24 noviembre, 2014

La democracia endogámica

Cuando se cruzan individuos muy cercanos genéticamente se produce lo que se llama endogamia. Las especies, de un modo u otro, tienen mecanismos para evitarla en la medida de lo posible. No es común que se crucen hermanos o padres con hijos. En resumen que lo que se busca es casi siempre la diversidad, porque en ella está la garantía de supervivencia, y las más de las veces el vigor, la salud, la fuerza, la resistencia. En las poblaciones endogámicas el vigor se reduce, los defectos y las enfermedades afloran. Los cruzamientos emparentados hacen aparecer genes recesivos de eficacia biológica reducida...En definitiva, que la endogamia es mala cosa.

Le democracia en España nace de la necesidad de superar una etapa oscura: una dictadura. No hay nada más endogámico que una dictadura. El Movimiento solo se movía con gente del Movimiento, lo que generó la selección de elementos inválidos que terminaron por ceder el poder, o al menos una parte de él, a elementos más capaces, en desacuerdo con aquello. Estos negociaron con unos cuantos «rojos peligrosos» un modelo híbrido, algo parecido a una democracia, que es lo que tenemos hoy. Pero, con el tiempo, cuando los híbridos se cruzan solo entre ellos mismos, se produce endogamia y, por tanto efectos indeseables.

La Democracia en nuestro país quedó truncada en el momento en que se opta dejarla estar, sin tocar en nada lo que se había diseñado, como si todo se hubiera hecho perfecto. Las leyes básicas no se modificaron, en especial la electoral, y esta es la causa de todos nuestros males: corrupción política, instituciones podridas e ineficaces y apatía y descontento ciudadano generalizado (lo del paro viene de otro error, pero hoy no toca). El excesivo poder de los partidos, que confeccionan listas electorales (igual da abiertas que cerradas), que negocian quienes integrarán las más altas instituciones del estado, que controlan el poder judicial, el Tribunal de Cuentas (me pregunto para que sirve este). Esta «partitocracia» es propia de un estado como el español, en el que lo democrático no está en la tradición a lo largo de la historia.

El pueblo no es atendido ni representado por candidatos cercanos. Un diputado es algo etéreo, lejano, que se sabe que existe pero no se sabe dónde se le puede encontrar para preguntarle por lo de uno. Un simple concejal en un pueblo un poco grande es alguien distante, desconocido, con las orejas atentas a lo que indica el partido en lugar de hacia los ciudadanos. Esta distancia, esta lejanía provoca que los contribuyentes están alejados y poco informados de las decisiones, de los nombramientos a dedo para Cajas de Ahorro y otras sinecuras, de la integración de gente del partido en el entramado administrativo, alejados de todo.

Esta lejanía deviene en corrupción por parte del que se siente dueño del cortijo y desencanto y enfado por parte del pueblo. Y esta depresión general es terreno abonado para que aparezcan propuestas como Podemos. Podemos nunca hubiera nacido en un país con una ley electoral como Francia o el Reino Unido porque aquí el pueblo decide a quién nombra para representarlo. Podemos es un partido más, con todos los defectos de los que ya existen porque nace, crece y se reproducirá en un sistema endogámico, viciado y deteriorado. Pero es una opción tan legítima como cualquier otra. Su estrategia se basa en acoger a los descontentos, como la del PP o el PSOE en acoger a sus adeptos.

Nada hay nuevo bajo el sol. La gente, los electores siguen sin poder decidir quién les representa en una democracia endogámica, por tanto muerta mientras no se vigorice, mientras los partidos no le quiten las ligaduras de manos y pies y la venda de los ojos.

4 comentarios:

Cani dijo...

Me gusta lo que dices, como lo dices, hasta en lo que puedo discrepar.

Jesús Arribas dijo...

Lo malo, Cani, es que la discrepancia en nuestro país nunca fue tenida en cuenta. Por eso escribo cosas arriesgadas para que se discrepe, para que se piense y para que se abran debates. Esa es la manera de avanzar.
Gracias por tener la paciencia de leer las entradas y mucho más por comentarlas.

Anónimo dijo...

Sr. Arribas, muy buen artículo. El poder en España es endogámico. Sin duda. Además, el ejecutivo del Sr Rajoy no está legitimado. Obtiene una mayoría absoluta con un programa que incumple punto por punto de manera tenaz; no solo es ejecutivo -gobierna- sino que es legislativo -sustituye al Parlamento con Decretos Ley- y el poder Judicial come de su mano -es él quien decide qué jueces deben estar y en en dónde en cada Institución primordial del Estado-. El pueblo español además de un poder endogámico parece encantarle un poder dictatorial, aunque pueda parecer democrático. PD: leer sus entradas y comentarlas es una satisfacción y no un motivo de tediosa paciencia. Es Vd. muy humilde. Escribe muy bien y lo sabe. A. Sierra.

Jesús Arribas dijo...

Me abruma, Sr. Sierra... Gracias