27 julio, 2012

Y bien, ¿alguien tiene un plan?

En España hay 23 millones de personas en disposición de trabajar, es decir, son lo que se llama población activa. De esta, el 24,6 %, esto es, 5,7 millones, están con los brazos cruzados. Ante tal situación todo el mundo se alarma, grita, clama, se rasga las vestiduras, se tira de los pelos, ... en fin, todo tipo de aspavientos. ¿Pero alguien hace realmente algo por reducir esta tasa, por dar trabajo a la gente, por crear, en definitiva actividad? NADIE.

Por lo que puedo percibir, cada día más personas en la sociedad están hastiadas de que los políticos no hagan su trabajo, de que los sindicatos no se dediquen a lo que se tienen que dedicar y de que las organizaciones empresariales estén más a ver cuanto se ahorran en despidos que a ver cuanto se benefician por contratar más. Y este hartazgo llega a un máximo cuando uno ve que todos estos "agentes" (que no sé por qué los llaman así, si no hacen nada), todos sin excepción dicen que reducir la tasa de desempleo es prioritario.

Muy prioritario, sí, de la máxima prioridad pero NADIE ha levantado el dedo para decir que tiene un plan para generar actividad en el país. Bueno, primero Zapatero y luego Rajoy hicieron una reforma laboral cada uno: un éxito las dos, oiga. Como si la creación de actividad y de empleo estuviese ligada al tratamiento administrativo de la contratación o del despido. Valiente estupidez.

Yo no creo que ningún parado sea feliz, es más, estoy seguro de que ninguno lo es. Pero tampoco me puedo creer que entre todas las cabezas que se nutren de nuestros impuestos en todo el abanico político, sindical y empresarial, pero especialmente en el político, no haya nadie capaz de liderar un plan de recuperación. Solo hay voluntarismo: "Nuestro objetivo es reducir el desempleo". Vale, y el mío ser multimillonario. Ambos objetivos son muy loables, pero igual de subjetivos: ninguno se acompaña de un plan de acción estructurado. Por lo tanto: humo.

Oigo a alcaldes, diputados autonómicos, gobiernos regionales, ministros, diputados nacionales, ... A toda la superpreñada  estructura del estado decir que la prioridad es terminar con el desempleo generado por la crisis. Pero nadie tiene un plan. Nadie sabe cómo hacerlo, nadie sabe qué podemos fabricar, vender, exportar, introducir en el mercado... Claro, está difícil, como ya no hay casas por hacer (este filón lo agotaron Aznar y Zapatero), pues no tienen ideas...

Los ciudadanos pagamos nuestros impuestos y de ellos sale todo, incluido el sueldo de políticos, sindicalistas, etc... Pues, en una empresa normal, si a uno le pagan un salario  y no saca adelante los objetivos establecidos en su actividad, se va a la calle. ¿Habrá que echar a la calle a todos estos tipos que nos dicen que la reducción del desempleo es una prioridad?

Por favor, que alguien haga un plan para generar actividad, aunque sea malo siempre será mejor que no tener ninguno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Parece ser que el problema radica en que nuestras entidades bancarias no tienen dinero para prestar. Muchas hubo que rescatarlas para que, según se argumentó desde los gobiernos de ZP y de RJ, las personas que tenían en ellas sus ahorros los pudieran mantener. Si ello es cierto, mal lo va a pasar cualquier emprendedor si desea que algún proyecto suyo salga adelante. Si además, para recapitalizar esos bancos-cajas el Estado se empufó hasta el punto de que no se si ni siquiera podremos devolver los intereses del dinero que se nos prestó, mal panorama nos espera. Se despilfarró. Los distintos Gobiernos no fueron capaces de crear actividad económica alternativa al ladrillo en las épocas de bonanza económica, lo que nos llevará a un largo camino de penurias hasta conseguir suficiente producción ajena al ladrillo y a la especulación del suelo para salir de este marasmo económico en el que se encuentra inmersa nuestra nación. No sé para qué tanto político ni tantos asesores si no nos han servido ni para detectar el inmenso agujero del impago hipotecario de la vivienda ni para ponerle remedio. Así las cosas, creo que Vd. o yo, o cualquiera que lea este post, puede pensar con razón que lo haría mejor de lo que se ha hecho, porque ninguno de nosotros con nuestro dinero hubiéramos llegado a tamaño endeudamiento personal que solo podría solventarse si llegásemos a vivir tanto como Matusalem, además de trabajar duro y ahorrar hasta el último céntimo posible. Alberto Sierra