12 septiembre, 2011

Educación, productividad y gasto


No conozco en absoluto los intríngulis de las escuelas ni de los colegios públicos, pero estoy seguro de que muchas de las necesidades adicionales que puedan aparecer en un centro, y digo muchas, no todas, pueden ser cubiertas por el personal adscrito al mismo con un poco más de dedicación o con alguna hora más de trabajo. Claro que aquí tropezamos con el empecinamiento sindical, que no quiere ni oír hablar de la supresión de contratos de interinidad o de que la bolsa de trabajo del profesorado no se mueva como ellos esperen.

Tampoco conozco la gestión de los centros de enseñanza privados, pero estoy seguro de que las eventuales necesidades que puedan surgir en ellos, o bien están programadas y la organización las absorbe, o bien cuando aparecen son tratadas de forma menos ligera.

Los políticos dicen que no se puede tocar el gasto en educación. Claro que hacen electoralismo, que para eso están, en lugar de para dar solución a los problemas, y las elecciones están cerca. Así que, de recortes nada. De hacer algo, que lo haga el Gobierno Zapatero, que aunque le caigan unos cuantos palos más no pasa nada y el curso empieza antes de la fecha de las elecciones.

A mí me gustaría que alguien cogiera el problema con seriedad y dijera que lo que no se puede tocar es la calidad en la educación o las prestaciones del sistema educativo. Pero que no se toque esto no quiere decir que no se pueda gastar menos para conseguirlo. Y si ese gasto obliga a reducir las contrataciones de interinos y los que tienen plaza tienen que dar mayor productividad, pues sea, que a ningún empresario se le puede obligar a contratar a más personal del que realmente necesita, y el Estado tiene que comportarse como un empresario, y con más razón en estos momentos económicamente delicados.

Los sindicatos mejor harían en aportar soluciones a los problemas en lugar de poner palos en las ruedas. La educación debe ser tratada con exquisitez, pero todo sistema admite una vuelta de tuerca cuando las cosas no van muy bien.

1 comentario:

Luis dijo...

Usted escribe: Los sindicatos mejor harían en aportar Soluciones de Los Problemas en Lugar de poner palos en las ruedas.

La razón preeminente e inalterable de ser de los sindicatos, es la promoción y protección de los intereses de sus miembros y dirigentes. Esperar algo diferente de ellos, es estar a espera de nieve en las playas de Grecia.

Lo que si se debería esperar de los gobiernos, es proteger el bien común en vez de entregarse continuamente a las demandas de (por ejemplo en este caso) los sindicatos de la enseñanza, concediéndoles derechos, privilegios, protecciones, compensaciones y beneficios más allá de lo que otorga la empresa privada. Sin embargo, eso podría significar la diferencia entre ganar una elección y perderla. ¿Quién va a ser el primero en ir en contra la corriente? Se trata de combatir normas que benefician a una cifra importante de ciudadanos y ciudadanos que suelen estar bien organizados.

Luis de Agustin