03 junio, 2014

Abdicación

Esta es la manera de dimitir de los reyes, la manera de dejarlo. Es como si dimitir estuviera mal visto, así que, el cargo, el de rey, pasa a un sucesor. Juan Carlos abdico en su hijo y heredero, Felipe. El rey lo dejó por las razones que fuera y se retira a sus aposentos privados para gozar de un merecido descanso, o inmerecido, quién sabe, que en esto, como en todo, hay opiniones diversas.

Personalmente opino que Juan Carlos prestó buenos servicios a España. Desde luego no le estoy agradecido por haber traspasado al pueblo, al jurar la Constitución, los poderes que le habían sido otorgados de manera arbitraria por un dictador. Hacerlo era lo normal en alguien con dos dedos de frente, so pena de enfrentarse, antes o después, a un follón de aquí te espero. Pero también podía no haberlo hecho. Este fue un buen servicio, así como también lo fue tomar partido el 23 F del lado de la legalidad constitucional. Su abuelo Alfonso XIII, en otro momento, se puso del lado de Primo de Rivera y le costó la corona. Sí; definitivamente prestó buenos servicios y justo es reconocerlo.

Es verdad también que en los últimos tiempos tuvo mala suerte y se le fue un poco la pinza. La mala suerte con las niñas y los yernos, que le metieron en unos líos tremendos, y lo de la pinza con las expediciones de caza por diferentes latitudes, desde los Cárpatos a la Sabana africana, para abatir urogallos, osos y elefantes. Claro, un rey no va a cazar gorriones, o conejos, tiene que disparar sobre piezas de otro rango cinegético. De sus asuntos privados, de alcoba, ni quiero ni tengo el derecho de opinar.

Con la salida de Juan Carlos de la institución surge en la sociedad el debate de si la monarquía debe ser, o no, la forma del estado: Reino de España o República Española. Es lógico que una parte de la sociedad reclame una resolución de este debate. La monarquía, aunque apreciada por un amplio sector, no deja de ser algo impuesto por la dictadura franquista. Franco le había nombrado sucesor y se hizo su voluntad: el "heredero" reinó casi cuarenta años, que no está nada mal.

Tengo claro que la elección de la forma de estado, monarquía o república, es una pregunta pendiente y que solo puede contestar el conjunto de los españoles en referéndum. De esto no hay ninguna duda. También estoy convencido de que el país puede funcionar igual de bien siendo una cosa u otra. Nadie puede vender que la República Francesa es mejor o peor país que el Reino Unido de la Gran Bretaña, o que el Reino de Holanda. Son modelos diferentes. Lo importante de un país es su calidad democrática y social, y esta no viene determinada por la forma de estado. O lo que es lo mismo; un reino como Suecia tiene un nivel de democracia y de libertad a años luz de una teórica República Española soportada por las actuales leyes básicas: Constitución, ley Electoral, modelo autonómico, etc...

Tal vez, sin olvidar un futuro referéndum, deberíamos orientar bien el tiro. Felipe puede ser un buen catalizador para iniciar las maniobras de regeneración de nuestro sistema, completamente descompuesto: con partidos que andan como pollos sin cabeza; con la mayor parte del electorado en la abstención, o en el voto en blanco; con nacionalismos que intentan pescar en río revuelto; y con un sistema judicial en connivencia con el poder político, que no garantiza nada, y que constituye un peligro cierto.

La regeneración. Esta es la prioridad. Este es el objetivo que deberían tener quienes manejan el paquebote: reorientarlo y hacerlo navegar con rumbo seguro. Una vez conseguido esto, entonces sí, entonces preguntar. ¿Monarquía o República? Y el pueblo decidirá sobre algo que lleva demasiado tiempo pendiente de respuesta.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pocos días antes de su muerte, el Sr. Santiago Carrillo dijo en una entrevista a una televisión española que el tema republicano debería aparcarse durante un tiempo para después retomarlo con calma y frialdad. Por pura lógica, la posibilidad de que cualquier persona nacida en España pueda ser Presidente de una República mientras que no de una Monarquía, incita a sustituir esta por aquella. Ahora bien, ¿estamos los españoles capacitados en estos tiempos para aceptar un Presidente de la República que
no comulgue con nuestras ideas? Me temo que no. Dos ejemplos: 1º) el precedente de las dos Repúblicas habidas anteriormente y su finalización; y 2º) ¿qué sucedería si el Presidente del Gobierno, Sr. Aznar, lo hubiera sido de una República y nos metiese, como en su día hizo, en una guerra como la de Irak? ¿Aguantaríamos estoicamente una decisión que iba en contra del noventa y cinco por ciento de la opinión de los españoles? No, claro que no. Si el Presidente de la República Francesa puede tomar la decisión de meter al país en una guerra al igual que el Presiente de USA, ¿por qué no se le puede dar esa potestad al que saliera elegido para ese cargo desde las urnas españolas? ¿Quién lo limitaría a tener esa posibilidad? La Constitución. Y pregunto yo: ¿por qué no un Rey con sus poderes muy regulados por una Constitución estricta, que de no cumplirlos se le puede expulsar de la máxima Jefatura del Estado? Como bien dice Sr. Arribas, ¿dónde radica las diferencias democráticas y sociales entre las Repúblicas Francesa o Alemana y las Monarquías Parlamentarias del Reino Unido o de Suecia? Lo que deseo es paz entre todos los españoles y, lógicamente, prosperidad y equidad. A. Sierra.

Jesús Arribas dijo...

Un comentario muy acertado, Sr. Sierra. Tiene razón. No me puedo imaginar el follón que se montaría a la hora de determinar los poderes del presidente, que ahora descansan en el gobierno.

Luis dijo...

Refiriéndose usted al Rey De España Juan Carlos, escribe que “De sus asuntos privados, de alcoba, ni quiero ni tengo el derecho de opinar.” Gracias por resistir la tentación, ya que la vida personal del rey es lo único que tiene importancia. Lo demás es todo teatro.

De acuerdo que el Rey ha prestado buen servicio a su país. Servicio innecesario. España puede perfectamente sin rey, monarquía, y todo ese engaño que representan para el pueblo. Que en este siglo un país de primer mundo piense que necesita Corona para existir de mejor manera, debe de ser remarcado continuamente como el embosque continuo que representa.

Que existen hombres mayores que vean la situación actual de vivir en un país con monarca (irrelevante que sean sus podres), parece cuestionar el deseo de ser hombres soberanos en vez de hombres bajo soberanos.

Ya está bien de este cuento de hadas.

Que repugnancia insultante que el Presidente Rajoy dice “no” a un referéndum ahora y jamás, y que aunque llegara a pasar, no existe manera en la Constitución para quitar la monarquía. Pues que lindo y que bien para los quienes son los amos de la nación y manipulan todas la maneras existentes que mantienen al pueblo dentro del sueño de Blanca Nieves, mitos valiosos, y fantasiosos cuentos de príncipes y reinas. Que pueda este estado de gobierno existir, parece una burla.

Nadie desea más que bien para el rey y toda su familia – fuera de los palacios. Que duerman con quien quieran, y que los chismosos sigan todas sus aventuras – como las de los reyes y reinas de Hollywood. Que se queden con todos los títulos que les correspondan – bajo una república.

Luis de Agustin