar, por eso le contestaba así, para quitármelo de encima. Sin embargo, él, muy tranquilo siempre me decía que muy bien, que no había problema, que al final del trimestre había bajamar y con la bajamar todo quedaba al descubierto... Y las notas corroboraban sus temores.

Rajoy, paternalista él en apariencia, es en realidad como un chiquillo. Si se piensa bien hay muchos políticos que son como chiquillos, pero en Rajoy, en el PP en general, este comportamiento es más acentuado. Se inventan sus propias mentiras, que además se creen, y las proclaman a los cuatro vientos para que, a fuerza de repetirlas, los demás, nosotros, El Pueblo, nos las creamos también. Pero, claro, no cuela.

Nos decía el PP, aparte de que Zapatero era el culpable de todo, que se estaba creando empleo. También nos decía que se estaba ganando credibilidad como país, la prima de riesgo bajaba. Del mismo modo pregonaba que crecíamos fuertemente, vamos, que éramos la locomotora de Europa. Y que éramos respetados por toda la Unión porque España, el Gobierno de España, era serio y cumplía sus compromisos.

Era tan evidente que nuestra deuda pública era insostenible; que no se creaba empleo, sino que se destruía (se trabajaban menos horas que hace cuatro años); que la economía no iba bien, que los compromisos con la UE no se cumplían, que no se entiende que no se tomasen medidas que no fuesen que todo el esfuerzo debían hacerlo los más desfavorecidos. Medidas que no fuesen adelgazar  fuertemente a la llamada clase media, tanto en número como en volumen, hasta casi su supresión. La clase media baja, pasó a ser directamente baja y la media media, a media rasa merced a los esfuerzos demandados. Era tan evidente que se estaba beneficiando interesadamente las clases altas, que resulta difícil de explicar que no hubiese serios altercados en ñas calles. Pero el país está dormido, quizá de tanto fútbol y telebasura, que sé yo.

La consecuencia de todo lo anterior es la tremenda desigualdad creada en la sociedad española y el tremendo agujero de las administraciones públicas. El gobierno que salga después de las elecciones del 26 de Junio próximo tendrá que hacer encaje de bolillos, sea o no del PP, para cuadrar las cuentas con el objetivo de déficit y para poder hacer frente a la ciclópea deuda pública. Poco margen quedará para aquietar los sufrimientos de las capas sociales menos favorecidas que tanto despreocupan al PP y a los poderes económicos. Poco margen, o ninguno. El PP hizo un buen trabajo. Lo que quede, debe ser usado antes para pagar la deuda que para comprar el jarabe del niño que tose. Y en esto el PSOE es tan culpable como el PP.

Quiero pensar que, gobierne quien gobierne, siempre hay un espacio para la esperanza. Para muchos, y me adhiero a este movimiento, los ricos tienen que poner su parte y ver fuertemente incrementada su aportación a las arcas públicas. Los ricos, las empresas y todos aquellos que gocen de privilegios fiscales. Y esa parece la única salida a corto plazo. Pero Rajoy dice que bajará impuestos si gobierna. El PP no puede gobernar, sería un suicidio para el Estado. Rajoy carece de principios morales. Hizo un presupuesto para 2016 que era una trampa para quien le tocara gobernar que no fuera él. Bajó impuestos con el único objetivo de conseguir votos con un coste de 10.000 millones sin pestañear. Rajoy es como Maduro: si se hunde él, se hunde el País. ¿Qué asesores tendrá?

Qué pena, qué oportunidad perdida de echar al PP de la Moncloa. Probablemente muchos a los que el pacto PSOE Ciudadanos les sabía a poco, lo echen de menos algún día. Pero de nada sirve llorar sobre la leche derramada. Esto es lo que hay. Y la marea bajó, Mariano. Mira a tu alrededor: suciedad, restos, basura, corrupción, engaños, deudas, desolación, pobreza, desigualdad... Aunque siete millones de invidentes te voten, eso no te da derecho a llevarnos a todos contigo al puto infierno.

1 comentario:

Bond dijo...

No home, lo que pasa ye que "no han sabido comunicar" los buenos resultados, no éstos que la conspiración antiELLOS se empeña en presentar