08 diciembre, 2015

Guía para decidir el voto

Normalmente el voto de los españoles fue siempre una cosa visceral, además de irracional. Se elegía entre izquierda o derecha. Había solo dos partidos a los que mirar, el PP, en la derecha y el PSOE, en la izquierda; y salvo unos pocos que miraban a un tercero, también en la izquierda, la cosa estaba entre los dos grandes. ¿Cómo ocurría que uno u otro ganaba? Sencillo: el PP tenía un voto fiel prácticamente seguro (la leal infantería que no pensaba, votaba); el PSOE tenía técnicamente más votantes, pero menos fieles. Cuando, por alguna razón estos votantes libres se incomodaban con el PSOE, se quedaban en casa, no iban a votar, y entonces ganaba el PP. Cuando el PP hacía el canelo (11 M) se volvían a movilizar, y entonces ganaba el PSOE.

El asunto se dirimía siempre en el centro. España es un país con un elector medio temeroso, tanto de la derecha derechosa como de la izquierda izquierdosa. El elector medio es de centro izquierda. Este hecho es avalado por los datos de años de gobierno del PP, o del PSOE. El PSOE gobernó más tiempo que el PP, un poco más. Así pues quedamos en que la victoria la decidía la abstención de la izquierda y, en pequeña medida, alguna gente, poca, residente en el centro ideológico,
y capaz de cambiar el voto.

Pero las cosas cambiaron en el transcurso e los años, y cambiaron porque en las últimas cuatro o cinco legislaturas casi todo se hizo tan rematadamente mal que la gente se cabreó. Entonces ocurrió que se empieza a pensar en elegir a otras formaciones. Estas, abanderadas de la limpieza, pretenden ocupar un espacio importante en el parlamento. Por fin en España el electorado está dispuesto quitarse complejos y a votar libremente. El problema está en que los aparatos propagandísticos de los partidos hasta ahora preponderantes no lo ponen fácil y extienden cortinas de humo para hacer que los votantes duden.

Por eso en esta ocasión el voto debería ser técnico, es decir evaluando, en el caso del PP, el resultado de su gestión, en el PSOE sus antecedentes y sus propuestas y en Podemos y Ciudadanos únicamente las propuestas. Después se debería situar todo en un eje de valor, digamos de 1 a 10, y sencillamente sumar. Así de simple.

La cosa no es demasiado difícil. Los criterios en los que hay que moverse no son demasiados. A mi se me ocurren algunos. Son estos:
  • Calidad democrática
  • Equilibrio social
  • Actividad y empleo
  • Educación
  • Sanidad
  • Economía
En Calidad democrática estaría, por orden de importancia:
  • Cambiar la Ley Electoral
  • Elaborar leyes contundentes anticorrupción
  • Elección de jueces (TC y CGPJ)
  • Retocar o cambiar La Constitución
  • Puertas giratorias
El equilibrio social sería todo lo que tiene que ver con...
  • Reducir la brecha entre ricos y pobres
  • Lucha contra el fraude
  • Capitalismo de amiguetes
  • Justeza fiscal
Actividad y empleo. Esta es fácil:
  • Planes para generar actividad productiva
  • Parados sin prestación
  • Cambios en modelo productivo para dejar de ser los camareros de Europa
  • I + D y política científica y técnica
Educación
  • Un pacto necesario para el futuro
  • Dejarlo como está
  • Derogarlo todo y empezar de nuevo
Sanidad. Aquí hay para todos los gustos
  • Sanidad universal absoluta
  • Sanidad universal con matices (extranjeros)
  • Recuperación de derechos eliminados
  • Mejora de la eficiencia
Economía
  • Cómo devolver una deuda del 100% del PIB
  • Cómo se va a garantizar el pago de pensiones
  • Cómo se va a recuperar y aumentar la hucha de la SS
Podemos fijarnos en estas, en más, o en menos. Pero lo importante son los criterios. Todos hemos visto debates, leído resúmenes de los programas y escuchado a los líderes en sus periplos televisivos. No es tan difícil, de todo lo anterior, extraer lo que uno considera más importante y ponerle nota en función de lo que nos parece lo que cada uno ofrece sobre esto. Luego, se suma, y listo. Ya tenemos una base para decidirnos.

Luego hay una segunda parte: la credibilidad. El PP gobernó los últimos cuatro años. Es fácil evaluar si cumplió su programa, si mejoró la economía, el empleo, la educación, etc... Si la respuesta es sí, ya no hay que pensar más. Pero si la respuesta es no, para qué escucharle. Por qué va a cambiar nada alguien que no lo cambió hasta ahora. Y con el PSOE pasa algo parecido: por qué se les va a creer ahora si pudieron haberlo hecho bien antes. Y con Ciudadanos y Podemos. ¿Por qué tenemos que hacer un acto de fe? Son nada más que preguntas que uno puede hacerse antes ir a las urnas.

Así que, en nuestras manos está. Espero que la entrada ayude a decidir el voto a quien tiene la paciencia de seguirme. Creo firmemente que esta vez España necesita de nuestra capacidad de raciocinio para elegir la opción correcta. Buena suerte.

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