09 septiembre, 2014

Tordesillas, pueblo sanguinario

Estos días atrás un grupo de sofistas se reunieron en Tordesillas para elaborar una serie de trampas dialécticas que hicieran creer, a todo imbécil que se las tragara, que el famoso Toro de la Vega es el epítome de la tradición «cultural» taurina inserta en las más profundas raíces de España. Al parecer lo organizó el ayuntamiento. La cosa es algo similar a si el gobernador de Texas organiza un congreso en el que se trabaje para argumentar que matar a un condenado en la silla eléctrica o con inyección letal caducada es, además de un gran espectáculo y todo un arte, la quintaesencia cultural del noble pueblo tejano.

Asistí un par de veces a una corrida de toros. La primera me impactó por la brutalidad, especialmente del puyazo del picador; la segunda acabé por sentir asco de mi mismo. Ningún espectáculo taurino es más que lo que es: la tortura de un toro hasta la muerte. Importa poco que sea antiguo, tradicional y que esté en nuestro acervo. Un espectáculo taurino es una carnicería por muy de luces que vistan los matarifes.

Pero el Toro de la Vega es más que eso. El Toro de la Vega es el linchamiento de un pobre animal asustado por parte de un pueblo salvaje y sanguinario. Los tordesillanos  disfrutan con el sufrimiento de un toro. La muerte a lanzazos es lenta, la agonía terrible. El cuerpo es agujereado en cualquier parte. Las lanzas permanecen clavadas y el toro va perdiendo fuerza entre horribles dolores...¿De verdad no hay nadie en este pueblo indigno que se atreva a alzar la voz contra este bárbaro espectáculo? ¿De verdad Tordesillas, además de llena de torturadores está llena de cobardes que asienten? No me lo puedo creer.

Los «expertos» que trataron de justificar esta atrocidad sacaron también un manifiesto en el que condenan a quienes amenazan a los defensores de esta «tradición». Bueno, pues yo también condeno las amenazas. Pero lo que desde luego no voy a hacer es sentir la más mínima compasión por ningún «valiente» a quien el toro pudiera llegar a cornear. Primero porque los sádicos no me merecen lástima, y segundo porque el toro solo estaría defendiendo su propia vida.

3 comentarios:

Bond dijo...

En este tema se ha pegao Mr. Sánchez, don Pedro, alias Zapatero bis, uno de sus primeros patinazos más sonados

Anónimo dijo...

Si nos invadieran extraterrestres con una forma de vida más avanzada que la nuestra y con el propósito de hacernos daño, quizá los señores del manifiesto tordellisano comprenderían a los que estamos en contra de la fiesta del Toro de la Vega si a ellos esta nueva civilización los cogiera para, haciéndoles mil y un tropelías, procurarse un momento festivo muy de su agrado. A. Sierra.

Anónimo dijo...

La matanza del toro de la vega a manos asesinas y sicópatas, es uno de los actos más deleznables, arteros, cobardes que se tenga conocimiento.
Por esta y otras tradiciones, España está considerada en el mundo como país tercermundista, cavernícola y atrasado respecto a otras cultura.
Es un linchamiento general de un ser vive que sufre el dolor infringido por los cobardes atacantes, generalmente drogados y ciegos de alcohol y sed de sangre inocente.