24 abril, 2016

Europa bloquea fondos de ayuda a España por trileros

España recibe miles, muchos miles de millones de la solidaridad europea para el desarrollo del país, de sus regiones. Estos fondos nadie los rechaza, pero, claro, no se pueden obtener así, por las buenas, es necesario presentar proyectos concretos dentro de unos requisitos específicos para acceder a ellos. Como es dinero fresco, y no sale de sus presupuestos, las administraciones presentan montañas de estos proyectos. Pero, otra condición que se impone es que hay que presentar los logros y justificar los gastos, y aquí empiezan los problemas para un país lleno de gente que no acostumbra a rendir cuentas. ¿Alguien conoce a algún político que lo haga? Yo, no.

Bruselas empieza a enviar dinero, pero exige un control por parte de las administraciones españolas. Pero esto de controlar, en España, en las administraciones en concreto, no se nos da bien. El control del gasto y la exposición de consecución de objetivos en los proyectos es algo lejano a nuestra cultura en lo público. De cualquier modo, la Administración crea organismos de control de nombre rimbombante y en ellos son colocados los amiguetes con buen curriculum. Uno mira los organigramas de estos organismos y se queda apabullado. Y surge entonces la pregunta. ¿Cómo pueden funcionar tan mal las cosas con gente tan lista al cargo? Pues la respuesta es simple y no puede ser otra que desidia, indolencia, pereza, poca profesionalidad... Y ojo, que no hablo de los funcionarios, que, por lo general son muy competentes.

Pero, claro, Bruselas tiene auditores. Un auditor es un señor, o señora, que viene y hace preguntas simples. Coge un proyecto y dice: «Oiga usted, dónde está la justificación de este gasto en equipos informáticos», por ejemplo. Y la justificación no aparece, y el auditor, o la auditora, toma nota y sigue preguntando: «Oiga, cómo miden ustedes los resultados obtenidos y cómo gestionan que los objetivos se cumplen?»... Pregunta y apunta en una libreta, pero no dice nada. Cuando ya tiene suficiente, estrecha la mano de sus interlocutores y se marcha. Un tiempo después, elabora un informe que envía a sus jefes y, de repente, se cierra el grifo del dinero. Lo cual es un desastre para la gente que trabaja en los proyectos (científicos y técnicos sobre todo). Entonces, lo que se suele hacer es adelantar fondos propios (españoles) para que los proyectos no se paren. Porque si se paran y se sabe, puede ser políticamente un desastre.

Esto pasó muchas veces. Desde hace muchos años, la UE cierra el grifo porque aquí no hay más que trileros. Pasó en Andalucía, donde El Tribunal de Cuentas Europeo encontró tantas irregularidades que no quedó otra que suspender los pagos y pedir explicaciones, por tanta irregularidad. También pasó en Madrid hace unos días: problemas de auditoría, según dice. Ahora es a nivel estatal, 1122 millones: más problemas de auditoría. Según El País, hay 15 órganos gestores de fondos con cantidades retenidas. La Dirección General de Investigación Científica y Técnica tiene 483 millones bloqueados. Un desastre en toda regla que en cualquier país normal haría se saldaría con decenas de dimisiones. Pero aquí, como somos trileros, vale todo. Y para muestra un botón: Hacienda, que es de quien dependen muchos organismos de control, dice que estas irregularidades son habituales. Sí, sí, dice que son «habituales»... Con un par.

No sé a los demás. Pero a mi, estas cosas, me producen tanta vergüenza que no me queda más remedio que escribirlo para descargar la ira.




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