Lo que debería avergonzarnos es no querer ver que somos nosotros, los países «ricos», los
responsables de esta huída de la gente hacia nuestro entorno. Vienen porque el primer mundo no quiere comerciar con ellos, solo está interesado en la explotación de sus recursos, tanto humanos como materiales. Es poco inteligente impedir que los países centroafricanos tengan un mínimo de beneficio que permita a la gente seguir viviendo en su tierra. Si no se dan las condiciones básicas para poder llevar una existencia suficientemente digna, sin ninguna duda acabarán en Europa. No hay fuerza que lo pare. Solo el cambio de política.

Me causa sonrojo pensar que hay gente que quiere impedir su entrada poniendo muros o mediante la fuerza. El sonrojo es porque me avergüenza tener compatriotas, españoles y europeos, tan simples. Tan simples o tan cobardes. Estos babosos que gritan contra sus semejantes no son más que unos flojos que serían incapaces de un acto de valor como coger lo que puede cargarse al hombro e iniciar la vida en otra parte. No se dan cuenta que no vienen a quitarles nada, solo vienen a intentar vivir. Y lo que no saben estos nazis es que Europa, toda Europa, necesita savia nueva para mantener el sistema de bienestar. Aquí hasta los ultras se olvidaron de engendrar. Seguramente por miedo a lo que les pudieran quitar sus propios hijos. Mentecatos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario